vii.

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EL CORO HERMOSO DE LA iglesia divina era lo único que se escuchaba dentro de ella

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EL CORO HERMOSO DE LA iglesia divina era lo único que se escuchaba dentro de ella. El eco hacía que se escuchaba como un canto glorioso, la imagen de Jesucristo en la cruz parecía querer saber lo que pensabas o al menos eso era lo que yo creía.
La religión siempre había pensado que era una porquería total, todo estaba lleno de blasfemias y mentiras que nos hacen creer desde que somos recién nacidos.

Había estado en una primaria en donde siempre había que arrodillarse y rezar, hacer plegarias y disculparnos por los pecados que se ha cometido a través de la semana. La religión siempre ha querido meter mierda en la mente de los niños sin remordimiento alguno, que si usted comete algún pecado eres digno para ir al infierno y sufrir los castigos de los demonios.

Obviamente, creí en Dios más que en nadie y por un tiempo fui una niña fanática religiosa, pero después empecé a cuestionarme: ¿Por qué hay tantas tragedias alrededor del mundo? ¿por qué Dios no resuelve esos problemas? ¿por qué hay tantas mujeres desaparecidas? y fue ahí donde dudé sobre la existencia de quien es verdaderamente Dios; pregunté a mis padres sobre mis dudas y lo único que hicieron fue golpearme por cuestionar al todopoderoso. No podía cuestionar lo que hacía nuestro gran Dios.

La religión mentía en lo absoluto, no decían que Jesucristo en realidad era un rebelde, no decían que él en realidad era una persona morena de ojos chocolates y una persona que defendía a las prostitutas y a las mujeres.
Supongo que después de todo eso era bueno.
No me consideraba como alguien religiosa ni algo por el estilo, creía en Dios más no era una fanática que defendía con toda su alma la religión.

El coro de la iglesia fue la única cosa que me había gustado, los cantos gloriosos y perfectos, sin ningún error en el.

La razón por la que había venido a la iglesia era solamente para eso, para escuchar el coro cantar e ignorar las grandes mentiras del padre.

Mi celular había vibrado sacándome de mis pensamientos, suponía que se trataba de un mensaje de Gavin, el cual había estado evitándome desde la ultima vez que habíamos hablado.

Tomé mi celular de mi bolso y miré el mensaje, desafortunadamente no se trataba de Anderson sino de Jack.

Jack Conway:
Te necesito en la joyería que está en el centro de la ciudad. Son uno de los perros de el sistema.
12:14 p.m.

Heather Reed:
Llego en diez minutos.
12:15 p.m.

Después de todo, tenía mejores cosas que hacer.

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𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑; JACK CONWAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora