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''Las mujeres también podemos jugar. También podemos querer tener aventuras de una sola noche, y eso no nos hace putas ni nada parecido. Ahora bien, si los hombres buscan no tener nada serio, deberían aprender a dejarnos las cosas claras de un principio, así nadie se ilusiona y nadie sale herido. Porque ilusionar a una mujer para llevártela a la cama y luego no contestarle más el teléfono no te hace más hombre... sino todo lo contrario''. —Val Poetry.

Vitaminas.

Dejó de comprar unas vitaminas que debería tomar todos los días. Como no las ha estado tomando, su cuerpo se debilitó y se desmayó.

Dice que no las había comprado porque tiene otras prioridades en cuanto a en qué gastar el poco dinero que tiene, pero yo le insistí en que la salud también es importante. Hemos discutido algunas veces por el mismo tema. Ella argumenta que no quiere molestarme más de lo que ya ha hecho, y yo le digo que no debe pensar de esa manera. Entiendo que sienta que vivir aquí fuera una molestia para nosotros, pero le he insistido en que no es así. Bueno, al menos no para mí, que soy el único que lo sabe.

Por lo mismo, le compré las vitaminas. Discutimos otra vez, hasta que acabó cediendo y aceptándolas.

Hoy es lunes y acabo de salir de clases. La estoy esperando para que termine con las suyas, y así irnos juntos a casa. De pronto, mi celular suena y me avisa que mi madre me está llamando.

—¿Aló?

—¿Estás en clases? —pregunta bruscamente.

Mi madre siempre saluda, me pregunta cómo estoy y luego de eso va a la razón de su llamada. Esto es raro.

Ella se sube al auto y le gesticulo para que note que estoy hablando por teléfono con mi madre.

—No mamá, acabo de salir. Iré a casa en...

—Ven inmediatamente para la casa —ordena con seriedad.

—¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

—Necesitamos hablar, Alex. Y sabes bien sobre qué. Aquí los esperamos.

Corta la llamada tan bruscamente como contestó. Está claramente enojada.

—¿Qué está mal? —pregunta ella, bajando el volumen de la radio.

—Creo que mi madre nos descubrió —comento—. Me pidió que fuera a la casa ahora mismo. Dijo, y cito: ''los esperamos''.

—Oh no.

* * * *

Al bajarnos del auto y ambos comenzar a caminar hacia la puerta de entrada —normalmente ella entra por la puerta de atrás y yo por la principal—, ella toma mi mano y la aprieta para llamar mi atención.

—Todo esto es mi culpa, Alex. No estarías en problemas si no fuera por mi. Lo siento muchísimo, yo asumiré la responsabilidad y me iré, me siento pésimo por haber vivido aquí tanto tiempo a escondidas y...

Al abrir la puerta se escucha con claridad la conversación seria que están teniendo mis padres, por eso ella se queda callada.

Olvidado Amor (en pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora