Part of Your Sky (En edición)

Densas Y Temibles Tinieblas

Anne entró a la casa como alma que lleva el diablo dejando a una sorprendida señora Lacroix.

—¡Emma Bouchard! ¡Ven aquí!

La castaña salió inmediatamente por el grito de la pelirroja caminando por el pasillo se topó a la madre de Bash quien solo le dio una sonrisa y siguió de largo. Llegó al comedor para ver a su creativa amiga sacando papel y tinta de uno de los cajones.

Como su propia casa, pensó Emma con una sonrisa.

—¿Dónde está Gilbert? —preguntó sin levantar la mirada cuando sintió a Emma en la cocina.

—Salió, no tengo ni idea de a dónde.

—Perfecto. Estuve pensando lo que me contaste de la fogata y llegué a la conclusión de que ustedes son bastante lentos en cuanto romance. Así que pensé una forma en la que pudieras dejar en claro tus sentimientos a Gilbert sin tener que decirlo. Una carta. —Anne parecía muy emocionada con la idea, era de esperarse después de todo a la pelirroja le fascinaba lo que tuviera que ver con los sentimientos.

—No lo sé, ¿qué pasa si la lee y ya no me quiere? —A Emma no le agradaba del todo escribirle una carta, tendrían que verse continuamente pues vivían juntos y sería incómodo.

—Oh, vamos Emma. Las dos sabemos que Blythe te ama. Además si lo que te preocupa es como reaccionara, tienes que tomar en cuenta que irás a Queens y no se verán mucho ahí.

—De acuerdo.

Anne extendió hacia ella la pluma, el papel y la tinta. Emma la tomó y se sentó a escribir.

Querido Gilbert

Lamento la forma en la que reaccione la otra noche, estoy confundida. ¿Por qué te detienes por mí? En un lado tienes a Winniefred y La Sorbona y en el otro a mi y a Queens. No quiero interferir en tu decisión, me gustaría que tomes la opción que consideres mejor para tu futuro. Aún así, considero importante que sepas mis sentimientos. Te amo, muchísimo. Nunca deje de hacerlo y no se si puede algún día. Pero no te detengas por mí, tu futuro en la medicina no debería depender de nadie más que tu.

P. D. ¿Dónde tienes mi pluma Gilbert Blythe?

Las comisuras de los labios de Emma se alzaron al agregar ese postdata. La verdad era que la castaña la había buscado al llegar del examen y recordó que se la prestó a Gilbert. Después de no encontrarla en la habitación del chico supuso que el la llevaba consigo, pero no había tenido la valentía de preguntarle luego de la última vez que hablaron.

Cuando volteo a ver a Anne descubrió que la pelirroja ya no estaba, se había ido luego de ver que ya no necesitaba convencer a su amiga de escribir la carta. Emma dobló el papel y lo dejó sobre la mesa, no se molestó en escribir su nombre porque Gilbert reconocía su letra.

Salió de la casa y se encaminó a Green Gables, sabía que Anne querría todos los detalles de lo que decía la carta y donde la había puesto.

°°°°°

—

Hablando y limpiando niñas. —Las regañó Marilla cuando los dos se rieron. Pero la verdad es que también la señora Cuthbert tenía una sonrisa en sus labios.

Emma pasó el trapo por la mesa una última vez, cuando llegó a Green Hables Anne y Marilla estaban en la limpieza del hogar, Emma inmediatamente se había ofrecido para ayudar. Y un hora después ya casi terminaban.

—¡Indios! —Exclamó Marilla horrorizada al ver por la ventana como un hombre y una mujer entraban a la propiedad.

Anne se acercó a ver luego de que María se fuera.