Nuestro Error (EDITANDO)

XXIV

Allí estaban los tres chicos con una gran sonrisa en el rostro mientras alistaban algunas de las cosas que Mafuyu podría utilizar.
El mencionado estaba feliz, alegre, no sabía cómo describir esa emoción. Una emoción tan bella. Tan alegre, iba a viajar por segunda vez en su vida y con personas de suma importancia para él.
¿Como debía expresarlo? ¿Debía de agradecer? ¿Que puede hacer uno para devolver el gesto?

Uenoyama: Mafuyu, vamos. Yoshida ya bajo.

Lo más importante era, ¿A quien escoger? Solo quedaban dos días para elegir a uno. Lo prometió.

Yuki: Mafuyu, ¡Mira¡ La atrapé para ti- una mariquita de color rojo posaba en su mano. Que gran suerte le traería.

Aunque dude de su elección. Mafuyu ya sabía a quien amar. Alguien que amo y amaría siempre.

Uenoyama: IDIOTA!! DIJISTE QUE TÚ AMIGO VENDRÍA TEMPRANO!!!- el pelinegro estaba desesperado, quería evitar el tráfico y abochorno de personas.

Yuki: tranquilo hombre, no es el rayo McQueen!!- el rubio hizo un gesto guiñandole el ojo al ojiazul- kuchaoo~~

Uenoyama: NO ME JODAS!! ¿DONDE ESTÁ?

No se arrepentía. Él era el correcto, lo hacía sentir bien. Siempre se sintió bien.

En ese instante un hombre con una camioneta se estacionó en el lugar.

Yuki: Oye Tadeki!! Te demoraste demasiado hombre!!!por poco y tomamos taxi!!- el rubio se recargo en la puerta del copiloto.

Tadeki era un hombre se le hacía joven. De cabellos teñidos de color verde oscuro, con un par de piercing's, y ni hablar de los lentes oscuros. Daba miedo.

Uenoyama: Yoshida.. nos trajiste un recluso?!! Míralo!!!- el ojiazul reclamaba pero una pequeña voz lo hizo entrar en calma.

Mafuyu: voy a acampar... Después de mucho tiempo...-los dos jóvenes se miraron y avergonzados solo se rascaron la nuca. Debían hacer el mejor día para Mafuyu.

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En otro lado un joven de ojos mezclados se colocaba un traje bastante elegante.

Routa: Kohaku, perdón. Suegro, tráeme mi perfume, hoy es el día- se arreglaba ciertas partes del traje mientras se observaba en el espejo. Sería un día fantástico. Único. Al fin lo tendría.

Kohaku: no, ¿Le harás daño?- el hombre titubeaba mientras observaba al joven delante suyo.

Routa: lo traeré en una sola pieza, lo juro- el rostro galante cambio a una sonrisa dulce y resplandeciente- es hora de trabajar, ush ush anda a lavar platos o algo. ¡Hoy es tú último día aquí!

Dicho esto salió del lugar dejando a aquel hombre dentro de este. ¿Que debía hacer? No podía hacer nada. Nada por salvar a toda su familia. Solo podía conseguir lo escombros que quedarían de ella.

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Mafuyu había quedado dormido en su asiento. Y los tres presentes solo iban en silencio.

Nunca debió decir esas palabras.

Cometió un gran error al decirlas.

Y él otro cometió un error al responder.

Uenoyama: oye... Yuki, aún pienso.. lo de ese día.. fue algo tonto el que lo intentarás por esa tontería... Digo..- un simple "cállate" seco de parte del rubio lo alteró más- es que fue algo muy tonto. Mafuyu sufrió por eso, ¿En que pensaste? ¿Acaso no podías haber solucionado de otra forma las cosas?