23. El mejor viaje de mi vida.

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[Joaco]

Por fin hoy es el viaje.

Por fin hoy comenzará una aventura increíble.

Por fin hoy se inician mis posibilidades de avanzar en mi relación con Leo.

Pero el día tiene sus fallas.

Falla uno: tuve que levantarme a las 2 de la madrugada.

A esa hora mi madre entró toda entusiasta a despertarnos. Nos levantamos apenas, tomamos nuestras maletas y salimos de la casa.

La hermana de Leo durmió todo el camino al aeropuerto, mientras mi madre conducía y mi novio y yo mirábamos emocionados por las ventanas a las calles oscuras.

Llegamos al aeropuerto, hicimos el check-in para nuestros boletos y entregamos las maletas. Yo me llevé una mochila que iría conmigo en el avión donde llevaba lo esencial: dulces, dulces ácidos, una tablet para ver películas con Leo y dos libros, además de una almohada para el cuello.

En fin. Mientras llegaba el resto de nuestro salón (Mica estaba como aquel día en segundo que parecía borracha, pero solo estaba cansada), nos sentamos en unas mesas para desayunar algo.

Yo no tenía hambre, así que no comí nada.

Por fin, cerca a las 4:30, la chica del intercomunicador llamó a nuestro vuelo.

Me despedí de mi cuñis (quien estaba con cara de dormida) y luego de mi madre (quien lloraba a mares), tomé a Leo de la mano (que estaba casi dormido y no le importó que lo haga en público) y entramos a la sala de preembarque.

Pasamos por todos los protocolos del aeropuerto, con nuestros tres profesores acompañantes de guías y por fin entramos al avión.

Era de esos de tres filas con asientos 2-3-2. A Leo y a mí nos tocaron dos asientos juntos en la fila de la derecha. Él tomó la ventana y yo el pasillo.

Luego de pocos minutos, a las 5:10, el avión despegó. Sería un viaje de más de 5 horas, así que había tiempo.

Primero, vi una película con Leo: Hasta el Último Hombre.

Terminamos de verla y él dijo que estaba cansado y se durmió en mi hombro. Luego de unos minutos, yo también me dormí porque, como dije, no había dormido nada en toda la noche.

Me desperté cerca a las 9:00, por lo que todavía faltaba algo más de una hora de vuelo. No podía volver a dormirme, así que saqué un libro, mis dulces, y me entretuve hasta aterrizar.

Aterrizamos cerca a las 10:30. El sol había salido hace mucho y me dolía todo el cuerpo.

El aeropuerto de Cancún era mucho más grande que el de mi ciudad, para empezar.

Tardamos una hora y media en que todos hagan el check-out, recojan las maletas y esperen en las puertas.

Allí afuera nos estaban esperando 2 buses grandes para llevarnos al hotel.

Desde el aeropuerto hasta el hotel serían 2 horas más, así que decidí dormirme, por lo que no ví nada de la ciudad.

Bueno, cuando llegamos, Leo me despertó y bajamos del bus. Era un lugar hermoso.

Se veían varios edificios de 3 pisos, uno al lado de otro, con muchas palmeras, arbustos y flores decorando. El sol brillaba y hacía un calor del demonio, pero era hermoso.

Entramos al lobby del hotel e hicimos el check-in para las habitaciones. Esta vez los profesores hicieron todo, así que hicimos un círculo con mis amigos mientras comentábamos cuán hermoso era el lugar.

Luego de que los profes terminaron, nos pidieron atención.

-Todos escojan pareja, por favor- Anunció el profe de Literatura parado frente a todos- Chicos con chicos y chicas con chicas.

Comenzó una bulla general en el lobby, aunque yo no tardé en decidir mi pareja de habitación.

-¿Estamos juntos?- Le pregunté a Leo.

-Claro- Respondió sonriente.

Andy se fue con Mica, Agus se fue con Jason (y él se puso especialmente emocionado, no sé por qué) y Germán se fue con Rodrigo, su mejor amigo.

Nos acercamos pareja por pareja a recoger la llave de la habitación y un mapa del hotel para ubicarnos.

-Ejm...- Dijo el profe cuando llegamos- Joaco, Leo, espero que no se molesten, pero... preferimos que ustedes no compartan habitación. Lo siento, pero será mejor así.

¿Qué? Si no puedo compartir habitación con Leo, ¿cómo ocurrurá lo que tenga que ocurrir? Mis planes se van al tacho.

Miré a Leo con desconcierto y él solo asintió con tristeza.

Yo miré atrás donde estaba Agus. Lo tomé del hombro y el profe nos entregó una llave. Y Leo estuvo con Jason.

Salimos del lobby y simplemente no pude creer lo que ví.

Para empezar, desde donde yo estaba que era el centro del hotel, no llegaba a ver los extremos.

Era una extención de 30 edificios, según el mapa, cada uno de tres pisos. Deben ser unas 5 habitaciones por piso.

En conclusión: el lugar era una bestia.

Luego, habían tres piscinas. La más grande estaba al centro, casi frente al lobby y las otras dos estaban casi en los dos extremos del lugar.

Y toda la extensión del hotel daba a la playa, por lo que estaba genial.

Todo estaba muy bien decorado con plantas, piedras y fuentes.

-Esto está hermoso- Dijo Jason, boquiabierto.

-Busquemos las habitaciones, dejemos las cosas... y vamos a divertirnos de una vez- Dije. 

3.- Siempre Serás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora