8. Lo que pasó después.

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Gabriela.

Álvaro me alzó  para penetrarme con su duro y grueso miembro y cogerme contra la pared.

-¡¡Aaaaauuuooohhh…!! ¡Oh…, demonios! ¡¡Aahh, ahh!! -Grité.-
-¡¡Tomala…que es tuya… perra!! ¡Gozala…toda!

Sentí como su cálida verga entrando en mí de golpe al violarme Álvaro contra la pared con muchas ganas. Luego lo abracé y recoste mi cabeza en su hombro mientras arañaba suavemente su espalda gimiendo y quejándome del placer.

-¡¡Álvaro…llévame, llévame a mi… cama, maldito…!!

Mi cuarto estaba a lado de la pared donde cogimos por lo que él me llevó al momento que me tenía penetrada. Al llegar a la cama Álvaro se dejó caer forzando su miembro dentro de mí dándom!e más duro.

-¡¡Ooouuuch…!! ¡Cuidado…que duele…!! ¡Muy duro…!!
-¡Je, je, je! -Río Álvaro con risa rretorcida.

Ya en la cama él dejó de abrazarme para apoyar sus manos en el colchón y seguir cogiéndome. ¡Hmm, él sí sabe como cogerme!

-¡¡Gaby….! ¡¡Rica perra…!! -Álvaro me decía palabras sucias que en ese momento me gustaban.-  ¿Hace cuánto… que no te dan… una buena cogida, puta?
-¡¡Nuunca he cogido…!! ¡¡Soy…virgen…!!
-¡¡No eres…virgen!! -Me contradijo dándome más duro.- ¡¡Lo acabo de… comprobar, puta!!
-¡¡No... soy…virgen!! ¡¡No lo…soy!! ¡¡Aahh, Aahh!!
-¡Eres una puta… deliciosa!!
-¡¡Cógeme rico…malditoooo!! ¡¡Aahh… aaahh…Oouuhh!!

Nos dijimos muchas cosas sucias para seguir cogiendo rejo y parejo. Podíamos oír nuestros gemidos y suspiros de placer además de ese “pac, pac” sonido de las caderas de Álvaro golpeando las mías en cada mete y saca sin olvidar sus bolas que me golpeaban como queriendo entrar con ese miembro que me enloquecía al coger.

Arañé las sábanas con mis brazos extendidos, mis pechos se agitaban al ser sacudidos con cada golpe que Álvaro me daba al cogerme. Luego sentí de nuevo esa misma y rara pero deliciosa sensación en mi trasero; parecía que me iba a venir por detrás también. ¡Je, je, je!

Seguimos cogiendo y en eso vi por un lado mi espejo al otro lado de mi cuarto. Vi mis piernas abiertas y en medio de estas, el trasero de mi amigo que se movía rápidamente cogiéndome toda. El ver ese reflejo me enloquecía excitandome al límite… sentí esos “micro” orgasmos que me mojaban toda en mis adentros.

-¡¡Hmm, hmm, hmm,!!- Gemí.

De pronto Álvaro empezó a coger más y más rápido señal que su orgasmo estaba por venirse. Sentí que su miembro se engrosaba entonces le sujeté las caderas.

-¡¡No te…vengas dentro de mí…!! ¡¡No lo…hagas!!
-¡¡Toma esto….  zorraaaa! ¡¡Aahh, aaahhh!!
-¡¡Álvaroooo!!

Clavé mis uñas en sus caderas para detenerlo pero fue en vano. Sentí su cálido orgasmo en mis adentros y por tenerlo dentro de mí, acaricie el trasero de mi amigo. Instantes después sentí que el mío ya venía por lo que sujeté su trasero para que siguiera cogiéndome.

-¡¡No te…detengas, maldito!! ¡¡Ni lo…pienses!!
-No Me…detendré, puta…
-¡¡Ál-Álvaroooo…!! ¡¡Aahh, aaahhh, ooouuhhh!! ¡¡HAZME…TUYAAAA!! ¡¡OOOOHHH SIIII!! ¡¡OOOHH FUCK… FUCK!!

Fue ahí que mi potente orgasmo llegó haciéndome sentir que me derretía por dentro y esa humedad extrema que inundaba mis adentros que extrañaba desde hace añales, volvió.
Álvaro y yo estábamos bañados en sudor, agotados y satisfechos. Reímos con malicia. Yo puse mi mano en mi boca como queriendo decir con sarcasmo y burla que lo que hicimos no estaba bien, ¡je, je, je!

Álvaro se despegó de mí sacando su miembro de mis adentros. Mi vagina estaba toda mojada por dentro y por fuera. Vi el miembro de mi amigo que aún estaba parado además de grueso es largo por lo que le puede llegar hasta el ombligo.
¡Guau! No pensé que semejante pedazo me pudiera entrar todo y sus bolas, estaban contraídas seguro por su orgasmo.

Ambos dormimos abrazados pero después me separé de él para darle la espalda y acostada de medio lado, me encogí abrazando mis piernas sintiéndome culpable por coger con mi amigo; un hombre casado.

Álvaro.

Gaby me estaba dando una mamada de aquellas en la sala. Miré cómo su cabeza adelante y para atrás mamando con ganas. Le había propinado una buena mamada que creo que hasta le mordí sus labios vaginales. Ella es toda una delicia.
Después ella se pone en pie para seguir besándonos con desespero y fue entonces que alce a Gaby abriendo sus piernas para penetrarla de golpe metiendo toda mi verga a lo que ella gritó y gimió por tener mi miembro en sus adentros rodeandome ella con sus pálidas y deliciosas piernas cogiendola contra la pared. Podía sentir sus uñas arañando mi espalda señal del disfrute que sentía ella.

-¡¡Á-Álva…ro…aaahhhh!! ¡¡Lléva…me...llevame a…la cama…malditoooo!!

¡Era obvio! Estaba desesperada por lo que la llevé cargando mientras la penetraba a su cama para dejándome caer para empujársela más duro.

-¡¡Ooouuuhhh…uuhh!! ¡Cuidado…que…duele…muy…duro!! -Eso me dijo y le sonreí.-

Toda ella es una rica muy estrecha por dentro y tras de eso, dentro de su vagina sentí como si me estuviera apretando mi miembro algo que me alocaba cada vez más.
Luego vi mi miembro entraba y salía de su pálida y depilada vagina y sus pechos sacudiéndose con cada golpe de la cogida que le estaba dando a ella. 
En eso ya mi orgasmo se aproximaba para regarse dentro de Gaby quien arañaba las sábanas y su almohada.

-¡¡No te…vengas dentro de mí…!! ¡¡No lo…hagas!! -Decía ella.-
-¡¡Toma esto….  zorraaaa! ¡¡Aahh, aaahhh!!
-¡¡Álvaroooo!!

A pesar de que clavó sus uñas en mis caderas para detenerme, siempre me vine dentro de ella algo que disfrutó porque acarició mi trasero el cual instantes después sujetó pidiéndome que no parara porque era obvio que ya ella se iba a regar.

-¡¡No te…detengas, maldito!! ¡¡Ni lo…pienses!!
-No Me…detendré, puta…
-¡¡Ál-Álvaroooo…!! ¡¡Aahh, aaahhh, ooouuhhh!! ¡¡HAZME…TUYAAAA!! ¡¡OOOOHHH SIIII!! ¡¡OOOHH FUCK… FUCK!!

La calidez de su orgasmo mojada mi satisfecho miembro sudando ambos por la cogida. Reímos de malicia y Gaby se puso la mano en la boca riendo como queriendo decir que lo que habíamos hecho era prohibido pero lo disfrutamos.

Me levanté separándome y así sacar mi verga de ella. Al verlo ella se asombró con ojos saltones y mordiendo su labio diciendo: ¡Guau qué pedazo! Y yo vi su vagina empapada por el orgasmo que le produje y que hacía tiempo esperaba una buena cogida y no fue decepcionada. ¡Je, je, je!

Me dormí abrazándola y ella a mí por un rato. Desperté momentos después y Gaby ya no me abrazaba sino que estaba acostada de medio lado dándome la espalda, encogida abrazando sus piernas.

Su pálida espalda y su delicioso trasero me daban una buena vista. Toqué su espalda mas no reaccionó aunque noté que estaba despierta y me pareció oírla llorar y no sé porqué.

Gabriela.

Me separé de Álvaro y me acosté de medio lado dándole la espalda, encogida abrazando mis piernas llorando por la culpa de acostarme no sólo con mi amigo sino que está casado. Me sentí sucia como una puta… Álvaro tocó mi espalda a lo que no quise reaccionar.

-Gaby, ¿qué tienes? -Me preguntó queriendo abrazarme.-
-Deberías saberlo o, ¿eres tonto o qué? -Le reclamé evitando su abrazo levantándome de la cama.-

Ya en pie aún desnuda crucé mis brazos miré a Álvaro desnudo en mi cama con cara de confusión sin entender nada. ¡Bah, hombres!

-¿Qué? ¿Acaso no te gustó? ¿No lo hice bien?
-¡Ese es…el problema, amigo! Lo que me hiciste o hicimos me gustó y no lo hicimos bien sino, ¡demasiado bien!
-¡¿Entonces qué Gaby?!
-¿Acaso no lo ves? ¡¡Eres casado!! Tienes esposa… y yo nunca me he metido en la relación de nadie menos en un matrimonio.
-¡Gaby, yo…!
-Tú, tú…nada! ¿Qué van a pensar de, de mí? ¿De ti? ¿Qué será de tu matrimonio? A-ahora yo soy una; puta… y lo peor de todo Álvaro es que me gustó y no me arrepiento de pecar así…

Estuve angustiada caminando de un lado para el otro en mi cuarto. Todo aquello que mamá me enseñó de niña de la fe, el pecado y de no meterme con hombres casados, lo tiré por la borda por mis incontenibles ganas de coger. No soy puritana, ni farisea ni mucho menos mojigata pero me sentía mal pues Álvaro es un hombre casado y prohibido para mí y yo prohibida para él.

-¡Gaby escuchame! Esto se dio porque los dos quisimos que se diera y no lo pudimos evitar…
-¿Y si hubieras podido evitarlo, lo habrías hecho, Álvaro? Yo traté de parar… después del beso…

Álvaro bajo la cabeza a la vez que negaba con ésta.

-Gaby, si querías parar en serio…
-¡Sí, quería hacerlo! -Le interrumpí.-
-¡Habrías insistido en no seguir!  Me conoces muy bien Gaby y sabes que no habría seguido con esto, y lo sabes…
-¿Ah sí? Pues entonces, ¿qué pasó, Álvaro?
-Que ambos queríamos coger. Tu problema es que no quieres aceptar tu parte de la culpa. Ahora sólo falta que digas que te violé.
-¡Pues así me siento por si no lo sabes!
-Pues fue una violación con permiso de tu parte… ¡Increíble!
-¡Eres un…! ¡Bah!

Salí del cuarto a recoger mis ropas que dejé tiradas en la sala. La verdad es que Álvaro tenía la razón en todo y no quería admitirlo. Quería que me cogieran, que me hicieran sentir mujer y eso ocurrió esta tarde de sábado sólo que nunca pensé hacerlo con un hombre casado y esa era la culpa que me tenía.

Álvaro llegó a recoger sus ropas a la sala y se fue a duchar, no le dije palabra alguna. No me puse mi ropa sólo un camisón que me llegaba hasta medio muslo pero debajo de éste, igualmente estaba desnuda. Álvaro salió del baño secándose para ya vestirse yo estaba más tranquila y le hablé.

-Álvaro lamento esta discusión y es que jamás… no soy de meterme con hombres casados… y eso me putió; ¡tú sabes! No soy de esas…
-Descuida Gaby. No soy de serle infiel a mi esposa pero dejamos que las cosas se salieran de…control…

Mientras él terminaba de vestirse me senté en la cama y le pregunté:

-¿Y qué si…salgo embarazada? ¿No querrás que aborte o sí?
-¡No, no Dios libre! No somos crueles. Primero que todo con mi matrimonio ni pasará nada porque no diremos nada de lo que pasó aquí. ¿Estamos?
-¡Estamos, Álvaro!
-Segundo, no eres una puta. Si lo fueras andarías con varios hombres todo el tiempo y tercero, si quedas embarazada no abortes. Te ayudaré con los gastos del bebé. Obviamente el embarazo no se puede ocultar y sólo tú sabrás divulgar quien es el padre pero sólo a personas de confianza que no tengan que ver con mi madre y mi esposa, ¿estamos?
-¡Estamos, Álvaro! -Le respondí.-
-Ahora lo que debemos hacer es no volver a coger de nuevo, Gaby.
-¡Ehm está bien! Veré si compro pastillas anticonceptivas y si las puedo tomar de una vez.
-¡Está bien, amiga!

Después de aclarar las cosas Álvaro se fue pues se tardó demasiado y esa tardanza molestaría a su esposa pues me dijo que era algo celosa. Al salir le abrí la puerta del patio que daba a la calle por otro lado pues al salir por el frente, algún vecino entrometiche me vería en camisón y verán que pasó de todo en mi casa.

La verdad no quería que se fuera; no sé porqué no lo aproveché de soltero aunque sea sólo en la cama. Luego de cerrar la puerta del patio fui a mi cuarto, me desnudé quitándome el camisón y me fui a dar una ducha para asearme. Después del baño me sequé y miré mi desnudo cuerpo al espejo. Si este pudiera sonreír lo haría pues lo que necesitaba era una buena cogida.

Frente al espejo toqué el frente de mi vagina el cual al igual que mis pechos, tenía unos pequeños moretones por parte de mi amigo. Al tocar el frente de mi vagina, me puse a pensar que ahí tenía el orgasmo de mi amigo junto al mío pero ya no me sentía culpable ni desesperada sino satisfecha y feliz aunque fuese pecado del cual no me arrepiento y si volviese a pasar seguro que caería en la tentación de nuevo. ¡Je, je, je!

La verdad quería sentirme mujer y aunque Álvaro no es el primero; me hizo sentirme mujer.

Un adultero y una fornicadora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora