Capítulo 17 - La Serpiente Solar

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Una lluvia de flechas ensombreció el Cielo, cayendo todas contra una manada de Ixpextuquis que corrían contra las líneas principales de ataque. Una capa de polvo verde comenzó a rodear a los Guerreros, pero al instante un relámpago hizo que todo el polvo de dispersara. Los Tres Cazadores Murciélago estaban en la punta de varios pilares destruidos, lo bastante alto para no ser molestados por nadie.

Los Guerreros Águila abrían el paso atacando a todo lo que se les ponía enfrente.

Las Tlahuelpuchi se encargaban de asesinar lo que las Águilas atacaban.

Luna y Citlalli corrían en todas direcciones como Jaguar y Coyote, atacando en conjunto a los enemigos más grandes, rastreando caminos alternos, destruyendo muros de piedra y permitiendo que el Telpochcalli pudiera seguir avanzando. En esos momentos peleaban contra una Tzitzimime que tenía la forma de Lobo/Coyote.

Comenzaban a tener problemas.

— ¡Usen el Veneno de Ixpextuqui!—Ordenó Miguel a tiempo que soltaba un brebaje cristalino en el suelo y lo prendía en llamas. Un pequeño Incendio Puerta hizo que todos sus Hechiceros aparecieras encima de la Tzitzimime— ¡Ahora!

Mientras todos caían, regaron veneno de pequeñas bolsas de cuero, bañando a la Tzitzimime en la saliva correosa de la bestia sin boca. El Sacerdote arrojó un ave de Fuego contra la Tzitzimime haciendo que estallase. Luna pasó corriendo a su lado sonriéndole debajo de Cráneo de Jaguar.

—Recolecten lo útil—indicó Daniel señalando los pedazos de Obsidiana regados por todas partes. Los Guerreros Águila y Tlahuelpuchi corrieron alrededor de ellos siguiendo su camino. Daniel y sus Hechicero se reintegraron al grupo, una vez que vieron a Rodrigo acercándose, manteniendo la defensa en retaguardia.

Luna y Citlalli se detuvieron frente a un Gigante que les obstruyó el paso.

—Es una trampa—dijo Celeste señalando delante de ellos—. Eso es un Amaxoaque repleto de agua del Río Negro en sus venas.

—Si el agua toca a alguien lo dejara inconsciente.

Rodrigo saltó entre ruinas hasta saltar el cuello del gigante con telaraña de Tócatl, sometiéndolo en el suelo. Daniel corrió con algunos de sus alumnos, formando un círculo alrededor del Amaxoaque Oscuro. Eran Cuatro invocando raíces de Tzompacacahuitl para evitar que la Bestia pudiese escapar o explotar para detenerlos.

Una corriente de Agua apareció frente a ellos, con suficiente fuerza para arrasar un Pueblo entero. El agua se movía como un Cocodrilo nadando en el Aire, yendo directamente a la Pirámide. Daniel vio de dónde venía el Agua; Un Hechicero estaba usando el Agua de un Río cercano para alimentar sus ataques. Todos tuvieron que detenerse mientras la corriente de Agua seguía impidiendo su avance. Xóchitl y los Cazadores los alcanzaron, manteniendo un perímetro a su alrededor, en caso de que más enemigos se pudieran acercar. Daniel se acercó a Luna dándole una canfínfora llena de brebaje curativo. La Guerrera no tuvo más que unas horas para descansar y recuperarse del desgaste que sufrió después del Veneno de Cipactli, y sin importar cuanta magia curativa usará Daniel, un Guerrero jamás estaría completamente preparado si no descansaba para que la magia reposase en su sistema.

—Cristina—la llamó Luna— ¿Has observado ya los patrones?

La Comandante Águila asintió vendándose su brazo.

—Xiuhtzin dejó los espíritus de ataque para evitar que los ejércitos de Tenoch llegaran por completo a la Pirámide. Tenoch dejó a toda su armada detrás, no he visto ni un solo Maciltonaleque, así que deben estar luchando a su lado. Tampoco he visto a los espíritus más agresivos por ninguna parte, por lo que puede que Xiuhtzin los esté empelando con fuerza de contraataque.

Los Guerreros del Quinto Sol III: Imperio RenacidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora