El sol apenas empezaba, y los rayos calientes a la vez brillantes entraban hacia la habitación donde dos jóvenes estaban durmiendo tranquilamente.
Yuki: naranjita, bueno días!– exclamó el rubio para luego besar en la cabeza al joven de cabellos naranjas mientras apenas abría sus ojos– ¿Dormiste bien?
Mafuyu: bastante bien– diciendo esto dio un ligero bostezo mientras se sentaba al borde de la cama– ¿Tú dormiste bien Yoshida-kun?
La paz entre ambos se rompió al escuchar el sonido de la puerta tocar con desesperación. Y gritos nombrando al pelinaranja eran bastante escandalosos.
Yuki: genial...– dijo con algo de fastidio el rubio para recostarse nuevamente– no abras
Mafuyu: debe estar preocupada.. por ti.. aparte dijiste que se reconciliaron– mencionado esto se dirigió a la puerta dispuesto a bajar y dar paso a la señora que alguna vez pudo ser su suegra.
Yuki: Mafuyu, son cosas personales, arregle un tema pero no todos, solo dile que no estoy aquí.
Mafuyu hizo caso omiso y am abrir la puerta un rostro preocupado miraba al pequeño.
Saeko: dime qué Yuki está aquí... Por favor Mafuyu– el pelinaranja no veía años a la señora, que tenía casi el mismo porte que su hijo. Y a pesar de vivir al lado en estos meses solo trataba de evitarla pues no sabría que respuesta dar si preguntaba por el rubio– regrese hoy y no lo vi, y yo– fue interrumpida por las palabras del menor.
Mafuyu: está aquí Saeko-san, quisiera conversar con usted.
La señora de cabellos oliva entro al lugar y buscaba a su hijo con la mirada. Mafuyu solo la invitó a tomar asiento.
Saeko: ¿Que quieres decirme?– se condenaba dentro de ella, pues sabía que tipo de preguntas haría ese pequeño muchacho.
Mafuyu: ¿Porque oculto a Yuki tanto tiempo? ¿Porque no me dijo nada?– sus palabras eran secas, a la mujer le molestaban pero debía responder.
Saeko: verás, niño, no pensé que mi hijo se libraría de esa, por eso ya me adelante a las cosas. Decidí que debía aceptar en primera que mi hijo no despertaría, y solo hice lo que creí correcto, tú debías seguir y yo también– el muchacho suspiro pesadamente para seguir interrogando.
Mafuyu: ¿Tiene algún problema con Yuki? ¿Algo que me estén ocultando?– el chico no pensaba para hasta conseguir todas sus respuestas a las preguntas que se tenía.
Saeko: verás, está molesto, cuando recién despertó... Él, se enojó mucho porque lo di por muerto, y que te deje ir. También se molestó conmigo, por no entenderlo, por no.. darle el tiempo que necesitaba, por no haber aceptado en un momento su relación contigo. Por tacharlo como enfermo, y quererlo presionar con chicas. Pero solo, quiero su perdón. Sin embargo no quiere escucharme, y cuando desapareció de mi vista– la mirada de aquella señora se tornó borrosa iba a llorar– estaba preocupada si estaba bien, si tenía un techo. Yo solo no lo busqué por no darle más daño.
Mafuyu: Saeko-san, él la quiere mucho no deja de ser su hijo, estuvo mal de su parte ocultarnos cosas, y mucho más darle la espalda en su momento– se acercó a la señora que solo sollozaba y pedía perdón– pero es pasado, y debemos dejar el pasado atrás para así centrarnos en el presente, Yuki le dará su perdón– la mujer sin embargo insistía en ver a su hijo, Mafuyu solo asumió la responsabilidad que en ese momento estaba cargando– ahora de lo traigo.
Subió las escaleras con rapidez y el aclamado Yuki roncaba sin alguna preocupación.
Mafuyu: Yuki!– grito el pequeño haciendo que el mencionado se exaltara para despertar– vas a bajar y te reconciliaras con Saeko-san– el rubio negó– si no te reconcilias, escogeré a Uenoyama-kun!¡.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro Error (EDITANDO)
FanfictionPara Uenoyama y Mafuyu en su relación no había límites, de a pocos se estaba construyendo una gran relación, todo parecía color de rosa, nada se interpondria.. Pero cierta llamada pondría todo de cabeza.. la pareja superará el nuevo obstáculo que vi...