9. Mi nuevo secretario - Primera Parte - Mewgulf-(Zaintsee) Terminada

Veintidós

Mew llamó a la policía de Hong Kong para que detuviese a McIntosh en cuanto este bajase del avión y para que abriesen una investigación por sus sospechas tras mandarles los documentos.

El empresario no contó nada de la grabación pues era una prueba ilegal y además comprometía a su secretario, aunque este lo hubiese hecho para ayudar.

El veterano empresario por su parte,  se despertó en la mañana muy confundido y sin apenas recordar nada, de hecho no sabía si lo pasado con el secretario de su socio había sido un sueño o había sido real.

Su vuelo salía en unas horas, así que este hizo su maleta y se fue al aeropuerto, ya que su estancia en Bangkok era por unos días y estos ya habían finalizado.

Todo el viaje en avión estuvo intentando recordar pero solo tenía imágenes confusas y recuerdos borrosos.

Luego de un tiempo en el que estuvo dormido, el avión aterrizó y cuando este estaba bajándose vio que había varios coches de la policía esperando a alguien en la pista de aterrizaje pero jamás pensó que lo esperarían él.

Lo detuvieron y se lo llevaron a su comandancia donde debía prestar declaración y él como no, negó todo los hechos.

La policía revisó su casa, sus cuentas y encontró varios documentos y datos de la empresa de Mew, los cuales no deberían estar en su poder e incluso su mujer tenía muchas propiedades a su nombre y era una simple ama de casa.

Los agentes la detuvieron a ella también por cómplice, ya que al interrogarla ésta estaba muy nerviosa y en un par de ocasiones se le escaparon detalles comprometedores para McIntosh.

Mew sonrió satisfecho en cuando la policía lo volvió a llamar unas horas después para avisarle que ya lo habían detenido y hablarle sobre todo lo que habían averiguado.

Requerían su presencia en el país, así que debía viajar en el día siguiente para hacer una denuncia formal y buscar lo mejor para su empresa en Hong Kong.

-Gulf, ven a mi despacho, por favor-le pidió por el interfono tras colgar la llamada.

-Si, ahora mismo, señor.

Este cogió su bloc de notas y entró  tras tocar con los nudillos.

-Reserva un vuelo en primera clase para Hong Kong, mañana debo estar allí... también reserva una habitación en el hotel The Peninsula Hong kong...ah y llame a mi casa y dígale a mi ama de llaves que me prepare una maleta con ropa suficiente para unos días... Eso es todo, gracias.

-Si señor, ahora mismo lo hago-dijo algo decepcionado.

A Gulf como su ayudante que era, esperaba que su jefe lo hubiese invitado a ir también pues jamás había viajado en avión y mucho menos había dormido en una habitación de un lujoso hotel.

Estaba molesto pero tenía pensado cobrarselo, ya que había arriesgado su propio pellejo por descubrir al farsante y creía fervientemente que este tendría que recompensarlo como mínimo con su ansiado ascenso.

Al día siguiente, como había previsto, Mew viajó a Hong Kong para declarar y poner en orden su sucursal, debía nombrar a un nuevo director y comprobar que McIntosh no tuviese cómplices.

Fue a la comisaría y puso la denuncia, en ella alegó sospechar de su socio  tras revisar sus libros de cuentas junto a sus empleados en Bangkok, el joven empresario generalizó pues no creyó necesario implicar directamente a su secretario.

Luego de salir de la comisaría, este fue a su sucursal y allí sus empleados se sorprendiendo de verlo pues no lo esperaban.

Todos extrañaban que Willy no fuese a trabajar, además estaban algo revolucionados pues habían visto rondar a la policía por los alrededores e incluso en las instalaciones pero estos solo habían estado en el despacho de este con una orden.

Mew los puso al tanto de la situación y como por arte de magia, no faltaron comentarios acusatorios hacía él, ni personas dispuestas a declarar en su contra, el joven empresario comprobó además que su ex amigo era un déspota con los empleados y los tenía atemorizados.

Este estaba muy arrepentido pues se dio cuenta que había descuidado mucho sus sucursal pues viajaba muy poco allí y también a la de Corea, ya que confió en su gente y jamás pensó que ocurriría una cosa así.

Prometió viajar más, también pensó en la posibilidad de ascender a Gulf, ya que creía que se lo merecía pues gracias a él había descubierto todo y creía que este lo había hecho sin esperar nada a cambio.

Pensó que podría ascederlo a ejecutivo, con un despacho propio y un sueldo mayor pero luego lo descartó, ya que así no lo tendría cerca, ni lo vería tan seguido y aunque sé sintió un egoísta, no podía renunciar a a él.

Además, este se autoconvenció de que a su secretario le encantaba ser su ayudante pues en todo el tiempo que llevaba allí, jamás se había quejado ni le había hablado de un ascenso.

No sabía que podía hacer pues quería agradecérselo de la mejor manera pero Gulf era todo un dilema para él, así que durante los cinco días en los que estuvo en Hong Kong barajó las mejores opciones y finalmente tomó una decisión, la cual creía que era la mejor y que seguro pondría al moreno muy feliz.