Diez

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Mientras esperaban su comida, el secretario disfrutó de la compañía de su jefe pues éste lo hacía sentirse cómodo, ya que además de muy atractivo y una voz realmente orgásmica, este era muy educado y gracioso.

Hablaron sobre asuntos de la empresa, sobre las sucursales, a las cuales Mew de vez en cuando viajaba para saber como iban, lo hicieron también de sus mayores clientes y socios y de sus actividades culturales, como esa del Museo Principal.

Mientras comieron, Gulf descubrió que su jefe era hombre muy solidario, ya que este le habló de las donaciones a colegios, orfanatos y hospitales.

El moreno ni siquiera se podía imaginar lo inmensamente rico que debía ser este, sin embargo se veía un hombre sencillo en gustos y humano, nada arrogante ni tampoco pretencioso.

Cuando terminaron, el empresario volvió a llamar al camarero.

...-¿Estuvo todo de su agrado, señores?-preguntó sonriente.

-Si estaba delicioso, gracias-dijo el moreno muy satisfecho.

-¿Van a querer un postre, café o un licor?.

Gulf miró a su jefe y este asintió, entonces pidió un trozo de tarta de chocolate.

-Yo solo un café, gracias-dijo entonces Mew.

El chico lo miró extrañado.

-¿Usted no toma postre?.

-No, yo no soy mucho de dulce, prefiero lo salado.

Unos minutos después, la tarta y el café llegaron.

-Se ve deliciosa, creo que he hecho una buena elección.

-Seguro que si Gulf, disfrútala.

-Mmmm...

Mew observó anonadado a su secretario mientras que este se comía el endemoniado trozo de tarta pues a cada cucharada que este se metía en la boca, soltaba pequeños gemidos de placer que erizaban la piel del empresario.

...-Mmmm...oh está exquisita... oooh....mmm es la mejor que he probado en mi vida....mmm...

Mientras la saboreaba, el moreno  inconscientemente se movía sensualmente, provocando sin remedio que se produjese una reacción más que evidente en su jefe.

Mientras la saboreaba, el moreno  inconscientemente se movía sensualmente, provocando sin remedio que se produjese una reacción más que evidente en su jefe

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«Joder... este chico es dolorosamente sexy-pensó excitado mientras que ya un prominente bulto aparecía en su entrepierna, haciéndole sudar»

-Mmmm....oooh es delicioso....mmmm aaaah....

Al empresario se le hacía la boca agua de sólo de pensar en Gulf gimiendo de esa manera mientras se lo follaba una y otra vez pues eso había causado el pecaminoso postre y ya no podía pensar en otra cosa que no fuese poseerlo.

-Señor Suppasit... oiga señor, ¿Le pasa algo?-preguntó el secretario intentando sacar de sus pensamientos a su jefe.

-Emm... s-sii... e-estoy bien...emm gra-gracias.

-¿Se encuentra bien?, está usted sudando mucho y además su cara está muy roja.

-No es nada...emm, i-iré un momento al lavabo y me mojaré un p-poco la cara.... N-No te preocupes.

El empresario se incorporó escondiendo su erección disimuladamente con sus manos.

Tras caminar unos pasos sonriendo a cada ejecutivo que le saludaba, al fin este llegó al lavabo y entonces se miró al espejo donde se vio fatal, por lo que intentó relajarse con profundas respiraciones pero su bulto no bajaba.

-Oh mierda... joder, joder...

Optó entonces por meterse en uno de los cubículos y tras golpear un par de veces la pared con el puño, terminó por bajarse la cremallera, sacar su erecto pene y comenzar a tocarlo para aliviar la presión.

En su turbia mente, la imagen de Gulf comiéndose la tarta, entre gemidos y eróticos movimientos hizo que la necesidad de bombearla más rápido se hiciese presente.

Este gemía y suspiraba con los ojos cerrados apoyado con una mano en la pared y la otra pajeando su polla y cuando ya estuvo a punto de correrse, el nombre de su nuevo secretario salió de sus labios a la vez que numerosos hilos de semen cayeron en el retrete, liberándolo totalmente.

-Joder pequeño, vas a matarme-dijo entre profundos jadeos recuperando el aliento.

Poco después salió de allí como si nada para volver a la mesa.

-Ya le ha venido el color, ¿está mejor señor?-preguntó el chico preocupado.

-Si mucho mejor, gracias...emm ¿volvemos al trabajo?.

-Si claro, usted manda, es el jefe.

-Bien pues pediré la cuenta y nos iremos.

Poco después Mew pagó y cogieron de nuevo el ascensor a la décima planta y en aquel espacio tan reducido, el empresario podía sentir la proximidad de Gulf y entonces su mente lo azotó una y otra vez con el recuerdo de lo sucedido en el restaurante.

-¿Seguro que está bien señor?, vuelve usted a estar rojo y a sudar mucho.

Cuando el ascensor se paró en su planta, Mew salió como alma que lleva el diablo y acto seguido se metió en su despacho cerrando la puerta tras de sí ante la mirada atónita de su asistente.

-Oh vaya...¿le habrá sentado mal la comida?-Se preguntó este sentándose en su silla sin dejar de mirar el pasillo que daba a la puerta de su jefe-...Que extraño.

El empresario nunca había sentido eso, jamás había tenido la necesidad de pajearse con tan solo ver a una persona, era como si Gulf multiplicase por un millón, todo lo que antes había sentido con otras personas.

-¿Qué me está pasando?, ¿Cómo puede ser que un chico que apenas conozco y ni siquiera he tocado, me provoque esto?-Susurró entre sudores-... Joder...y tan solo es el primer día.

.....

😈😈😈😈

9. Mi nuevo secretario - Primera Parte - Mewgulf-(Zaintsee) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora