—La buscarán, ¿no papá?
Estábamos sentados en la sala de Anita y Martina Dupin a hora de almuerzo y no había un solo ser bajo ese techo que tuviera ganas de comer algo. Anita estaba en su habitación, ya sin lágrimas, mirando una vela en un estado de enajenación prolongada. Daba miedo entrar ahí, la desesperanza, la soledad podían tocarse al entrar, y el filo de un terrible augurio cortaba con solo acercarse.
—¡Papá! —repetí al ver que el hombre no se movía. Levantó la cabeza de los lentes con los que jugueteaba entre sus manos y me miró como si recién reparara en mi presencia—. La van a buscar, ¿verdad?
—Lo siento…
—¡Tienen que hacerlo!
Habían pasado 12 horas. 12 horas sin rastros de mi mejor amiga desde que se le vio perderse tras el sendero que conducía al sitio más temido de Laremvestida con un abrigo negro y una boina que apenas se veía entre su maraña de cabello de fuego.
—Papá, dime que van a buscarla.
—Hijo, escapa de mis manos. Hay demasiada gente en las calles buscándola, se supone que Nunca Jamás es un sitio peligroso donde el que entra sale cambiado, muerto de alguna forma. Si el pueblo ve que la policía entra y sale sin cambios, sin problemas, dejarán de temerle a Nunca Jamás. Habrá una epidemia de Niños Perdidos, Larem se volvería un caos. Lo que hace que el pueblo siga siendo seguro es el miedo a su bosque. Hijo, no podemos dar marcha atrás. Además, no es una decisión que esté en manos del departamento de policía, el gobierno nos prohíbe rotundamente desmentir los mitos de Nunca Jamás, ya sea con hechos o con palabras. No está a discusión.
—¡Pero ustedes son la policía! Tienen que ir ahí y salvarla. Tú has trabajado toda tu vida con casos de Alerta Amber, papá, sabes que cada hora que pasa hay menos posibilidades de encontrar a…
—Esos datos aplican en caso de secuestros, Iván. Tu amiga huyó, nadie la arrastró a Nunca Jamás, entró ahí porque quiso. Nadie la sacó de esta casa, se escabulló por la ventana de la alacena debajo de la escalera, entró a nuestra casa y salió por la puerta sin que su madre ni yo sospecháramos siquiera que había salido de su habitación hasta que vinieron a avisarnos dónde la vieron desaparecer. Yo no me quise alarmar al momento porque creí que la habías sonsacado a que te acompañara a tu cita, y como tú tampoco volvías… Así como se fue, volverá, y sino, la policía solo puede buscarla dentro de los límites del pueblo hasta que la gente se disperse y podamos entrar al bosque sin ser vistos.
—Papá… es nuestra amiga, y corre peligro, ¿no lo entiendes? Se quedará en Nunca Jamás para siempre si no hacemos algo.
—Todos los Niños Perdidos vuelven, Iván. En el peor de los casos que ella se convierta en uno, volverá.
—¿Y si la asesinan?
—¡Por Dios, Iván! —Mi padre bajó la voz pero no disminuyó el tono de alarma. Se inclinó hacia adelante para hablarme en confidencia, viendo a los lados como si temiera que Anita pudiera escucharnos—. ¡¿Cómo se te ocurre una cosa así?!
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La masacre de Nunca Jamás [Completa]
Mystery / ThrillerOlvida el cuento que conoces, puede que los villanos de esta historia te den menos escalofríos que sus cuestionables protagonistas. Iván Garfio, único sobreviviente de la masacre de Nunca Jamás, se atreve a contar su historia 20 años después. Listo...