[Joaco]
Cuando Andy le dijo sí y ambos se abrazaron, ella lo besó en la mejilla, él la alzó en sus brazos y caminó hacia el centro del hotel diciendo:
-¡Vamos a la discoteca!
Así que fuimos. Era la primera vez que íbamos y ciertamente era grande. Como aún no eran las 10:00, habían pocas personas y el ambiente estaba algo suave.
Nos sentamos a una mesa, pedimos bebidas y comenzamos a conversar.
El lugar comenzó a llenarse, chicos de nuestra edad y gente mayor
A las 10:00 en punto comenzó la fiesta real. Música para bailar, luces por todas partes y personas divirtiéndose.
Volvimos a nuestras habitaciones cerca a las 2 de la mañana. Antes de dormir, escuché a Agus decir:
-Tengo novia, por fin.
Los días siguientes tuvieron una rutina un poco repetitiva, pero cada día fue diferente a su vez.
Nuestra rutina principal era esta:
Despertar, ducharse, desayunar en el bufet. Yo siempre me sentaba al lado de Leo en las comidas.
Luego de ello, solíamos ir a la piscina el resto de la mañana. Por alguna razon, Leo siempre entraba utilizando una polera. Su excusa era que no quería quemarse, pero no le creo.
Estar tanto tiempo en el agua causaba un hambre del demonio, así que luego íbamos a almorzar al bufet.
Cada día era comida diferente y cada día era deliciosa.
En la tarde pasábamos un par de horas yendo de aquí para allá en el hotel. Generalmente, Leo y yo aprovechábamos ese tiempo para llamar a casa.
Nosotros les comentábamos qué tal iba todo y ellas nos comentaban lo que habían estado haciendo.
Luego de eso íbamos a la playa, porque a esa hora las olas estaban mucho mejores. Aunque el sol también estaba más fuerte y yo también me colocaba una polera para no quemarme.
Cuando comenzaba el atardecer, nos quedábamos unos minutos en la arena secándonos y conversando, hasta que comenzaba a hacer frío e íbamos a las habitaciones para cambiarnos la ropa.
Luego de ello, como a las 8:00, íbamos a cenar a alguno de los restaurantes. Solíamos turnarnos por días para ir a todos.
Luego de la cena, en la que nos tardábamos mucho, debo admitir, terminábamos en la discoteca.
Allí nos la pasábamos conversando, bailando y disfrutando hasta las 2 o 3 de la mañana. Luego íbamos a dormir y comenzaba otro día parecido.
El quinto día del viaje fue diferente, en cambio. Los profesores habían organizado una visita a un lugar de aguas termales.
Salimos luego de desayunar y fue un viaje en bus de una hora y media. Yo traté de atender al camino, pero me cansé y me dormí en el hombro de Leo, que estaba a mi lado.
Al llegar, nos despertaron y bajamos del bus. Era un bonito lugar.
Habían árboles y plantas de colores intensos, además de ser un ambiente muy húmedo y cálido.
Quería tomar a Leo de las manos, pero me estaban sudando demasiado y tenía mucho calor para hacer contacto físico con alguien.
En fin. Entramos y conocimos el lugar. Era una clase de club campestre acuático. Habían saunas y piscinas por doquier, que tenían agua de las corrientes volcánicas.
Llegamos para la hora de almorzar, así que comimos allí. La comida no era tan buena como la del hotel, pero sí estaba buena.
Y luego de eso, qué creen que hicimos. Obvio, entramos todos a las piscinas.
Al inicio, el agua estaba hirviendo. Era un calor casi insoportable, pero luego nos acostumbramos y se volvió mejor.
Era como estar en un jacuzzi grande, mientras todos conversábamos y jugábamos con el agua.
Luego de algunas horas tuvimos que salir para cambiarnos de ropa y regresar al hotel, pero estuvo muy linda esa visita.
Ya en el hotel, ese día, regresé a mi habitación para darme una ducha fría y, cuando estaba quitándome la ropa, me dí cuenta de otra cosa.
-No otra vez, por favor- Supliqué en voz alta.
¿Qué había ocurrido? Pues que perdí mi pulsera. Esta vez la tenía puesta en la muñeca y... debí haberla dejado en el lugar de aguas termales.
Inevitablemente me tiré al piso y comencé a llorar. No podía perder un segundo objeto, no otra vez.
Pero, ¿saben qué es lo peor? Que ese no fue el final.
4 días después, ayer, estaba yo muy tranquilo, cambiándome la ropa que vestí en la playa y, ¿qué creen? Mi reloj no estaba.
No tengo el broche, no tengo la pulsera y no tengo mi reloj.
Hoy es el décimo día del viaje y no me separo por nada del mundo de mi cadena y mi anillo. No puedo perderlos también.
Todavía no le conté a nadie que se perdieron, pero creo que debería decirle a Leo. Tal vez él puede ayudarme a guardarlos mejor para dejar de extraviarlos.
Así que hoy en la playa tengo que contarle. Tal vez incluso él pueda guardarme algunos.
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3.- Siempre Serás Tú
Romance*[Leer solo si se ha leído la primera y segunda parte de la saga]* 《La persona perfecta para mí, la que coloqué en mi libro hace dos años... definitivamente eres tú. Y siempre serás tú.》