Un par de años atrás, un individuo con problemas de salud en aumento decidió visitar el hospital, habiendo pedido cita con anterioridad, para saber exactamente qué le ocurría.
El individuo, llamado Secco, le explicó a un doctor que sufría desmayos con frecuencia, acompañados de otros síntomas, y que tenía problemas de respiración al dormir. Explicó también que esos problemas estaban dificultando su día a día, y que una parte de él temía que pudieran ir a peor.
El doctor, llamado Cioccolata, de intenciones siniestras, tomó las palabras de Secco y las convirtió en algo bastante peor de lo que el joven le había descrito, diciéndole que su salud estaba en peligro y que apenas tenía dos opciones si quería permanecer sano.
La primera opción era gastar hordas de dinero en pastillas y medicinas para mantenerse bien.
La segunda opción era pasar por el quirófano.
Secco eligió la segunda opción, debido a que su situación económica no era la mejor y dudaba que pudiera pagarse todas las medicinas que le dictó el doctor.
Lo que no sabía era que Cioccolata le estaba mintiendo, como ya había hecho con otros dos pacientes anteriormente. Secco sólo necesitaba un buen tratamiento y un par de medicinas para que su salud se estabilizase. Pasar por quirófano era completamente inútil.
Y no sólo eso. Cioccolata ni siquiera iba a molestarse en curar y ayudar a Secco. Su verdadero objetivo era juguetear con sus entrañas para que, cuando Secco despertase, pudiera grabar su reacción y añadirla a su biblioteca personal, ansioso por ver a su paciente sufrir bajo su mirada.
Pero la sorpresa se la llevaría Cioccolata en este caso ya que, cuando Secco despertó debido a la falta de anestesia, y presenció al doctor toquetear sus intestinos, apenas reaccionó. Tan sólo se sorprendió en un principio, abriendo los ojos de par en par, pero se relajó pasados unos momentos.
Cioccolata supo en aquel momento que no podía matarlo. No podía cargarse a alguien así, a alguien que había sobrevivido a su tortura y que no se había sumido en la más profunda desesperación luego de presenciar lo que le había preparado el destino.
Secco fue el único paciente al que Cioccolata dejó vivir.
Su decisión de dejarle vivir sería una de la cual se enorgullecería.
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cuando zarpa el amor
FanficCioccolata está enamorado de Secco hasta las costillas, pero no sabe cómo camelárselo sin quedar en ridículo. Cuando su primer plan falla estrepitosamente, se embarca en un viaje para descubrir cómo exactamente hacer tilín en su relación. (Análisis...