Nuestro Error (EDITANDO)

XIV

Entre ambos jóvenes altos se turnaban para cargar al pelinaranja mientras caminaban a casa.

Mafuyu sin embargo no decía nada, solo se dejaba cargar como si fuera un objeto o juguete. Routa iba atrás suyo con la boca cerrada.

Routa: les recuerdo que es mi novio!!

Uenoyama: yo te recuerdo que me dijiste que salió de Japón, y también recuerdo que tengo dos puños para partirte el hocico maldito mentiroso

Yuki: novio o no, no fuiste capaz de coger a Mafuyu cuando se sentía mal, así que demuestra que no estás preparado para esto, Uenoyama te toca– dijo para pasar al pelinaranja a los brazos del pelinegro– aparte eres una lacra, solo te gozaste de los aplausos pero dejaste lo que importaba de lado

Mafuyu no podía soportar que ataquen al azabache.

Mafuyu: basta, él solo quería protegerme, y no es su culpa, el no lee mentes, pueden bajarme, si se caminar

El pelinegro bajo a Mafuyu, quería hacer algo, decirle algo, pero la mano de un rubio lo detuvo y le hizo una señal que no lo haga.

La noche era fria, un chico de cabellos negros y uno rubio caminaban por las calles profundas del lugar.

Uenoyama: y dime, sabías algo de esto?– el pelinegro rompió el silencio para luego rascarse la nuca– osea, si sabías que ellos dos, y Mafuyu

Yuki: me fui de su vida hace meses para no darle más problemas, aquella noche estaba con fiebre, señor celoso, no sabía que hacía mucho menos como reaccionaba. Ahora literalmente sufro de fiebres y gripes semanalmente, no tengo a dónde ir, así que ve a casa, que a ti si te esperan en una

Dicho esto el rubio se empezó a colar por una de las calles vacías y húmedas.

Uenoyama: oye, y que comes hasta ahora?– dijo con preocupación el pelinegro que miraba al rubio más delgado y erguido.

Yuki: pues lo que la vida me da, estoy esperando a conseguir alguien que me mantenga unos días, luego cuando me llegue a tocarlos o tocarlas me echaran– el rubio echo a reír mientras que Uenoyama sentía su corazón afligirse por el ex de su ex, JA!.

Uenoyama: sabes mis papás no están en casa, y mi hermana seguro con uno de sus novios, quieres venir a mi casa a comer? Al menos hoy, das pena.

El pelinegro casi llora al ver como el rubio se le iluminaron los ojos y se relamia los labios, ¿!que tanto puede pasar este hombre con tal de no haber daño a Mafuyu?!

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Un azabache caminaba en silencio tomado de la mano con su pareja.

Mafuyu: Yukemori-kun, yo..

Routa: lo siento, no fue mi intención no ver tu dolor, estaba concentrado en la batería, que no vi como estabas, lo siento, por favor no te enojes..

Mafuyu no podía simplemente terminar con él y ya. Su corazón decía que no es correcto, y debía hacerlo como la novelas mandan, con algún defecto que demuestre, pero hasta ahora... Es perfecto...

Mafuyu: no te preocupes Yukemori-kun, todo está bien– solo pudo sonreír con calma mientras que el azabache le sujetaba con más fuerza la mano

Routa: te amo.. te amo mucho...– el azabache dejo a Mafuyu en casa y despidiendose con un beso se retiró del lugar.

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Al entrar a casa de Uenoyama, al rubio los ojos se le desprendían, se acomodó en el sillón y suspiro.

Yuki: cuantos días.. necesitaba un lugar así... Ritsuka se mi esposa!!!– Uenoyama lo miro con detenimiento y carcajeo junto al rubio

Uenoyama: estás loco, te daré algo de comer, quédate ahí, o si quieres toma por esta noche mi cama, no tengo problemas, solo siéntete cómodo mañana te vas recuerda