12. Mi hermana oficialmente tiene cuñado...

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[Leo]

-Tu amiga es rara.

-La tuya también.

-¿Qué?

Se lo pensó un momento antes de volver a hablar.

-Bien, la tuya no.

Estábamos en cama luego de aquel largo día. Por suerte el día siguiente era Sábado, así que no había problema.

-¿Por qué mi amiga es rara?- Preguntó.

Estábamos lado a lado mirando al techo. Me sentía bien estando de nuevo a su lado. Sí, me gustó pasar el día con Jason... pero extrañé estar con mi novio.

-Digamos que se pasó todo el día dando grititos y suspirando por Germán- Respondí- Lo normal, ya sabes.

-Ajá, lo normal- Repitió.

Nos quedamos en silencio un momento hasta que él habló:

-Así que Germán...

-Sí...

-¿Te parece atractivo?

La pregunta me tomó por sorpresa, pero el tono de Joaco no era acusador, así que decidí ser honesto.

-Un poco.

Bueno, tal vez no completamente honesto.

-¿Un poco?- Preguntó.

-Sí...- Dije- Es lindo. Y tengo que decir que tiene un cuerpo increíble.

Él giró su cabeza y me miró.

-¿Un cuerpo mejor que el mío?- Preguntó para provocarme.

Me ponía un poco incómodo por eso, así que me alejé un poquito de él.

-Joaco, admite que no tienes tanto músculo como él.

-Hm...- Se hizo al que pensaba- Tal vez. Pero, ¿prefieres su cuerpo al mío?

Esto se pone cada vez más raro, ¿qué está pasando con Joaco?

-Tal vez...- Respondí dudando.

Nos quedamos en silencio.

-No lo sé- Me corregí.

-Bueno, sí tiene un buen cuerpo- Admitió Joaco.

Él giró todo su cuerpo para ponerse frente a mí. Yo me quedé de espaldas mirando al techo con las manos bajo la cabeza.

-¿Sabes quién es muy atractivo, además de Germán?- Preguntó al cabo de un rato.

Colocó su mano sobre mi pecho y comenzó a hacer circulitos con sus dedos. Me estremecí un poco pero también me gustaba la sensación.

-¿Quién?- Pregunté a mi vez.

-Tú.

Sentí mis mejillas sonrojarse y comencé a esbozar una amplia sonrisa.

-Tus latidos se están acelerando- Comentó, con su mano todavía en mi pecho.

-Sí- Dije y me giré para ponerme frente a él- Y es tu culpa.

Me sonrió con orgullo.

-Obviamente es mi culpa- Accedió.

Su mano que estaba en mi pecho ahora me acariciaba la mejilla. Yo hice lo propio con la mía.

-Tú también eres muy atractivo, ¿sabes?- Dije.

Él me dedicó una sonrisa más grande y se acercó más a mí. Nuestras piernas chocaban entre ellas y él enredó las suyas en las mías. Nuestros rostros estaban a pocos centímetros de distancia, hasta que la eliminamos con un lento y tierno beso.

3.- Siempre Serás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora