|33|

440 27 6
                                    


"¿Sueños rotos?"





Narra Louis:


—¿Amas a Harry o le temes? —preguntó de repente Liam, deteniendo mi desesperada búsqueda visual, seguramente había estado dándole vueltas al asunto de Edward toda la tarde.

—¿Qué es esa pregunta? —fruncí el seño, estaba comenzando a enfadarme, quién se creía que era él para cuestionar mi relación con Harry.

—Es que no lo entiendo, él no es buena persona y tú aún así lo amas. —parecía estar peleando una guerra en su interior.

—Pues... —solté un suspiro —Sólo sucedió, me enamoré indirectamente de un asesino. —la conversación era algo incómoda, realmente no entendía a dónde quería llegar con su acusación. 

—Yo me enamoré de ti. —confesó. 

Quedé inmóvil, él clavó sus ojos en mí y comenzó a acercarse de manera torpe e intentando no caer, había bebido demasiado y comenzaba a perder la cordura, aunque yo también me encontraba ebrio como para reaccionar rápido.

—¿Qué haces? —gruñí, me alejé unos centímetros, los suficientes como para que no llegara a besarme.

—¡Me enamoré de ti, Louis Tomlinson! —exclamó en voz alta.

Volvió a intentar acercarse, pero algo lo detuvo, abrió sus ojos como platos y vi cómo se alejaba a una gran velocidad, dejándolo en el suelo. Era Harry, solté un suspiro de alivio al verlo aquí.

—¡Harry! —me levanté de un salto, corriendo por el largo banco de madera y salté a sus brazos. Me tomó por los muslos, lo rodeé con mis brazos y mis piernas, uní de inmediato nuestros labios, lo necesitaba, lo extrañaba y había anhelado tanto ese contacto que casi no podía creérmelo, pero su aliento a whisky y cigarrillos me confirmaba que eso estaba sucediendo. Quise quedarme en ese momento, en ese abrazo, en esa mezcla de aromas y sabores que caracterizaba tanto al rizado. 

—Te extrañé demasiado, Lou. —murmuró sobre mi boca y sonrió.

Vi de reojo cómo Liam volvía a ponerse de pie, se nos quedó viendo.

—No puedes tener una relación con un alumno. —le recordó, tal vez dejándose llevar por su última opción.

—Y tú no puedes hablarle así a Edward Vitale. —lo fulminé con la mirada.

—Ya veo que son tal para cual. —dijo en tono despectivo.

—Vete o te romperé la cara. —Harry lo amenazó.

Finalmente se retiró. Harry me dejó sobre la mesa, pero seguíamos abrazados y ninguno tenía ánimos de separarse del otro.

—Gracias por el regalo, amor. —hablé al fin, alcé mi muñeca para admirar de nuevo el reloj carísimo, que me había dado como regalo.

—Me pareció el regalo perfecto para ti, al verlo recordé de inmediato el azul de tus hermosos ojos. —al terminar de hablar me plantó un rápido beso en los labios, reaccioné sonriendo como idiota.

—¿Puedo pedirte algo? —el asintió, con una sonrisa en su rostro —¿Puedes pronunciar la frase de la carta? —parecía divertido con mi petición.

¿𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒅𝒊𝒆𝒛, 𝑳𝒐𝒖𝒊𝒔? •T.1• (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora