-1.349 (Parte 1)

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''No hay nada más difícil que tener que ignorar a quien alguna vez no dejabas de mirar''.

10 días.

Han pasado 10 malditos días desde la última vez que la vi, esa noche en el departamento de mi amigo.

Mentiría si dijera que no la extraño. Pero joder, lo hago. Extraño su olor, lo suave de su piel, sus ojos avellana...

Ya, basta.

Necesito concentrarme en el trabajo.

Sirvo el café correspondiente y lo llevo a la mesa del cliente que lo pidió. El hombre me agradece y vuelvo a la barra. La cafetería no está muy llena, es más, está todo muy relajado. Fui a clases hoy en la mañana, y ahora me quedan un par de horas de turno de la tarde.

No la he visto en estos días porque pedí cambiar los turnos que teníamos juntos. Así no me arriesgo a topármela. Puede ser una decisión infantil, pero ya tengo suficiente teniéndola en mi mente a toda hora. No necesito tenerla también en mi lugar de trabajo.

Doy un vistazo a mi alrededor, controlando que ningún cliente necesite nada más. Como se ve todo relajado, tomo mi celular, y noto que Francisco me mandó un mensaje.

—Dale una oportunidad, bro. Al menos escucha lo que tiene para decir. Estoy seguro que después de hablar, ambos podrán estar más tranquilos ;)

Sé que se refiere a ella, quien se ha quedado viviendo donde mi amigo estos días. Francisco es un gran amigo, y en el fondo sé también que tiene razón. Debería escuchar lo que ella tiene para decir. Pero por el momento eso no es buena idea.

* * * *

Estamos en la bibilioteca de la Universidad con Simon. Se ofreció a ayudarnos a Francisco y a mí con unos problemas de economía, ya que como dije antes, tenemos exámenes pronto. Lo  bueno de tener exámenes, es que significa que el título Universitario está cada vez más cerca. Y eso significa nuevos comienzos. Me emociona tener eso en mente.

Estamos esperando que mi amigo llegue. Es muy temprano en la mañana, por lo que la biblioteca está prácticamente vacía. Es nuestra hora favorita para venir a estudiar, por lo mismo.

—¿Cómo va todo con Isabelle? —quiero saber.

—La verdad, petit frère, es que bastante bien.  Estamos tomándolo con calma por el momento, y aunque a veces eso me pone ansioso... sé que valdrá la pena. Ella lo vale —su tono refleja real honestidad.

—Me alegra eso. Solo ten cuidado, Simon. No hagas algo de lo que luego te arrepentirás.

—No lo haré. Ella merece respeto.

Todas las mujeres lo merecen, pienso.

Saber que mi hermano está enamorado es cosa de otro mundo. Es extraño, muy extraño. Pero es algo bueno que lo esté, sin duda.

Estoy tan concentrado en el ejercicio que estoy resolviendo, que no los escucho llegar. En cambio, noto que la mirada de mi hermano se posa en algo atrás mío. Ese algo, es Francisco. Pero no está solo. Ella está a su lado.

Su mirada no deja la mía en ningún momento. Se ve firmeza y decisión en la forma en que me mira.

—Tenemos que hablar —dice ella, con un tono de voz lleno de seguridad.

—No, no tenemos nada de que hablar —replico.

Ya, sí lo sé. Mi respuesta fue infantil y estúpida. Pero fue lo primero que se me ocurrió, considerando que no esperaba verla ahora mismo. Francisco se sienta al lado de Simon, y ambos se enfocan en los ejercicios. Agradezco que al menos no estén visiblemente atentos de lo que ocurre.

Olvidado Amor (en pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora