La línea entre la curiosidad infantil y una intromisión peligrosa empezaba a desdibujarse. Que Alicia y Peter Pan se unieran por un hilo difuso no solo era en extremo impactante sino que acabó con la inocencia de nuestros actos. Ya no jugábamos, las ligas cambiaron y de pronto nos encontramos en medio de una investigación policial abierta que en el pasado aseguramos ignorar.Martina quiso desistir, pensó que no valía la pena saltar al abismo por descubrir el final de un libro cuando la biblioteca estaba llena de otros miles. Yo insistía, cada vez más seguro de que algo grande podíamos descubrir, que jugábamos al escondite con las respuestas y que tarde o temprano, tal vez en el lugar más obvio, las encontraríamos.
Dejé de pensar en el final de Motivo para matar como el cierre de una historia y empecé a tomarlo como hechos vitales para resolver un enigma que lo abarcaba todo en mi mundo.
Jamás mencioné a papá mi visita a la comisaría, mas su actitud esquiva y meditabunda de los días siguientes me hizo suponer que lo sabía y que buscaba en su cabeza la mejor opción para proceder sin alertar a mi madre.
Esperé en vano una conversación temida que nunca llegó.
Tuve que acercarme yo a él, interceptándolo al verlo llegar del trabajo, pues no soportaba su indiferencia.
—¿Papá?
—Estoy algo ocupado, Iván —dijo por toda respuesta.
—¿Ocupado en qué?
Lo perseguí por el pasillo camino a su despacho, lo observé mientras intercambiaba su gabardina por una limpia, desempañaba el cristal de sus lentes nuevos con un pañito de microfibras y regresaba por donde entró.
—Tengo trabajo —aseguró poniéndose sus lentes.
—¿Fuiste a ver a mamá?
—Hoy no, estoy… —Metió el brazo en la manga de su gabardina—. Estoy apurado. ¿Vas tú por mí?
—Ehh… sí, después de mi cita.
Frenó en seco. Pocas cosas funcionan mejor en esta vida para salvar la distancia que se expande entre padres e hijos preadolescentes que inventarse una novia.
—¿Con la niña de al lado? —preguntó procurando ser cauteloso.
—¡Papá, qué asco! Martina es como una mamá muy pequeña.
—¿Quién es entonces, hijo?
Le sonreían los ojos. Me sentí mal por engañarlo, pero a la vez satisfecho del resultado de mi embuste.
—No te puedo decir todavía, es un secreto y todavía no la conquisto —mentí con una sonrisa inocente—. Deséame suerte, espero no meter la pata hoy.
Él me despeinó con un ánimo renovado mientras decía:
—Claro que no vas a meter nada. Bueno, tal vez… No, tienes catorce. Definitivamente no vas a meter nada. ¿Qué estoy diciendo? —Negó con la cabeza y alejó sus manos de mi cabello para meterlas en los bolsillos de su gabardina—. Me refiero a que te irá bien, hijo. No te preocupes. ¿Necesitas dinero, consejos o algo?
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La masacre de Nunca Jamás [Completa]
Mistero / ThrillerOlvida el cuento que conoces, puede que los villanos de esta historia te den menos escalofríos que sus cuestionables protagonistas. Iván Garfio, único sobreviviente de la masacre de Nunca Jamás, se atreve a contar su historia 20 años después. Listo...