44. Después del susto en el ático...

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Álvaro.

Cargué en brazos a Gaby hasta la cama y busqué en los demás cuartos más sábanas para cobijarnos mejor sin usar las que cubrían nuestra desnudez. Encontré un par de estas y las llevé para cobijarnos, Gaby estaba acostada como la dejé pero de brazos cruzados mirando a la pared.

-Simplemente no puedo creerlo…. No puedo creer lo que vi…
-Tampoco yo pero como dicen por ahí, aquel que ande en malos pasos el diablo lo premia llevándoselo… -Dije mientras la cubría con las sábanas luego me metí con ella a la cama.-
-Tu y yo…andamos en malos pasos, querido y la verdad no quisiera seguir así pero…
-Pero Gaby lo nuestro es diferente pues el señor Rehims sabía lo que hacía…
-Y según tú, ¿nosotros no? ¿No sabemos lo que hacemos? Álvaro tú un hombre casado engaña a su esposa conmigo tu amante, tu querida… y tras de eso mamá culea con Asdrúbal… Mamá está divorciada y se mete con un hombre casado también.

Gaby estaba como loca desde que tuvo o tuvimos la visión del señor Julius Rehims gritando en el infierno. En verdad ella tenía razón y mientras decía todo esto, se fue quedando dormida como una niña a lo que la abracé y dormí a su lado.

No sé cuánto tiempo dormí pero al despertar vi a Gaby dormida a mi lado empezando a despertar.

-¡Hm qué rico dormí! -Estiraba ella los brazos y más animada.-
-Veo que dormiste muy bien, amiga.
-¡Sí y bastante! Debo aceptar que el susto de la visión me alteró pero fue sólo eso querido. Y sé lo que dije y todo pero, ¿quien es perfecto?
-Bueno eso sí, Gaby.

En eso Gaby se levanta de la cama y se desnuda dejando caer las sábanas que la cubrían estirando de nuevo sus brazos luego agarra la sábana con la que se vestía.

-Iré a lavarme al chorro querido.
-Pero hace mucho frío…
-Sí pero si de repente deja de llover tendré que andar olorosa a semen y a mí orgasmo y no es agradable. Más bien, deberías de hacer lo mismo pues son pasadas de las 3 pm…
-¡Vaya que dormimos!
-¡Sí y demasiado!

Ambos fuimos al último cuarto pues el chorro como habíamos dicho, pasaba por un boquete en el techo, pasaba al ático para después, pasar al último cuarto de donde estábamos en la planta alta y terminar su caída en la cocina. Gaby se metió primero no sin antes quejarse de lo fría que estaba el agua; ahí le dije: ‘Te lo dije.’

Miré cómo lavaba sus pechos, su trasero y del cómo separaba sus piernas para meter su mano en medio de su panocha sobándola para lavarla bien… me parecía que se estaba masturbando bajo el agua al verla que levemente doblaba sus caderas. Yo estaba desnudo admirándola y estaba muy excitado.

-Vale que te sabes controlar tus bajos instintos, amigo.
-¡Jeje! -Reí desnudándome.-
-Bajo el chorro de agua… hay lugar para ambos, querido…

Sin decir más, me metí bajo el agua junto a ella. El agua estaba gélida pero eso no me quitaba las ganas que le tengo a Gaby y ella me motivaba a poseerla pues ella masturbaba mi miembro a la vez que me besaba entonces la abracé y ella me rodeó con su pierna entonces la alcé de frente y la penetré de golpe.

-¡Au, querido! -Sonrió con deseo.-

Sin cruzar palabra la llevé alzada y penetrada a la cama del segundo cuarto donde nos dejamos caer de golpe.

-¡Au… grosero!
-Pero te gusta, ¿eh perra?

Empecé a culiarla en eso ella extiende las manos.

-¡Viólame…! ¡Viólame, Álvaro! Viólame como…lo hiciste afuera….

Entonces le agarré las muñecas y comencé a cogerla duro de la misma forma que la violé entre los matorrales. Igual que en los matorrales le mamé los pechos, el cuello mientras ella se veía vulnerable, indefensa y sometida a mí sólo que ésta vez ella lo disfrutaba mordiendo su labio con sus ojos cerrados. Abría y cerraba las manos suspirando con cada cogida que le daba. Pronto me miró gozando sonriendo y le correspondí sintiendo su deliciosa estrechez vaginal.

-¡Eres una puta…! ¡Una deliciosa… puta tierrosa…!
-¡Soy…puta tierrosa! Pero soy tuyaaaa…

Sujeté a Gaby por sus muñecas y le daba más fuerte para después despegarme de ella y soltarla para ponerla de cuatro patas.

-Por el culo no, querido… hoy no…
-No te daré por ahí perra…

Le penetré su panocha con mi verga con ganas, me encantaba oírla disfrutar de la cogida.

-¡Ah, ah, ah! ¡Querido…!
-¡Toma tu leche…putaaaaa! -Dije en voz alta regando mi orgasmo dentro de ella.-
-¡Hm qué delicia…! ¡Qué rico me lubricas…por dentro…! Ahora siente…como lubrico tu…verga… ¡AAHH, OOHH, OUH YEEEAAAAAHHH! ¡FUCK, FUCK, FUCK…!

Sentí la calidez orgásmica de Gaby mezclarse con mi semen mientras le daba bien duro hasta quedar agotado y mojado sobre su también mojado cuerpo. Reímos besándonos para luego despegarnos y descansar unos instantes. Después fuimos y nos dimos un pequeño baño bajo el chorro rápido pues la lluvia empezó a disminuir entonces fuimos por nuestras ropas que aún estaban húmedas pero antes de vestirnos Gaby se percató de que olvidó el diario del señor Julius Rehims en el ático.

-¡Ah Álvaro! Olvidé el diario en el ático.
-Iré por el.
-No, tranqui… iré yo.

Ver a Gaby desnuda subiendo las escaleras era una delicia pero ya cogí suficiente como para que mi verga se parase de nuevo. Luego venía ella con el dichoso diario y después nos vestimos. La lluvia paró momentos después por lo que cerramos el ático y los candados de las puertas para irnos llevando Gaby consigo el diario y las llaves antiguas. Caminamos hasta llegar a la calle donde llegó unos minutos después el bus que pasaba por la casa de Gaby.

-Álvaro, pasemos a mi casa para que sequemos nuestras ropas. ¿No pensarás irte así hasta Ciudad Central o sí? Te resfriarás…
-Te iba a pedir el favor, amiga.

Eran ya las 3:35 pm cuando llegamos a su casa, su madre aún no llegaba entonces Gaby se desnuda y echa la ropa y la echa en la secadora.

-¿Qué esperas querido? Quítate la ropa para echarla con la mía…
-¡Ah claro, Gaby!

Así lo hice quedando ambos desnudos en su casa en eso Gaby decide preparar café pues la tarde estaba muy fría.


Un adultero y una fornicadora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora