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HABÍA REGRESADO EL EXPEDIENTE EN su lugar después de haber terminado de leerlo durante la noche

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HABÍA REGRESADO EL EXPEDIENTE EN su lugar después de haber terminado de leerlo durante la noche. Afortunadamente, nadie se enteró que estuve ahí por lo que seguía actuando como si nada hubiese pasado.

Aún estaba haciendo mi plan para lograr escapar y no ser vista, o al menos que no me atraparan. Tenía el 45% de mi plan apenas, y sabía que no sería fácil irme de ahí, tenía que preparar los más mínimos detalles para hacer mi huida exitosa.
No me confiaría de nadie, no creería de nuevo en Gavin ni en otra persona más.

Estuve caminando por los pasillos del hospital, saludando a algunos pacientes con los que había hablado anteriormente en las cenas.

Tengo la mayor parte de respuestas sobre lo que fue mi vida antes, pero aún no conseguía saber quién fue Jack Conway para mí. Sabía que él me había engañado hace años y que me había tratado peor que la basura, pero había algo que me inquietaba que aún no podía creer lo que Anderson me había dicho.

Atravesé el umbral de la puerta principal, mirando a los pacientes jugar croquet mientras que otros se dedicaban a realizar yoga y otros simplemente estaban conversando entre sí.
No sabía la razón exacta del porqué los pacientes siempre estaban tan felices, positivos y carismáticos.

—Esperaba verte en todos lados menos aquí, Azrael.— La voz grave de Gavin se escuchó a mis espaldas.

Traté de no tensar mi cuerpo y lo logré, solamente me di la media vuelta para encarar al castaño.

—Solamente quería despejar mis pensamientos, Gabriel.— Esbocé una sonrisa tranquila.— ¿Qué haces tú aquí?

Anderson se acercó a mí con una sonrisa para continuar caminando al lado mío. Ninguno de los dos teníamos prisa, por lo que solamente estábamos observando a nuestros alrededores.

—Estaba haciendo lo mismo que tú.

Oh, como me encantaría creer esa mentira tan asquerosa y repugnante.

—Que casualidad.— Murmuré para mí misma mirando al hombre de ojos grises.— Ah, como quisiera cenar otra cosa en vez de la comida insípida de aquí.— Me quejé y no decía ninguna mentira, la comida era salada y para nada apetitoso.

El de traje blanco soltó una carcajada ante mi comentario.

—Tal vez podría ir a la ciudad a conseguir algo de comida para los dos.

—¿Por qué no vamos a cenar a algún restaurante? Debe de haber uno que esté cerca.

Gavin hizo una mueca de disgusto ante mi idea.

—Sabes lo que opina Miguel sobre eso, no podemos salir sin el permiso de ella.

—Pero ella no está aquí, Gav. Miguel regresará en dos días, recuérdalo.

—Y yo soy la segunda persona a cargo, así que sabes cual es mi respuesta, Azrael.— Replicó con voz autoritaria mirándome con el ceño fruncido.

𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑; JACK CONWAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora