Once

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Después de ver a su jefe correr al despacho sin decir nada, Gulf siguió con su trabajo pensando que seguro este se había acordado de alguna cosa o tenía ansia por empezar con el trabajo.

Un tiempo después, el teléfono sonó.

—Buenas tardes... oficina del Director Suppasit, ¿en qué puedo ayudarle?—respondió el moreno.

La perturbadora y sensual voz de una mujer le habló.

—¿Quién eres tú?, ¿Dónde está May?... bueno, da igual ...quién seas, quiero hablar con mi amorcito, pasármelo.

—Yo soy Gulf, el nuevo asistente... ¿de parte se quién?, por favor.

Ah si, eres ese nuevo secretario... bueno pues dile que Janis lo busca.

Gulf algo molesto por el tono arrogante de la mujer y por llamarlo secretario pues no le gustaba, presionó el interfono.

—¿Si?.

—Señor Suppasit, la señorita Janis, lo llama en la linea uno.

Tras unos segundos de silencio, Mew contestó.

—Está bien, pásame la llamada.

—Bien, señor—dijo este presionando el botón para que su jefe y la mujer hablasen a gusto.

Tras unos breves minutos, el moreno vio salir a su jefe muy apurado de su despacho.

—Me marcho, me ha surgido algo...Cuando termines el trabajo puedes irte a casa... apaga las luces ¿de acuerdo?.

—Si señor, hasta mañana, que descanse—dijo este sonriendo.

—Si,emm...Hasta mañana.

El empresario entró en el ascensor y volteó una vez más para ver a su precioso ayudante antes de que las puertas del ascensor se cerrasen de golpe.

Aún faltaba una hora para marcharse a casa, así que Gulf terminó los documentos que tenía aún por escanear en el ordenador, luego los fotocopió y los metió en un portafolios que a continuación dejó en la mesa de su jefe para que él los firmase a primera hora de la mañana  del día siguiente.

Ya iba a salir del despacho pero la tentación lo asedió, así que caminó despacio hasta el escritorio nuevamente y se sentó en el cómodo sillón, acariciando la suave mesa de nogal de su jefe.

En ella, Mew solo tenía su ordenador, el teléfono, unos papeles ya firmados y un lapicero con bolígrafos de colores, no había fotos de familiares, ni una de la tal Janis.

Este miró a su alrededor y tampoco vio foto alguna, entonces se levantó y caminó hasta el mueble del fondo y en medio de unos libros de finanzas encontró medio escondido un álbum.

Dudó por un instante, sabía que no debía abrirlo pero su curiosidad pudo más, así que finalmente lo abrió.

En el había fotos de un hombre y una mujer muy guapa, estos parecían muy felices, además el hombre tenía era muy elegante y atractivo como su jefe, por lo que Gulf supuso que debía ser sus padres.

Unas hojas más adelante, aparecía un precioso niño muy sonriente, entonces pensó que ese debía ser Mew de pequeño.

—¿Por qué tendrá oculto un álbum con fotos de sus padres y de él?, si son hermosas.

De repente escuchó un ruido, así que dejó corriendo el álbum donde estaba y salió del despacho de su jefe pues no quería perder el trabajo en su primer día y además por metiche.

Tras terminar y salir de la empresa, este cogió el autobús donde fue recordando feliz su primer día de trabajo, que aunque no era su deseado le era millones de veces mejor que el que había desempeñado hasta el momento.

También pensó que quizás su jefe no sabía ni que tenía esas fotos allí  olvidadas, además su despacho era demasiado tétrico, por lo que se le  ocurrió una manera de devolverle el amable gesto de invitarlo a comer.

Pensó en comprarle unos marcos para esas fotos así ponérselas en su escritorio.

         

9. Mi nuevo secretario - Primera Parte - Mewgulf-(Zaintsee) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora