Part of Your Sky (En edición)

Latrines

Ethan se despertó al mismo tiempo que los demás, se sentó en la hamaca, estiró sus brazos y se puso sus botas. Al levantarse, por inercia, buscó con la mirada a Bash quien aún estaba sentado y después a Gilbert. Fue mucha su sorpresa el no verlo de pie a un lado de su tumbona con una sonrisa en la cara, como todos los días.

—¿Y Gilbert? —preguntó a Bash con el ceño fruncido.

—¿Qué? ¿Ya lo extrañas? —le respondió con una sonrisa burlona en el rostro. —Al parecer al capataz tampoco le gusta esa canción suya.

Miente.

Le dijo su conciencia, debe de estar limpiando letrinas ya que no lo hizo ayer.

Ethan sonrió pensando en una gran idea, trató de recordar una pequeña parte de la canción, solo un verso era suficiente.

—Si nunca beso a una mujer...

—¿Qué haces? —Bash la interrumpió confundido. Ella solo rio mientras seguía cantando.

—Mis labios se secarán...

En efecto sólo un verso fue suficiente para llamar la atención del capataz, quien se acercó con una sonrisa arrogante pues al final de cuentas su objetivo era que Ethan limpiara letrinas y no Blythe.

—¿Qué te parece seguir cantando en las letrinas, Ethan?

—Pero señor yo... —fingió estar asustado y arrepentido.

—Sin excusas muévete.

En cuanto el capataz salió de su vista su sonrisa volvió a su rostro y miró a Bash quien tenía una sonrisa traviesa en su rostro.

—Buena jugada niña.

Emma rodó los ojos y tomó sus cosas para dirigirse directa a las letrinas, saludó a el guardia y entró al mismo tiempo que se colocaba un pañuelo alrededor de su nariz para disminuir el olor.

Se acercó de manera sigilosa a Gilbert que estaba de espaldas a ella y habló.

—Ten—. Le extendió el segundo pañuelo. —Hace más soportable el olor.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó tomando el pañuelo de sus manos. Ella se encogió de hombros y puso una cara de fingida tristeza.

—Aquí entre nos, creo que no le caigo bien al capataz. —Después sonrió demostrando que estaba bromeando. Gilbert captó la broma al instante y soltó una ligera carcajada.

—¿Tú crees?

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(Latrines)

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Luego de horas de trabajo ambos pararon para poder ducharse. Ethan se despidió del guardia y viceversa. A Blythe este gesto le sorprendió un poco y no dudó en preguntarle.

—¿Ustedes se llevan bien?

—Él siempre está en la puerta de las letrinas para su mala suerte, y para la mía yo casi siempre soy enviado acá a trabajar. Algunas veces durante los descansos hacemos una partida rápida de cartas, normalmente no me gustan esos juegos, pero el aburrimiento es peor.

Gilbert rio y ella solo sonrió al escucharlo. Le era inevitable sonreír cada vez que estaba con Gilbert, como si el activará algún botón dentro de ella.

Al llegar a los baños, Blythe le extendió la mano hacia la puerta de éstos. Ethan lo miró confundido, no estaba acostumbrado a este tipo de trato. Gilbert al ver que no entendió decidió hablar.

—Entra a bañarte tú, yo puedo hacer guardia.

—No entra tú, no tengo problema en esperar.

—El problema es que si me tardo tendrás que bañarte mientras haya un montón de hombres con ganas de entrar al baño, no voy a exponerte a eso.

Ella se sorprendió al ver como Blythe se preocupaba por ella, nadie más que Bash había sido tan precavido y cuidadoso con ella antes. Asintió con la cabeza y entró al baño con el ceño fruncido. Por unos instantes su cuerpo no se movió hasta que ella reaccionó, tenía que apurarse.

Durante el baño sus pensamientos se encontraban revueltos, cómo es que se había olvidado que ella no era un chico, tendría que salir pronto de ese barco, estaba tentando su suerte.

Terminó y se cambió en cuestión de minutos, salió para ver a Gilbert sentado en su tumbona leyendo la carta que aquella chica le había mandado días atrás.

—¿La extrañas mucho?

—No, ella es solo una amiga.

Emma sintió eso como un golpe al corazón, ni siquiera la había nombrado y él ya pensaba en Anne. Pero, ¿por qué le importaba a ella? Emma no sentía nada por él, ¿o sí?

—Yo hablaba de Avonlea, tú tierra —corrigió tratando de no sonar malhumorada.

Gilbert volteó a verla sorprendido y después bajó la mirada mientras se sonrojaba. Él evadió el tema metiéndose a bañar sin decir ni una palabra, Emma se sintió repentinamente triste al ver que Blythe pasaba a su lado sin siquiera mirarla, ¿así se había sentido él cuando ella lo evitaba?

Se acercó a su tumbona dispuesta a dormir un rato cuando vio la carta de Anne abierta acomodada de forma delicada sobre la hamaca de Gilbert. Quiso leerla y durante unos minutos luchó internamente consigo misma, justo cuando se decidió a leerla Bash llegó al lugar.

—¡Hey! ¿Qué tal las letrinas? —preguntó animado cómo siempre, pero su cara cambió al ver la de Emma, sus ojos pasaron de ella a lo que estaba viendo.

Emma inmediatamente volteo a verlo y trató de disimular con una falsa sonrisa.

—Igual de horribles que siempre —bromeó, Bash decidió evitar el hecho de que ella se encontraba viendo la carta de Anne hacia solo unos segundos y continuó la plática como si nada.

Poco a poco la habitación se fue llenando de hombres y Blythe salió del baño con el cabello mojado.

—¡Blythe! Seguro ya te has enamorado, ¿verdad?

Gilbert se tensó al oír a Bash y Emma se puso realmente incómoda sin saber la razón, Blythe le dio un vistazo rápido a ella para luego ver a Bash.

—¿De qué hablas? —pretendió estar confundido sin mostrar que en realidad estaba muy incómodo y volvió a ver a Emma quién fingía estar interesada en los hilos salidos de su hamaca.

—De las letrinas claro, ¿no son un amor? —continuó la broma Bash, pese a estar extrañado por la actitud de ambos jóvenes, nuevamente decidió dejarlo pasar.

—Claro un amor —respondió Gilbert sarcástico mientras se dirigía a su tumbona, vio la carta de Anne y la guardó en su saco. Después se echó en ella.

Ethan sin decir una palabra se acostó, ni siquiera se quitó sus botas, mucho menos dijo buenas noches. Esa noche los tres se fueron a la cama con muchas cosas en las que pensar.

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Nota de autora:

No sé por qué este se me ha hecho el capítulo más pesado de escribir, supongo que me meto tanto en la historia que terminé con el mismo humor que Emma y Gilbert al final. Espero que les guste.

Les quiere

-Una Lectora Compulsiva

*Versión editada publicada el 10/08/21