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"Al Cartel Vitale"




Narra Louis:


—Si llamas para decirme que mi padre otra vez debe dinero cuelga el teléfono ahora. —contesté seco.

—No, Louis. —se oían sollozos del otro lado de la línea —¡Desaparecieron a tu padre! —me gritó, acto seguido rompió en llanto, no sabía qué hacer ni qué decir —¡Debía mucho dinero, Louis! —exclamó, hizo una pausa para tomar aire —Tengo miedo de que vengan por mí, tu ten mucho cuidado, no salgas de la academia. —me advirtió, a penas se le entendía. Era obvio, creo que viví esperando este momento desde que tengo memoria, mi padre siempre debía dinero.

—¿A quién debía dinero esta vez? —no podía sentir empatía. 

Mi madre siempre vivió para defender a ese hombre que incluso apostó a su propia hija en una partida de Poker, jamás volví a verla, pero mi madre lo excusó diciendo que fue por su adicción al juego. Claro estaba que ni su propia hija le importó en su momento.

—A los dueños del Casino MarVit. —contestó, tomé mi computadora y lo googleé, efectivamente era una abreviatura de Marco Vitale, el padre de Harry.

Quedé en shock, quizás cuando Harry salió en la mañana fue para encargarse de mi padre. Se me revolvió el estómago. Cómo ese chico podía "encargarse" de alguien y luego ir como si nada por la vida, aunque era obvio; en su familia era moneda corriente.

—Tendré que hacer la denuncia. —mi madre seguía sollozando, apenas podía hablar.

—Iré a acompañarte, pediré permiso al director. —traté de tranquilizarla.

Mi madre fue presa de su "amor" a mi padre durante muchos años y sé que en este momento iba a entrar en depresión, como si ese hombre hubiese sido su droga.

—No, Louis... 

La interrumpí.

—Iré, no te dejaré sola mamá. —sentí una punzada en el pecho al llamarla mamá.

—Gracias, —susurró, se quedó callada por unos segundos —hijo. —sé que del otro lado estaba sonriendo.

—Nos vemos en unas horas. —le colgué el teléfono. Era demasiado amor de madre e hijo por hoy.

Salí de la habitación dirigiéndome a la oficina del director Cowell, cuando llegué la secretaría me detuvo.

—El señor Cowell está ocupado, puedes esperarlo sentado allí. —me señaló unas sillas que habían a un lado de la puerta de la oficina.

Al sentarme escuché una voz familiar proveniente de la oficina, era Harry.

—... no sé qué tanto me conviene el trato. —hablaba serio con una voz más profunda, más dominante —Quiero que sepa que rompí unas cuantas reglas, aunque... —soltó una risa sarcástica —supongo que esas reglas no corren para un miembro del cartel Vitale. —quedé boquiabierto, no podía creer que el señor Cowell sepa que había un mafioso en la academia y aún así lo permita o haga tratos con él.

—Ni esas reglas ni las de la academia, señor Styles. —pero el señor Cowell no sabía que Harry era en realidad Edward Vitale y no un simple "peón" —El encargue está a salvo en su habitación, también armé una junta con profesores para que sepan que no vieron nada de lo que usted hizo, hace o haga. —las sillas rechinaron contra suelo al rozar, se despidieron y la puerta se abrió.

¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒅𝒊𝒆𝒛, 𝑳𝒐𝒖𝒊𝒔? •T.1• (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora