22. Los cinco objetos de mi perdición.

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[Leo]

En una semana es el viaje de promoción a Cancún y estoy muriendo de los nervios.

No solo porque será una experiencia muy divertida e inolvidable con mis amigos, sino porque sé que podré tener muchos momentos a solas con Joaco.

Yo no estoy listo todavía para dar el siguiente paso, pero somos adolescentes, tenemos 18 y somos pareja. Cualquier cosa puede pasar. Aunque espero que no sea nada... fuerte.

De cualquier manera, Joaco se ve más nervioso que yo, pero lo disimula coqueteándome.

Por ejemplo, hoy en la mañana, mientras estábamos tirados en la cama, le pregunté:

-¿Estás nervioso por el viaje?

Y él respondió, con tono seductor:

-No sé... ¿Tú sí?

Y luego yo pregunté:

-¿Qué crees que pase?

A lo que él respondió:

-Algo interesante.

Y luego comenzó a hacer círculos con un dedo en mi pecho mientras se mordía en labio inferior y me sonreía a medias.

Definitivamente se puso raro, pero prefiero olvidarme de eso hasta que llegue el viaje y ocurra lo que sea que vaya a ocurrir.

Y bueno, en la tarde fui al cuarto de mi hermana porque Joaco y su madre salieron y yo no sabía qué más hacer.

-Así que lo besaste- Dijo ella.

-Ajá.

-¿Frente a todos?

-Fue en la mejilla.

-Pero es un gran avance para tí, ¿eh?

-Sí, supongo.

Ella se rió sentada a mi lado en su cama.

-Adoro verlos juntos- Dijo- Son muy tiernos.

-Lo sé- Respondí, con tono muy estilo–Joaco.

Ella pasó un brazo por mis hombros y me atrajó a sí.

-Leo.

-¿Hm?

-Tu viaje ya está cerca.

-Ajá.

-Y sabes que yo te daré unos trabajos, ¿no?

-Ya me lo esperaba, sí- Dije suspirando.

-Mira, Leo, sé que esto se te está haciendo muy difícil, todo el tema de engañar a tu novio y su familia. Pero siempre voy a agradecerte por ayudarme- Dijo con ternura.

-Bueno, eres mi hermana- Argumenté- Siempre te ayudaré.

Ella me sonrió.

-Bueno- Dijo- Este, si tengo suerte, será tu último trabajo.

Sí, gracias.

-¿Y es?- Pregunté.

-Tienes que robar todos los objetos de valor que Joaco lleve al viaje.

-¿Qué? No. Otra cosa, por favor.

-Leo, los objetos de más valor están ahora en manos de Joaco- Dijo- Su madre ya le entregó el anillo, el reloj, la cadena con una joya, un broche y una pulsera. Son sus objetos más valiosos.

Sí, su madre le había entregado esos cinco objetos a lo largo del año porque eran de su padre y él quería que pertenezcan a Joaco cuando fuera mayor.

Me lo pensé con detenimiento: tal vez puedo quitarle 2 cosas de todo eso y decirle a mi hermana que no logré quitarle lo demás. Sí, puede funcionar.

-Bien- Dije- Joaco nunca se coloca el broche pero siempre lo tiene en su bolsillo, no sé por qué.

-Porque tu novio es raro- arguyó.

-Bueno, sí- afirmé- pero no importa. Y la pulsera no se la pone siempre porque dice que a veces le incomoda, así que esos dos estarán sencillos.

-Me gusta tu forma de pensar.

-Lo difícil serán los otros tres objetos- Dije- El collar y el anillo no se los quita por nada del mundo. Incluso duerme con ellos, a veces. Y el reloj también lo utiliza siempre, así que no sé cómo podré quitárselos.

-Ya encontrarás la forma- Animó- Estoy segura.

Me sonrió y traté de devolverle la sonrisa, a pesar de estar engañándola esta vez. Cuando robé los broches de su madre el Día de la Familia, ella hizo un escándalo en el auto. Por suerte no se dió cuenta mientras seguíamos en el colegio.

Pero me sentí muy mal por ella ya que, mientras los buscaba en vano por todo el auto y la casa, estaban en mi bolsillo.

Pero bueno. Este será el último trabajo, ya lo dijo ella.

-¿Por qué este sería mi último trabajo?- Pregunté.

-Porque haré la movida grande mientras ustedes estén en su viaje- Respondió.

No me sonaba muy bien eso de la "movida grande".

-¿Cuál movida grande?- Pregunté.

-Bueno, Leo, conseguí unas piedritas que pueden pasar por joyas si las pinto de dorado y plateado, y tienen un peso parecido. Las meteré en la caja fuerte mientras traslado todo lo real a mi maleta. Cuando ustedes vuelvan y tú me entregues los cinco objetos de Joaco, yo tendré que irme de aquí.

Me puso triste la idea de que ella vuelva a irse, pero sabía que ella no venía de verdad para visitarme. Ella vino para llevarse una fortuna increíblemente grande.

-Prométeme una cosa- Dije.

-Claro, lo que sea.

-Cuando te lleves toda la fortuna y la entregues a tus jefes, tienes que robarte de nuevo la fortuna para venir aquí y devolver todo.

Ella me miró con un poco de desconcierto, pero luego asintió mirando al suelo.

-Lo intentaré- Dijo.

-Hasta el último centavo- Pedí.

-Lo intentaré- Repitió.

Yo simplemente asentí y también miré al suelo.

Sé que le estoy pidiendo demasiado, pero no podré vivir con la idea de que la familia de Joaco se quede técnicamente pobre. Necesitan tener toda su fortuna de regreso.

Y luego repetí en mi cabeza las palabras de mi hermana:

"Cuando ustedes vuelvan y tú me entregues los cinco objetos de Joaco, yo tendré que irme de aquí."

-Espera- Dije- Esto significa que... ¿te veré por última vez cuando regrese de mi viaje y te perderás hasta quien-sabe-cuándo?

Ella me miró con tristeza.

-A mí también me duele, pero sí.

Trató de sonreírme pero no le salió muy bien. Luego me dió un abrazo.

-Te voy a extrañar mucho, bichito- Murmuró- Me siento orgullosa de ser tu hermana.

-Y yo el tuyo- Respondí.

3.- Siempre Serás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora