Diecisiete

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Mew miraba de reojo a su secretario, el cual permanecía sentado en el asiento del copiloto mirando por la ventanilla y agarrado a su caja.

Todo estaba silencioso, solo se escuchaba el ruido del motor de su deportivo y las respiraciones de ambos.

-¿Sigues teniendo frío, Gulf?- preguntó rompiendo el hielo.

Este se removió y lo miró.

-Nooo, estoy genial, gracias... Su coche es muy calentito.

-Vaya eso sonó un poco raro-rió el empresario.

-Si, es verdad- riendo también el moreno.

-¿Sabes?, me encanta tu risa... no dejes de reírte nunca.

Al escuchar eso, el más joven paró de reírse.

-La vida no siempre te deja que sonrías, a veces solo trae momentos de lágrimas y dolor.

-Tienes razón pero escuchar la risa de otros a veces ayuda... Eso es lo que me pasa cuando yo escucho la tuya, se me olvida todo lo malo del mundo.

De repente el ambiente del coche se volvió tenso, así que Gulf carrapeó y siguió mirando por la ventana hasta que divisó su edificio.

-Aquí, señor. Déjeme aquí

Al escuchar eso, Mew detuvo su coche.

-Gracias señor, es usted un cielo...Hasta mañana, que descanse-soltó el moreno con una amplia sonrisa.

El empresario sonrió ante eso pues parecía que su empleado más  reciente ya no seguía triste y eso era bueno.

-Hasta mañana, descansa tú también.

Gulf salió del coche y caminó riendo hasta el edificio de enfrente, esperando que tuviese suerte y pudiera entrar.

Meneando su trasero hizo como si abriera pero obvio no lo hizo pues ese no era el edificio donde vivía, sino que este era uno mucho más nuevo que el destartalado en donde estaba su apartamento.

Lo cierto era que en un principio lo había hecho para seguir burlándose de Mew, al cual tenía por un tonto manejable pero en el fondo sabía que era por vergüenza pues no quería que su jefe supiese en el edificio casi en ruinas en el que residía.

-¿Ocurre algo?- escuchó entonces a su jefe gritarle desde el coche.

-No...no ..Emm...es que se me olvidaron las llaves pero tranquilo, llamaré a un vecino para que me abra.

Gulf oprimió los botones de varios de los apartamentos, hasta que finalmente alguien le abrió, probablemente pensando que era el cartero comercial o un pariente, entonces abrió la puerta y entró.

-Hasta mañana, Gulf. Cuidate

-Pobre bobo, se muere por llevarme a la cama- masculló este con sorna mientras lo saludaba con la mano para despedirlo.

Minutos después, cuando perdió de vista el coche de su jefe al doblar en la siguiente calle, el moreno caminó unos metros más, entonces se coló por un callejón estrecho, el cual lo llevó justo frente a su deprimente edificio, luego entró en su casa y tras dejar la caja del portátil en la mesa, corrió a tirarse al sofá sin parar de reírse pues había comprobado lo fácil que era manejar a su jefe.

Tiempo después, volvió a levantarse, se sentó en una silla, sacó el portátil de la caja y lo enchufó, también había un pen drive para disponer del Wi-Fi, así que puso una contraseña y empezó a navegar por la red.

Lo primero que hizo fue buscar información sobre Suppasit Atlantic Corporation y sobre su jefe.

Realmente había mucha más de la que se esperaba y también muchas fotos de los padres de Mew, los antiguos dueños y también sobre las sucursales en Corea y Hong Kong, sus actividades y sus donaciones a distintas instituciones.

Luego vino a su memoria lo sucedido en el coche, cuando su jefe le dijo que su sonrisa lo tranquilizaba, ¿a qué se había referido realmente?, ¿Su jefe estaba enamorado de él?, entonces un escalofrío recorrió su cuerpo.

Siguió viendo páginas donde aparecían las propiedades, los coches de lujo, etc... comprobó que el empresario estaba más podrido de dinero de lo que creía, a pesar de sus muchos despilfarros y donaciones, entonces pensó en lo mal repartido que estaba el mundo.

-¡Maldita sea y yo aquí en esta pocilga y sin casi dinero para comer!-bufó molesto al recordar el dinero que se había gastando en los portaretratos.

Siempre había soñado vivir con lujos y ser un pez gordo pero si seguía trabajando de secretario por mucho tiempo, tardaría una eternidad en conseguirlo, entonces pasó por su mente una idea algo descabellada pero que lo llevaría a todo eso que ansiaba, más rápidamente.

Aprovechando lo que sabía sobre el interés de su jefe en él, podía seducirlo hasta el punto de volverlo tan loco y que este le pidiese matrimonio.

Gulf no creía en el amor, aunque si en la atracción, eso de amar para toda la vida y prometerse para siempre con una misma persona no iban con él pero por los millones de su jefe, le prometería amor eterno.

Desde niño había visto como su padre decía amar a su madre y colmarla de regalos cuando estaba sobrio pero cuando bebía la golpeaba y la aborrecía, hasta el punto de llevar a su madre al suicidio y luego pegarse un tiro.

Para él, el amor era una fantasía para idiotas, ya que creía que lo importante era el trabajo, el dinero, el sexo y la amistad, el resto no merecía la pena.

Este estuvo esperando a que su amigo llegase y entonces le contó su idea para poder obtener todo lo que deseaba más rápidamente.

-Mild, voy a aprovechar la fascinación que mi jefe siente por mí y voy a hacer que enloquezca...que me ruegue amor... Lo volveré tan loco de deseo, que conseguiré que me dé su fortuna.

- Pero Gulf... está mañana pensabas en no volver a esa empresa y ahora ¿quieres apoderarte de ella?.

-Seré el marido de Mew Suppasit y le exigiré que me nombre Subdirector, como un día su madre lo fue.

-Amigo eso es peligroso, si te casas con un hombre que no amas vas a ser infeliz y estarás atrapado en ese matrimonio hasta tu muerte.

-No, mi querido amigo... Conseguiré divorciarme antes de que eso ocurra y luego viviré mi vida como me plazca....Tendré la mitad de su fortuna y tú me ayudarás.

-A veces me da mucho miedo todo lo que tú cabecita piensa, pobre hombre.

-No lo comparezcas, Mild... Suppasit es otro cabrón con pasta, pervertido y adulador como lo era el sinvergüenza de mi padre... Aunque yo no caeré en en su juego como lo hizo la tonta de mi madre, eso tenlo por seguro.

 Aunque yo no caeré en en su juego como lo hizo la tonta de mi madre, eso tenlo por seguro

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9. Mi nuevo secretario - Primera Parte - Mewgulf-(Zaintsee) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora