Nueve

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Mew estuvo toda la mañana en el despacho firmando documentos, revisando papeles y hablando por teléfono con distintos lugares y también con los departamentos de sus sucursales en Hong Kong y Corea.

Gulf también se mantuvo muy ocupado con todo lo que su jefe le había encomendado y cuando lo tuvo todo listo, lo cogió en su regazo y volvió al despacho de este.

-Señor, ya terminé todo lo que me pidió, ¿puedo pasar?.

-Ah si pasa Gulf, perfecto... justo a tiempo... Veamos.

El secretario puso los papeles y carpetas en la mesa y se lo fue pasando al empresario.

-Estos son los balances... está es toda la información sobre el Estadio de España y aquí ésta es la cita con el señor Polini, el director del Museo Principal.... Será en el Restaurante Providence, mañana a las dos.

-Perfecto...bueno pues ya es hora de irse a comer, te quiero aquí a las cuatro.

-No señor, yo no me iré... Vivo bastante lejos así que comeré en mi mesa... me he traído algo de casa.

El empresario lo miró con extrañeza.

-¿Sabes que aquí en la sexta planta tenemos una magnífica cafetería y maravilloso restaurante donde sirven comida verdad?.

-Si lo sé señor pero no puedo permitirmelo-dijo este cabizbajo-... Me he traído un bocadillo de casa.

-¿Un bocadillo?, pero eso no es una comida para un hombre trabajador...Aunque seas delgadito tienes que alimentarte bien y comer algo caliente y nutritivo.

-Eh oiga... yo no soy tan delgado-dijo molesto el moreno-...usted también lo es.

Mew sonrió, le encantaba fastidiar a su nuevo y enojón ayudante pues éste se veía muy tierno.

-Vale...vale, está bien...de acuerdo, eres un gordinflon entonces-rió de nuevo.

Gulf frunció el ceño aún más molesto y entonces se giró dándole la espalda con aire indiferente para caminar hasta la puerta y volver a su mesa.

El empresario sin dejar de sonreír, volvió a recorrer con la mirada las insinuantes curvas del precioso cuerpo de este mientas se relamía los labios.

Minutos después, este salió de su despacho y miró a su enfurruñado secretario que estaba por coger su triste bocadillo.

-¿Te vienes, entonces?-preguntó presionando el botón de ascensor.

El chico levantó su vista hacia su jefe bastante confuso.

-¿A dónde tengo que ir, señor?.

-Pues a comer algo mejor que eso-dijo señalando el bocadillo.

-P-Pero no p-puedo... Ya le dije que no tengo dinero para c-comer en ese lugar-este odiaba tener que mostrar su condición de pobre ante los demás y más ante los ricos.

Mew sonrió y entonces levantó su brazo en señal de que se levantase y fuese con él.

-Anda gordinflon, yo invito.

Gulf miró de nuevo su bocadillo, luego volvió a mirar a su jefe y rápidamente se levantó y fue hacia él.

-Muchas gracias, señor Suppasit.

-No te preocupes no es nada...Además así celebraremos tu primer día de trabajo, ¿Qué te parece?.

-Me pa-parece estupendo-sonrió este.

El empresario sintió morirse pues cada vez le fascinaba más la sonrisa y las arrugitas que se le formaban en los bordes de los ojos de su secretario, este se veía jodidamente tierno y le provocaba abrazarlo.

Finalmente bajaron a la sexta planta y se sentaron en el comedor del restaurante, donde un guapísimo camarero les trajo las cartas.

-Bueno Gulf... elige lo que quieras, no tengas reparo... Recuerda que estamos celebrando.

Este ojeó toda la carta y se relamió internamente pues había cosas muy finas y parecían exquisitas, aunque también asombrado reparó en los precios y en todos los que allí estaban pues debía ser toda una gozada tener tanto dinero y poder permitirse todo lo que apeteciese, como seguramente hacía su jefe.

-No sé... emm,....¿qué tal un chuletón con patatas y ensalada?.

-Lo que tú quieras, Gulf

-Si, definitivamente pediré eso...yo jamás he comido un chuletón así y este en la foto se ve muy apetitoso.

-Te encantará-Habló Mew haciendo un gesto al sommelier para que se acercase-... esa es una buena elección.

-¿Ya han decidido los señores?.

El empresario caballeroso, dejó pedir al moreno primero.

-Si emm... yo tomaré el chuletón con patatas y ensalada...emm y para beber una coca-Cola, gracias-dijo este sonriendo.

-Y yo tomaré una ensalada de tempura...lubina a la plancha y un agua fría, gracias-Pidió el millonario jefe sin apartar la mirada de su hermoso secretario.

-Muy bien señores, en un momento se lo traeré -dijo el camarero recogiendo las cartas y alejándose.

Gulf observó maravillado todo el local, este era enorme y muy lujoso, en el había bastantes personas comiendo pero ninguno parecía trabajador de nivel bajo con él pues seguro que esos estaban comiendo en la cafetería del otro lado.

Mientras Mew siguió contemplandolo con detenimiento; sus facciones, su cabello, sus labios, este le parecía realmente espectacular pero sin duda, lo que más le llamaba la atención de él, era su personalidad pues se veía frágil y vulnerable pero parecía esconder un gran guerrero en su interior deseando salir y comerse el mundo.

9. Mi nuevo secretario - Primera Parte - Mewgulf-(Zaintsee) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora