[Leo]
-Creo que no se hace así- Dije.
Jason se estaba haciendo líos con la pintura y las sillas. Por alguna razón, su oberol estaba manchadísimo de pintura, mientras que el mío apenas tenía unos puntos.
Recuerdo cuando era pequeño, un día que mi padre estaba pintando algunas sillas de la casa.
"Siempre sigue las líneas de la madera con la brocha, así quedarán bien pintadas." Me dijo.
-Parece que tú lo haces muy bien- Dijo mirando mis sillas.
Había 1 pareja más realizando el mismo trabajo que nosotros, pero estaban en la otra esquina. Una tercera pareja de la sala se estaba encargando de pintar las paredes.
Jase y yo nos dividimos nuestra parte de los muebles, ya que yo tenía diferentes colores que él.
-Tienes que seguir las líneas de la madera- Expliqué- Así quedará bien pintado todo. Mira.
Pinté mi silla para demostrárselo. Él asintió y me sonrió. Luego mojó su brocha con pintura y comenzó a dar pinceladas a las sillas.
-Gracias, Leo- Dijo, sin retirar la vista del pintado.
Seguí pintando mis sillas unos minutos más, hasta que él de nuevo rompió el silencio.
-¿Ya habías hecho esto antes?- Preguntó.
-Una vez.
Le conté la experiencia que tuve con mi padre a mis 5 o 6 años. Al recordar los buenos momentos que pasamos juntos, no pude evitar sentirme mal. Y ahora que volvió mi hermana, los recuerdos de mis padres llegan más veces.
-¿Estás bien?- Preguntó con delicadeza.
Levanté la vista hacia él. Su cabello rubio estaba un poquito manchado con pintura verde. Parecía habérselo teñido.
-Sí, todo bien- Aseguré sonriendo- Solo estaba pensando en mis padres. Nada grave.
Él me miró en silencio un momento hasta que levantó su mano y me palmeó suavemente el hombro.
Él me devolvió la sonrisa y seguimos trabajando.
Luego de varias sillas y pupitres, una voz chillona llegó por un lado.
-Es el mejor día de mi vida.
Mica se sentó en el suelo entre Jason y yo, con una sonrisa de enamorada y la mirada perdida. Soltó un suave suspiro.
-Germán es el mejor ser de esta tierra- Aseguró.
-¿Tanto así?- Pregunté, mientras seguía pintando.
-Totalmente- Afirmó- Tiene la risa más hermosa. Y adoro su color de piel, le resalta los ojos.
Mica desvió mis pensamientos de mis padres a Germán, lo cual no ayudó mucho.
-¿A ustedes no les parece por lo menos un poquito atractivo?- Preguntó mirándonos.
Yo observé nervioso a Jase por no saber qué responder. Él estaba igual.
-Ejm...- Comencé- Un poquito, tal vez.
-Sí, creo que sí- Confirmó Jase.
Mica volvió a suspirar.
-Es perfecto.
-Mica, ¿no deberías estar trabajando con Germán?
-Bueno, nuestro trabajo era limpiar y pulir todos los adornos del lugar (que son como quince mil), pero dije que iría al baño.
Su tono de enamorada se perdió de nuevo. Está muy raro escuchar a Mica tener esos cambios de humor tan drásticos: es tenaz al hablar con sus amigos, pero se vuelve sumisa cuando habla de Germán.
-Y supongo que no venías de pasada al baño- Dijo Jase.
-Bueno, en realidad venía a hablar con ustedes- Confesó- Pero, ahora que lo pienso, creo que sí iré al baño.
-Claro...- Dije- Mejor vuelves, que la profe no te vea aquí.
-Es verdad- Dijo levantándose- En fin, me voy.
Salió de la sala dando pequeños saltitos de niña.
-Vaya- Exclamó Jase.
-Vaya- Repetí.
Estuvimos en silencio un momento.
-Suerte que Mica no sabe cuando mientes- Dijo él.
-¿De qué hablas?
-No vas a engañarme, Leo- Dijo- Aunque yo también mentí.
Me quedé callado pensando a qué se refería.
-Germán sí es muy atractivo- Terminó confesando- ¿No viste ese increíble físico que tiene?
-Bueno, sí tiene lindos músculos...
-Los tiene hermosos.
-Sí, Germán me parece muy atractivo- Confesé.
-Es caliente, admítelo.
No hice más que asentir por ese comentario. De repente, el rostro de Joaco apareció en mi memoria.
-Dios, hace mucho calor- Exclamó el rubio.
Se incorporó un poco y se quitó el oberol, solo en el torzo, dejando sus piernas cubiertas.
Lo observé un momento. Su polera estrecha dejaba ver su marcado pecho y abdómen, y los brazos estaban algo abultados.
-Es como tú- Dije.
-¿Qué?
-Que el físico de Germán es muy parecido al tuyo.
Asintió.
-O sea que te parezco atractivo- Apuntó.
Sentí mis mejillas calentarse mientras Jason mantenía su mirada fija en mí.
-Yo no...- Decía- Jase, yo no decía...
-Tranquilo, Leo- Me detuvo sonriendo con diversión- Es broma. Ya sé que te parezco atractivo.
Retiré la mirada de él, de nuevo sonrojadísimo. Él solo soltó una risotada y volvió a colocarse el oberol para seguir trabajando.
Estuvimos varias horas más pintando muebles. Al final quedaron muy lindos, en mi opinión, y el cabello y rostro de Jason terminaron más pintados. Se limpió un poquito la cara, pero su cabello siguió manchado de azul y verde.
A la hora de almuerzo, nos reunimos en una sala grande junto con los huérfanos. Pude conversar un momento con ellos, aunque eran muy tímidos. Uno de ellos sí estaba activo y correteaba de un lado a otro. Los niños me hicieron recuerdo a mi niñez.
En la tarde realizamos los trabajos más suaves: limpiar ventanas, barrer el suelo y lavar alfombras y cortinas. El complejo era realmente grande.
Al atardecer, todo estaba terminado. El orfanato casi parecía un lugar nuevo. Los niños estaban facinados con nuestro trabajo.
Y yo terminé pasando un día increíble con Jason.
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3.- Siempre Serás Tú
Romance*[Leer solo si se ha leído la primera y segunda parte de la saga]* 《La persona perfecta para mí, la que coloqué en mi libro hace dos años... definitivamente eres tú. Y siempre serás tú.》