22- Concejo

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El pecoso salió de la habitación de su novio y se quedó quieto dándole la espalda a la puerta tomándose un momento para respirar y calmarse. No está enojado, solo le duele la indiferencia del rubio hacia las personas que lo rodean, no era solo con sus amigos sino también con sus padres. Sabe que los quiere pero las gruesas capas de altivez le impiden expresarse de forma más afectiva, entiende que no quiera verse débil frente a otras personas pero eso no justifica que las trate como si no fueran importantes para él.

Suspiro desganado y camino hacia la cocina para dejar las cosas. Habló un rato con sus amigos sobre el asunto sin entrar mucho en detalles, todos le decían que debido a su mal carácter era obvio que pensaría de tal forma, pero Izuku no lo veía así, piensa que no lo conocen tan a fondo como él, sabe que a Katsuki le cuesta sobrellevar ciertas situaciones pero le gusta pensar que se abre más cuando están juntos, aún cuando no siempre sean buenos temas.

Era cierto lo que dijo antes, no siempre estará cerca para que derribe sus murallas, pero puede asegurar que estará a su lado siempre que pueda y le ayudará a salir de la oscuridad si se siente atrapado en esta. Esa es una promesa que se hace internamente y está dispuesto a cumplirla.

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Esta inquieto, incómodo, molesto, triste, y muchas cosas pasan por su mente en estos momentos. No sabe qué hacer para que el Omega no esté triste por su causa, le duele que así sea. Pensó en llamar a su estúpido amigo para preguntarle qué debería hacer pero lo descarto ya que no creía conveniente hablar con nadie de su grupo ahora.

Una idea cruzó su mente, una muy aterradora, intenta buscar alguna otra alternativa pero no encuentra ninguna que le pueda ayudar. Miro su teléfono por un momento, se lo replanteó miles de veces hasta que al fin lo tomó. A regañadientes buscó el número de esa persona y con mucha inseguridad presionó el botón de marcar para después apoyar el aparato sobre su oído empezando a escuchar los tonos... Hasta que contestó.

Mit: ¡Desgraciado mocoso! - tuvo que alejar de inmediato el teléfono al escuchar el grito. Apostaría a que todo el vecindario la escuchó. - ¡¿Por qué no llamaste antes?! ¡Tu padre y yo estábamos preocupados! ¡Si no fuera por Izuku-kun, no nos enteraríamos de nada! - y así siguió por un largo rato.

Kat: ¿Me dejas hablar? - pregunto molesto después de esperar a que termine su sermón.

Mit: Si. Ya acabé. - dijo más calmada tomando un poco de aire.

Kat: Te llamo porque necesito algo. - detesta pedirle cosas a sus padres aunque no se trate de algo material.

Mit: No tengo dinero. - dijo al instante.

Kat: ¡Si tienes! ¡No seas tacaña, vieja! - grito con enojo. - Pero no es eso.

Mit: ¿Entonces?

Guardó silencio un momento, estaba dudando pero ya llegó muy lejos como para retractarse ahora.

Kat: Necesito un... - se mordía la lengua. Su orgullo es más fuerte que él. - Un...

Mit: ¿Un condón? ¿Ya usaron todos los que les dí? ¡Niños precoces! - regaño haciendo que la sangre de su hijo se agolpe en sus mejillas. Agrede al universo que esté solo.

Kat: ¡Maldita sea! ¡Eso no! - se apresuró a decir.

Mit: ¿Entonces qué? ¡Habla de una maldita vez!

Kat: Un consejo.... - logró decir entre dientes apretando la mandíbula y haciendo un gran esfuerzo por no hacer volar el aparato debido a un descontrol.

La mujer se quedó muda, seguramente asombrada por lo dicho por su hijo.

Mit: ¡Masaru! ¡Fíjate el reporte del clima! ¡Creo que se avecina una tormenta! - grito a su esposo con fingida alteración.

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⏰ Última actualización: Oct 07, 2020 ⏰

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Exploding my Heart {KatsuDeku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora