-1.372 (Parte 1)

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Mi hermano está enamorado.

Mi madre y mi padre lo molestan a modo de burla, pues jamás se imaginaron que Simon compraría flores porque realmente quisiera sorprender a una mujer, con intenciones puras y sinceras. Tengo muchas ganas de conocer a Isabelle y descubrir por qué está tan loco por ella.

Aunque la verdad... lo entiendo. Entiendo que cuando conoces a alguien especial, estás dispuesto a todo para que esa persona continúe en tu vida.

Y cuando digo que estoy dispuesto a todo... lo digo muy en serio.

* * * *

—Mamá, hoy vendrá mi novia a casa un rato. ¿Está bien, cierto? —pregunto a mi madre, quien está trabajando en su computador en la encimera de la cocina mientras yo preparo su cena.

Dice que hoy en día el voluntariado exige aún más trabajo, pues el frío se hace notar y las personas necesitan muchísima ayuda. Y a mi me gusta ayudarla a ella, así no debe gastar energías en hacer cosas que quizás son simples, pero que cuando uno está cansado no quiere hacer. Por ejemplo, cocinar.

—Si, hijo —hace una pausa en la escribe en el teclado, y suspira frustrada—. ¿Puedes decirle a tu padre que venga? No logro editar esta tabla de Excel.

—Yo te ayudo, mamá —digo seguro—. Deja terminar de cocinar esto primero.

—Gracias, hijo —dice sacándose los lentes y masajeando su cuello—. Estoy agotada. ¿Te importaría ayudarnos uno de estos días en el voluntariado? Tu padre está atareado tomando exámenes en la Universidad, y no me puede ayudar tanto como antes.

—Claro, ¿cuándo te vendría bien? —quiero saber, terminando de saltear champiñones. No soy un genio en la cocina, pero me las arreglo bien con lo básico.

—¿Mañana? Estoy muy agobiada —confiesa con culpabilidad.

—Sabes que yo y Simon te ayudaremos. Allá estaremos, sin duda —aseguro.

—Les deberé un gran plato de papas fritas. Las cocinaré yo misma, como cuando eran pequeños. ¿Te acuerdas?

—Si —sonrío recordándolo a la perfección—. Las cortabas en pequeños triángulos, me acuerdo muy bien. Nadie más las corta igual, ¿sabes? Solo tú.

—Entonces freiré muchas para que comamos todos. Deberías invitar a tu novia, también.

—Está bien.

Me acerco a su lado una vez termino de cocinar, y comienzo a modificar la tabla de Excel que me pidió. Estoy en eso, cuando noto que se aclara la garganta.

—¿Alex?

—¿Si?

—¿Usas protección, verdad?

Esta es una forma muy poco sutil de introducir el tema de sexualidad. Bueno, no me molesta, porque no me siento incómodo hablando de esto con ella. No es que le cuente tanto detalle, pero aún así.

—Bueno, la verdad... no la necesito aún.

—¿No? —parece confundida—. Pensé que con tu novia ya habrían...

—No es algo que quiera hacer simplemente por hacerlo, mamá. Quiero que sea especial.

Ella asiente en respuesta, dando por terminado este tema de conversación. Si supiera que en realidad no nos hemos dado ni un solo beso... Las ganas no faltan, sin embargo.

Ah, a propósito de ganas. Hoy saldremos en nuestra tan esperada cita. Yo organicé todo, así que ojalá todo salga bien.

* * * *

Olvidado Amor (en pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora