17. 'Comiendo' en la cocina.

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Álvaro.

Al estar sentados y desnudos comiendo en la cocina, hablamos de que el haber sido criados con hacer siempre lo correcto solía ser aburrido además de que reprimía nuestra persona pero sí aclaramos que no era excusa para lo que hicimos Gaby y yo.

La verdad desde antes siempre he querido cogerme a Gaby y lo hice hasta ahora que, estoy casado siéndole infiel a mi esposa. Solo quiero coger con ella y listo, terminó todo entre ella y yo.

En eso miré a Gaby desnuda a mi lado, toda deliciosa con su pálido cuerpo y sus deliciosos pechos y esas caderas… ahí fue donde mi verga se empieza a parar ante la vista de asombro de ella.

-¿Qué? ¿No has visto una verga pararse así, Gaby?
-No puedo creer que… aún tengas energía…ganas de coger…
-Pues espero que tú sí, amiga perra… ¡je je je! ¡Hmm!

No debo ser sabio para darme cuenta que Gaby estaba muy excitada. .sus delatores pechos lo demostraban además, la forma de encoger o cerrar sus piernas cruzándolas delataban o que su clítoris estaba al máximo o,  que ella se regaba mojándose toda por dentro. Su sonrisa mordiendo su labio y esa mirada lo confirmaban. Ya terminábamos de comer cuando ella se pone en pie con sus piernas muy cerradas.

-¡Eh Álvaro…! Iré un toque… a, al baño…n-no me tardo…
-¡Tranqui amiga! Ve.

Ella entró rápido al baño de la casa del cual salió pronto secando sus manos pero igual de excitada.

-Lavare los… trastes, Álvaro. -Dijo ella.-
-Te ayudo, Gaby…

Ambos lavábamos los trastes en el fregadero mientras que ella me preguntaba cosas simples como de si en mi vida de casado me iba bien o, de mí trabajo y si me acepté bien donde vivo ahora. Gaby me hablaba para disimular lo excitada que estaba pero era en vano pues, su voz entrecortada la delataba además de la forma en que me miraba y miraba mi miembro erecto. En eso me sugiere ver tele.

-¡Ahh, querido! Si quieres… ¡Ahm…! ¿Te parece si…si vemos tele…?
-¡Eh, sí claro…Gaby!
-Espérame en el sofá y…ya casi llego, querido…
-¡Ok!

Me alejé del fregadero pero no para ir a la sala sino para llegar y abrazar a Gaby por detrás besando su suave y pálida espalda y su cuello. Ella suspiró ante mi sorpresiva actitud dejando de lavar los trastes.

Empecé a acariciar sus deliciosos y parados pechos con mi izquierda mientras que con mi derecha masajeaba el frente de su vagina y donde sus piernas estaban cerradas ella las abrió para que la tocara mejor y empecé a violarla metiéndole mi dedo masturbándola al momento que rocé en medio de sus nalgas con mi verga con ganas de metérsela por ese pálido y sabroso culo… ¡qué delicia cogerla por ahí! 

-¡Ah…, Álvaro! ¡Aahh…Oouuhh!
-¿Te gusta…, perra?
-¡¡Uuyyy,  me… encanta, querido!!

Al masturbarla de esa manera ella se riega mojando mi mano pero no era su orgasmo sino su pre-orgasmo entonces saco mi dedo y dejó de masturbarla.

-¿Por…qué paras…, querido? ¡Sigue…sigue!

Sin decirle nada le agarré las caderas y le metí mi verga de golpe cogiéndola contra el fregadero.

-¡¡Aaaahhhh… Álvaro!! ¿¡Pero…qué!? ¡¡Uuuyyy por…Dios!!
-¡¡Ten la toda…adentro, puta!!

Comencé a coger a Gaby contra el fregadero. El verla vulnerable en esa posición me daban más ganas de darle más duro y más rápido. Sus gemidos y lamentos de placer me abilocaban aún más y ese rico culo por el cual deseaba metérsela toda mi verga.

Gabriela.

Me comenzaba a excitar el ver a Álvaro desnudo y sentado a mi lado además de que su verga se paró y su mirada con ganas de culiarme de nuevo se notaban. Por eso crucé mis piernas para tenerlas cerradas frunciendo mi vagina porque sentía que me empezaba a mojar toda entonces le dije a Álvaro que iría un momento al baño y vale que lo hice pues estaba mojada, regada no porque estaba muy excitada y me limpié con unas toallitas húmedas que tenía ahí luego, lave mis manos y fui a terminar de comer con él para después lavar los trastes.

-Lavare los…trastes, Álvaro… -Le dije.-
-Te ayudo…

Lavamos los trastes en el fregadero entonces le pregunté de cómo le iba en su vida de casado y de su trabajo pero esa conversación era para disimular lo excitada que estaba pero en vano pues, respiraba muy acelerada, me trabé al hablar varias veces además de mis pechos delatores que estaban más firmes y duros que nunca. ¡Oh por Dios…!

Fue entonces que le dije a Álvaro que viéramos tele y le sugerí que fuera a la sala y que yo ya casi llegaba. Cuando creí que se había ido fue cuando me llegó por detrás abrazándome de sorpresa tocándome los pechos con su zurda y con la derecha acariciaba mi vagina. Era una deliciosa sensación además de que besaba mi espalda y cuello.

Después  pasó miembro bien parado en medio de mis nalgas rozando mi trasero como deseando que me la metiera por el…culo y yo, encantada. Pronto abrí más las piernas para que me violara con su dedo y así lo hizo masturbándome… si él me la metía por detrás al mismo tiempo de masturbarme; sentiría como si me cogieran dos al mismo tiempo…pero sólo rozaba su verga.
Comencé a regarme pero no era mi orgasmo pero sí me regaba mojándome toda en mis adentros y de pronto Álvaro deja de masturbarme.

-¿Por…qué…paras…, querido…? ¡Sigue…sigue!

Sin decir nada Álvaro me toma por las caderas y me mete su verga en mi muy trabajada vagina haciendo estragos en mis adentros.

-¡¡Aaaahhhh… Álvaro!! ¿¡Pero…qué!? ¡¡Uuuyyy por…Dios!!
-¡¡Ten la toda…adentro, puta!!

El decirme puta o zorra al coger me enloquecía demasiado más al sentir la verga de Álvaro entrar y salir cogiéndome en la cocina contra el fregadero algo muy diferente en verdad pues sólo he andado desnuda por la casa y en el patio pero jamás cogida… ¡je je je!
Me sentía rara pero disfrutaba la culiada que me estaba dando mi amigo…

-¡Ah, ah…, Álvaro! La tienes…muy gruesa…y grande!
-Discútala…toda, perra…sabrosa..

Tan rico sentía como Álvaro me cogía que creo que me regaría por mi culo pues comencé a sentir esa deliciosa sensación por atrás. Miré para atrás y vi a Álvaro disfrutarme dándome duro y rico y yo a él.

Veía mis pechos sacudirse, veía a Álvaro… sentía la calidez de su verga en mí sacudiéndome toda por dentro y pensé en algo.

-¡Álvaro…! ¡Sácame la…verga! ¡Rápido…!
-¿Qué…? Se me vendrá abajo…
-¡No, no…pasará! ¡Sácamela…!

Le puse mi mano izquierda contra sus caderas para que dejara de cogerme y aceptó. Lo tomé de la mano y lo llevé a la sala mientras él masturbaba su miembro para mantenerlo parado.
Ya en la sala me senté en el centro del sofá en frente de él donde agarré su verga y comencé a mamarlo suavemente para mantenerlo parado.
Luego empecé a masturbarlo mientras mamaba sus contraídas y deliciosas bolas… lo oí gemir de placer y yo me regaba por dentro entonces dejé de mamar a Álvaro y me arrecosté en el centro del sofá estirándome y sujetándome de respaldar del sofá sonriendo abriendo más mis piernas.

-¡Hazlo, bebé!

Álvaro bajó y empezó a mamarme todos mis labios vaginales y mi clítoris con su deliciosa y afilada lengua dándome unos leves mordiscos en estos y en el frente de mi vagina enloqueciéndome toda…

-¡Ah, ah…querido!  ¡Uy, Uy…! ¡Qué…delicia!

Después de mamarme un rato Álvaro agarró mis piernas por los tobillos, las levantó abriéndolas como una “V” y me clavó su verga de golpe en mi vagina cogiéndome rico, duro y rápido.

-¡Uy amor…! No me…cojas tan…duro… -Le dije sonriendo.-
-Lo siento…pero aquí te doy…toda la mía…puta sabrosa…

Ambos reímos y gemimos de placer; yo me sujetaba del respaldar del sofá arañando y casi clavando mis uñas en su corteza de vinil dejándolo marcado. Miré entonces mi vagina ser penetrada por la gruesa verga de Álvaro, sus afiladas caderas golpeándome y ese sonido de ‘pac-pac’ que estas hacían al golpearme con muchas ganas.

Nuestros agotados y sudados cuerpos ante tanta cogedera no paraban pues queríamos seguir…  pronto sentí que me regaba por detrás y de repente llegó mi orgasmo el cual regó mis adentros y la cálida, gruesa y dura verga de mi amigo…

-¡Ah, ah, aaahhhggg…! ¡Oouuhh, uuuyy!, ¡ ricooo mi amoooorr! ¡Sacúdeme toda…por dentroooo malditoooooo! ¡Oh, oh yeah! ¡Fuck, fuck, ffuck!

Arañé el sofá, luego agarré a Álvaro por sus caderas donde clavé mis uñas y lo arañé también y pronto me empezó a coger más rápido lo que era que ya se iba a regar y de pronto llegó su orgasmo está vez él se regó después de mí.

-¡Toma tu…leche puta…perraaaa! ¡Oh, oh yeah! ¡Zorra..puta!

Quedamos derrotados riendo y gozando. Álvaro sacó su verga la que sentí deliciosamente ya sea al metérmela como al sacármela luego bajó con cuidado mis adoloridas piernas para posarse sobre mí y besarnos luego reímos de nuevo y dormimos abrazados en el sofá.

Continuará… 

Un adultero y una fornicadora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora