13. ...y tuve que dejarlos a solas, perfecto.

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[Leo]

-No- Dije.

Ella me miró raro.

-Leo, ni siquiera te dije cuál es tu trabajo- Dijo.

-Claro- Dije tartamudeando- Claro, lo siento.

-Ven, siéntate- Ofreció señalando la cama.

Caminé hacia ella y me senté dudando. Ella se sentó a mi lado, puso sus manos en sus piernas y suspiró.

-Bien, Leo- Comenzó- No será algo muy difícil. Es algo que está muy a tu alcance.

-OK...

-Necesito que mantengas a Joaco afuera de la casa todo el día de mañana. Yo sé que su madre también trabaja los Sábados, así que no hay problema con ella. Pero tu novio no puede estar aquí.

-¿Por qué?

Ella me miró con un poco de vergüenza un momento. Luego retiró la mirada y miró al suelo.

-Necesito encontrar la caja fuerte de los Hurtado- Dijo rápidamente.

-¿Tienen una caja fuerte?

-Sí- Volvió a mirarme apretando los labios- No sé dónde puede estar ni cuál sería su apariencia. Pero sí sé que tienen una.

-O sea, vas a robarles técnicamente toda su fortuna.

-No, no, no- Se apresuró a decir- No robaré nada. Por ahora, solo necesito saber dónde está.

Yo solo asentí en silencio. No podía hacer más que eso porque no sabía qué decir.

¿Por qué las cosas malas siempre me pasan a mí? Mi hermana está atrapada en una empresa de traficantes y no puede escapar porque la asesinarían. Tengo que ayudar a que la familia de mi novio pierda su fortuna para ayudarla, pero en ello estoy perjudicando a Joaco.

Y ahí se me ocurrió una idea.

-¿Por qué no la busco yo?- Sugerí.

-¿Por qué quieres buscarla tú?- Preguntó extrañada.

-Bueno, ya vivo en esta casa dos años. Puedo encontrarla con mayor rapidez.

Ella me evaluó un largo momento en silencio, y luego esbozó una sonrisa de orgullo.

-Siempre fuiste muy inteligente, bichito- Subió su mano y me acarició el cabello.

-Entonces... ¿Sí?

-Claro- Me sonrió- Pero tienes que tomar en cuenta que me dejarás a solas con Joaco. Como buena hermana mayor y sobreprotectora que soy, tal vez lo... incomode un poquito- Me dedicó una mirada picarona.

Sentí mis mejillas calentándose demasiado cuando dijo eso. No creo que sea una gran idea que deje a Joaco a solas con mi hermana. No sé qué puede pasar entre ellos, si será incómodo.

Pero los conozco. Joaco siempre buscará un momento divertido para evitar ponerse incómodo y mi hermana no es muy bruzca. Es intensa, sí, pero no pasará nada con Joaco.

Aún así me parecía una idea retorcida.

-Sí, claro...- Accedí tartamudeando.

Ella soltó una risotada.

-La pasaré muy bien con mi cuñadito- Dijo con un suspiro.

-¿Por qué de repente ahora comenzaste a decirle así?- Pregunté con intriga.

-¿Decirle cómo?

-Cuñado.

Ella me miró en silencio un momento antes de responder.

-Porque tengo un buen presentimiento de Joaco- Respondió- Yo sé que sufriste con Jason, Leo. Él nunca me cayó bien, y no ayudó ver que tú estabas perdido por él...

-No estaba perdido por él- Repliqué.

-Sí lo estabas, mentiroso- Dijo sonriendo- Pero se nota que Joaco no dañaría ni a una mosca. Y se nota que te ama. Así como tú lo amas.

Simplemente me quedé callado por aquel comentario.

¿Amo a Joaco?

Amor. Es una palabra muy intensa y seria, nunca me puse a pensar si siento eso por Joaco.

Y tampoco puedo saber si él siente eso por mí.

-Porque lo amas, ¿no?- Preguntó mi hermana con cautela- ¿Leo?

-Ejm...- Dije.

-Tranquilo- Puso su mano en mi hombro- Sé que es difícil. Yo tardé 3 años en decirle a mi esposo que lo amo, pero míranos ahora. Casados.

De nuevo me quedé callado.

¿Está diciendo que yo terminaré casado con Joaco?

Esto se pone incómodo.

-Bueno...- Dije- Lo quiero mucho. Gracias a Joaco pude sobrevivir aquí. Pero... nunca he pensado en eso.

-Lo sé, te entiendo- Respondió.

La miré, miré aquelos ojos que heredó de mi madre, y sentí que volvía a tener 7 años y jugaba con mi hermana en casa.

-Bueno, en fin- Dijo- Supongo que mañana tendré muchos temas para hablar con mi cuñadito.

-No- Dije- Por favor, no le preguntes eso.

Ella se rió.

-No lo haré, tranquilo- Dijo- No seré tan intensa.

Asentí un poco más calmado.

-Pero no puedo perder la oportunidad. No sé cuántas veces más tendré para hablar a solas con él.

La miré con los ojos como platos y ella volvió a reírse mientras se levantaba de la cama. Yo solté una risita nerviosa y también me levanté.

-Mejor vuelve ya- Dijo- Que Joaco no piense nada raro.

-Claro...- Respondí tartamudeando.

Me dí la vuelta y salí sin decir nada más.

Me detuve en el pasillo antes de la puerta de la habitación de Joaco pensando.

Definitivamente este será un año diferente. Lleno de sorpresas.

Tomé aire y entré a la habitación con los ojos cerrados

Me paré en la puerta y, aún con los ojos cerrados, dije una frase.

-Joaquín, hazme el favor de vestirte.

3.- Siempre Serás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora