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—¿Estás segura que esto está bien, mamá?

Me resulta un poco difícil de creer que mi mamá no tenga problemas en que ella duerma en casa. Específicamente, en mi habitación. Y más detalladamente aún, en mi cama. Conmigo. Los dos juntos. ¿Mencioné que ambos juntos en mi cama? Bueno, eso.

¿No que los padres hacen de todo para evitar que sus hijos duerman en la misma cama con sus novias? O novios, claro.

Es extraño que esté tan de acuerdo con todo esto.

No me quejo, al contrario. Me encanta la idea de que ella estará cómoda y abrigada en medio de este frío invierno.

—¡Claro que si! —responde mi madre—. ¿Por qué dormir en un sillón donde Francisco, si puede dormir aquí?

—Pero dormiremos juntos...

—Alex tú eres ya un adulto, no te diré qué hacer con respecto a este tema. Confío en que serás responsable en todo sentido...

Asiento con la cabeza, dando por terminado el tema. Iré al departamento de Francisco a buscarla en un rato más, y estoy emocionado por verla. No nos hemos visto en un par de días.

—Eres muy injusta, mamá —comenta Simon, apareciendo en la cocina.

—No soy injusta, hijo. Tú eres bastante irresponsable, y respecto a esto, tú no tienes un buen historial. ¿Quieres que te recuerde la vez en que...?

—¡Está bien! ¡Está bien! —interrumpe mi hermano—. Tienes razón. Pero hoy en día soy un hombre nuevo, mamá.

—Ver para creer, Simon —dice mamá, rodando los ojos.

Simon va a salir en dirección al patio trasero pero mamá se lo impide.

—¡Eh, eh! No tan rápido —su tono cambia a uno de seriedad total—, que esto va para ambos. Recuerden lo que les enseñé: si una mujer dice no, significa no —yo y mi hermano asentimos. No es la primera vez que mamá nos dice esto, pero sé que le gusta recordarlo—. Ese ''no'' puede decirlo incluso cuando estan a punto de... ya saben a qué me refiero. Si no se siente segura, es no. Si está borracha y no puede dar su consentimiento, es no. ¿Está claro?

—Si, mamá —digo yo.

—Si, má—dice Simon.

—Bien. El respeto siempre, ya lo saben. Ahora puedes salir, Simon —gesticula—. ¡Hey! ¡No fumes al lado de la puerta, jovencito! Se entra el humo y...

Salgo de la cocina y me topo con papá. Le doy un abrazo porque no lo he visto en todo el día. Me dice que las clases estuvieron aburridas, porque no asistieron muchos alumnos. Le aviso que voy a buscar a mi novia y salgo de casa.

Así es. Ella es mi novia. Y esta vez sin mentiras.

Mi novia, oficialmente.

Hemos tenido un par de citas-no citas. Hemos salido a caminar al parque, comer comida chatarra... pero no otra cita oficial. Aunque me gustaría cambiar eso pronto, me alegra saber que somos novios de manera formal.

Al llegar al departamento de mi amigo, ella sube al auto y me saluda con un suave beso.

—Hmmm... hueles rico —le comento.

—¡Si! Cambié de shampoo —y me encanta, pienso—. Oye, ¿estás seguro que tu mamá dijo que si?

—Muy seguro.

—Bien, vamos entonces.

Le doy otro corto beso y comienzo a manejar por las calles de la ciudad. Llevamos un rato, y cuando vamos pasando por la calle al lado de la costa, ella irrumpe en el cómodo silencio.

Olvidado Amor (en pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora