Dieciocho

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Gulf puso en marcha su plan y no dudó en contonearse y lucirse ante su jefe, aprovechando cada momento que pudo.

Para ello se arreglaba el pelo durante horas, procuraba vestir la ropa que más definiese sus curvas, soltaba pequeños suspiros, risitas y gemidos, los cuales sabía que causaban efecto, dejando que éste creyese que llevaba el control.

El empresario por su parte, descubrió que a parte de hermoso y coqueto, Gulf tenía muy buen ojo para las finanzas pues este tenía picardía y múltiples estratégias, ya que en las semanas siguientes, este poco a poco dejó que lo aconsejase y que le mostrase todas sus ideas.

Algunas de ellas eran muy buenas y por eso decidió probar suerte y llevarlas a cabo, como un par de contratos con otras empresas, de los cuales su empresa obtuvo excelentes resultados.

Sin darse cuenta, Mew se fue volviendo más dependiente de su secretario incluso mucho más que con su anterior mano derecha pero también lo hizo de su risa, de su mirada y de su hermoso cuerpo.

Gulf se gastó su primer sueldo en él mismo, se compró perfume, varios trajes y zapatos, además del plus por sus consejos que su jefe le dio, así que tuvo de sobra para pagar el alquiler, la comida y varios caprichos, estaba feliz pues todo iba sobre ruedas.

...-¿Cuál es tu siguiente paso, amigo mío?-le preguntó Mild saboreando un exquisito asado en el mejor asador de la ciudad.

-De momento me seguiré mostrando igual de frágil y seductor delante suyo... Quiero que sea él, el que dé el primer paso y que se sienta confiado.

-¿Y cuándo intervendré yo?-preguntó este muy intrigado.

-Pronto Mild muy pronto... Comprobaremos hasta que punto Mew Suppasit está loco por mi, mientras tanto dejaré que piense que me está conquistando.

El más bajo se rió y acto seguido el moreno le acompañó, juntos se mofaban de la buena voluntad del empresario, mientras que este en la soledad de su mansión, se debatía entre confesarle sus sentimientos o no pues no quería quedar como el típico hombre poderoso que seduce a su empleado o como un aprovechado que solo lo quería como amante.

El empresario se pasaba horas pensando en Gulf, en su sonrisa, en su mirada, en su suave contoneo al caminar y en lo inteligente que era, estaba loco por él.

Cada vez le gustaba más tenerlo cerca, oler su perfume, ya que su sola presencia lo turbaba y lo contentaba a la vez, eso también le asustaba pues en muy poco tiempo éste se había convertido en algo muy importante

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Cada vez le gustaba más tenerlo cerca, oler su perfume, ya que su sola presencia lo turbaba y lo contentaba a la vez, eso también le asustaba pues en muy poco tiempo éste se había convertido en algo muy importante.

Un ejecutivo amigo de la familia y venido de Hong Kong llegó a la cuidad, lo llamó queriendo quedar a cenar con el empresario para tratar asuntos y saber uno del otro.

Era una cena informal pero Mew no quería ir solo, así que se levantó con el propósito de invitar a su secretario  y que lo acompañase.

Ya en su despacho ensayó una y otra vez la mejor manera de decírselo a su secretario, sin parecer desesperado o sin que este se creyese que lo utilizaba para los negocios.

-¿Cómo se lo digo?... joder qué difícil es esto, emm ..."Gulf, ¿querrías ir a una cena con mi viejo amigo?", no... no, así parezco un canalla, emm..."Gulf, preguntaba si podrías acompañarme a una cena sin compromiso...", no... no, así tampoco...Oh joder, soy un completo idiota-se decía.

Mientras el moreno en su mesa preparaba los papeles para la próxima junta, en ella su jefe le había dado carta blanca, así que este puso todo su potencial al máximo para dejar boquiabiertos a todos, ya que estaba seguro que su próximo ascenso estaba muy cerca.

El interfono de su mesa, lo sacó de sus pensamientos.

-Gulf, ¿podrías venir un momento? por favor.

-Si ...claro, ahora voy señor.

El moreno cogió su blog de notas y tocó a la puerta, entonces entró al escuchar la voz de su jefe dándole permiso.

-¿Desea dictarse algo, señor?-preguntó con voz dulce.

-No, no es nada de eso...anda ven acércate... Siéntate un momento por favor, quiero preguntarte algo-dijo Mew algo nervioso.

El secretario se sintió confuso, ¿qué quería decirle?, ¿no se iría a declarar ya?, pensó molesto pues todavía quería seguir jugando un poco más al gato y el ratón con él.

-¿Qué ocurre, señor?-preguntó finalmente.

-Bueno emm...verás Gulf...emm resulta que un amigo de Hong Kong quiere invitarme a cenar y me... me preguntaba si querrías acompañarme.

Este se quedó gratamente sorprendido y satisfecho pero no podía mostrarlo, así que se mostró dubitativo por unos instantes.

-Por favor, acompáñame y te daré lo que sea...Pídeme lo que quieras-dijo el empresario desesperado.

El moreno entonces sonrió triunfante en su interior pues ya lo tenía a sus pies.

-Está bien señor, lo acompañaré a esa cena con su amigo.

-Oh... muchas gracias, Gulf... Sin duda eres el mejor.

 Sin duda eres el mejor

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9. Mi nuevo secretario - Primera Parte - Mewgulf-(Zaintsee) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora