65. Cosas que pasan.

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Álvaro.

Después de esto Gaby se metió de nuevo al jacuzzi para lavar sus restos orgásmicos tanto míos como suyos además del vino con el que bañó su deliciosa desnudez e hice lo mismo.
Luego entramos en la ducha pero mi verga se para ante sus ojos llenos de sorpresa.

-Pero, ¿acaso eres insaciable querido?
-Es el efecto que causas en mí… -Le sonreí.-

En eso Gaby me da la espalda bajo la ducha entonces la abracé por detrás acariciando sus pechos y panocha a la vez que rozaba mi verga entre sus delicadas y deliciosas nalgas.

-Álvaro… por ahí no… me siento desganada…

Sin decirle nada la tomé por las caderas para ponerla contra la pared de manera de meterle la verga por la panocha por detrás y empecé a cogerla.

-¡Ah, ah, ah! ¡Querido… basta! Estoy desganada…
-No veo que quieras…evitar la cogida… perra…

No respondió pues lo que dije es cierto por más desganada que estuviese. Su deliciosa y cálida estrechez vaginal me motivaba a cogerla cada vez más y más duro, más rápido… no me importaba que estuviese o no desganada pues ahora quería regarme dentro de ella y disfrutarla yo.

-¡Álvaro… para! No me siento…con ganas…

No respondí y seguí cogiéndola hasta que me regué dentro de ella sin esperar que sintiera su orgasmo saqué mi verga de su panocha.

-No tenía ganas de coger… -Dijo seria lavando su panocha.-
-Pero yo sí. ¡Je, je, je!
-Eres un idiota. -Me dijo.-

Gaby terminó de lavarse y salió pronto del baño, secó su cuerpo y salió desnuda al cuarto presurosa. A como la conozco sé que está molesta pero bueno.

Terminé de bañarme y secarme pero cuando iba a salir del baño me detuve manteniéndome en silencio. ¿La razón?, que Gaby estaba acostada desnuda en la cama masturbándose como loca. Me excité de pronto al ver la escena y escucharla quejarse del placer. Vi cómo torcía sus deliciosas caderas ante sus separadas piernas… a la vez que se metía tres dedos en ese panochón que se tiene mientras decía y pedía que la cogieran en su fantasía.

Sin pensarlo dos veces y con mi verga bien parada me acerqué a Gaby en silencio, subí a la cama con cuidado de no ser sentido para estar casi sobre ella y ya en posición, agarré su mano quitándola de su panocha, luego abrió los ojos volviendo a la realidad y en eso la penetré a la vez que sujeté sus manos por las muñecas.

-¡Querido…! ¿Pero qué…diablos?
-Que te…voy a coger zorra inmunda…
-¡Ah, ah… fuck!

Sujeté las muñecas de mi zorra amiga mientras la cogía. Sus dedos se abrían y cerraban mientras ella miraba la pared a la cabeza de la cama mientras gemía. Disfruté mamando sus bien parados y deliciosos pechos además de su cálida estrechez vaginal hasta que ella se regó en su orgasmo gritando de placer esos berridos alocados.

-¡OH YEAH…! ¡OH FUCK, FUCK, FUCK ME NOW…! ¡VIOLAME HIJO DE PUTAAAA?
-AQUÍ TIENES… LO MÍO ZORRAAAAA! -Le grité dándole más duro al regarme dentro de ella.-

Después de cogerla toda saqué de golpe mi verga de ella y quedamos un rato acostados en la cama. Luego nos dimos un baño para irnos cada uno a su casa.

Dos meses después.

Gabriela.

Han pasado un poco más de dos meses desde que Álvaro y yo cogimos por primera vez. En estos meses hemos cogido con ganas saciando nuestros deseos e instintos sexuales cada vez que cogemos.
Él me dijo que con el dinero del tesoro pagó los 10 millones de la hipoteca de la casa de su esposa y el resto lo guardó en una cuenta diferente. Le mintió a Alba que ganó los 10 millones en la lotería sin mencionar el resto.

También hablamos que tuvo problemas con su esposa pues al salir del trabajo él y yo nos veíamos para coger. Álvaro le mentía a su celosa mujer que hacía horas extra y lograba engañarla al solicitar al cajero automático un adelanto de salario por la cantidad de las supuestas horas extra.

Un día Álvaro quiso sorprender a Alba y sacó un poco de dinero y reservó una habitación de hotel para pasar el fin de semana con su esposa e hijastras pero ellas se negaron pues no les gustaba mucho la playa. Entonces él quiso ir sólo pero llevó a su mejor amiga o sea yo sin que Alba lo supiese. Ya en la playa nos dirigimos a un hotel llamado “El Templo de Poseidón’ en el que estaremos todo el fin de semana juntos.

Llegamos a eso de las 9 am y una vez en la habitación empecé a desnudarme delante de mí amigo-amante y una vez desnuda abrí mi salveque ante la mirada de Álvaro que me miraba con deseo y eso no sólo me encanta, me excita demasiado.

-Parece que no has visto a una mujer desnuda. -Le sonreí.-
-Si se trata de ti, disfruto de la vista. ¡Je, je! -Dijo desnudo y bien excitado -

Ambos estábamos desnudos y excitados pero no pasó nada pues sólo nos pusimos nuestros trajes de baño. Álvaro se puso un boxer negro sobre éste se puso una pantaloneta azul y yo un traje de dos piezas color naranja muy provocador pero me puse un short de mezclilla pues queríamos comer algo en el restaurante del hotel así que, bajamos y comimos estando ahí un par de horas.

Después de una merecida comida ambos fuimos a caminar por la playa donde me quité el short y él la pantaloneta. Sentí no sólo la depravada y violadora mirada de mi amigo-amante desnudarme sino también las miradas de chicos y chicas que me veían con deseo. Me gusta como mujer ser deseada pero por el sexo opuesto, no por el mismo.
Algunos chicos muy sexys me sonreían con falsa amabilidad pues de viaje noté sus miradas pervertidas. A algunos les sonreí algo que a mi amigo-amante lo ponía celoso pero la situación me divertía pero el karma es el karma pues a Álvaro le empezaron a sonreír una que otra chica sexy exótica y exuberante lo que poco logré disimular inclusive una se atrevió a hablarle saliendo con el cuento chino preguntándole que si él no era el ex compañero de escuela del que no volvió a saber nada y por si fuera poco, le dio una tarjeta con su celular y disque es psicóloga. ¡Increíble! Qué mujer más arrastrada.

-Apuesto a que le mandarás un mensaje a la tipa esa, ¿verdad? -Le dije molesta.-
-Pues no, ¡je, je! Sólo que es bueno tener un amigo o amiga psicóloga a mano. Uno nunca sabe… además si hubiese sido un psicólogo que te sale con lo mismo, habrías aceptado también.
-¿Y por qué no? Lo que es bueno pal ganso, es bueno pa la gansa decían mis abuelos. Además estoy soltera…
-¡Bla, bla, bla! -Se mofó él de mí moviendo su mano como si esta hablase.-
-¡Odioso! -Le dije dándole un codazo en sus costillas.-
-¡Grosera! -Dijo haciéndome cosquillas en mis axilas.-

Al final reímos mientras andábamos en la playa donde perdimos la noción del tiempo y el atardecer se hacía presente en eso decidimos entrar al agua.


Un adultero y una fornicadora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora