Día 4: Cementerio.

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One-shot.
Muerte de personajes principales.
No parejas.
Centrado en Mob.

~•~•~

No está lloviendo, tampoco está nublado, es un día soleado y parece ser bastante agradable para los demás, pero para Mob definitivamente no lo es. Nunca había sido de los que se sintieran bien en los cementerios a pesar de no conocer muy bien a quién se estuviera enterrando, después de todo al tener la capacidad de ver espíritus las cosas se tornaban demasiado sofocantes, ver espíritus a cada momento y escuchar sus voces lastimeras era algo que normalmente no le molestaba, pero en un cementerio era distinto porque estaba lleno de muertos de principio a fin. Cada que tenía que ir a un funeral se sentía muy mal, todos creían que era por el fallecido, en la mayoría de los casos era porque quería dejar de escuchar, llegaba al punto de detestar sus poderes por el sufrimiento y dolor que le causaba estar al tanto de tantas almas en pena.

Eso era antes de que él fuera quien vagaba en el cementerio. O eso cree puesto que no está seguro. Sus recuerdos lo abandonaron hace mucho tiempo. Solo sabe la edad y fecha en la que murió además de un su respectivo apodo gracias a su lápida, solo recuerda a su familia, su nombre y que nunca ha gustado de visitar cementerios.

Le sigue molestando el lugar solo que ahora es a menor medida, comenzó a acostumbrarse a ello cuando se dio cuenta de que sería el lugar en el que se tenía que quedar. Había sido un accidente el como murió, una noche normal se tornó a una con un terrible final donde Shigeo Kageyama, apenas teniendo 19 años de edad, acabó con una bala en su cabeza y otra en su pecho. Se encontraba en desventaja, no tuvo tiempo de usar sus poderes para evitarlo y aquí estaban las consecuencias, él estaba sin vida y dejó atrás tantas cosas todo por un descuido. Cuando volvió a despertar era ahora un espíritu, el mismo que tenía la forma de un ajolote pequeño, al intentar abandonar el dichoso cementerio descubrió que era imposible. Estaría atrapado ahí por la eternidad para su muy mala suerte. Al no poder irse entró en un estado de tristeza permanente gracias a que tendría que estar en el lugar que tanto tiempo había despreciado, ¿había cometido un pecado de gran magnitud para ser castigado de esa manera? Si fue así le encantaría saber cuál había sido.

La primera vez que tuvo que ver a su hermano visitar su tumba fue una experiencia que quisiera borrar de sus recuerdos por siempre, jamás lo había visto tan destrozado, tan indefenso, tampoco había llegado a verlo igual de pálido y ojeroso que ese día. Se escondió detrás de un árbol porque temía que Ritsu lo viera, se quedó ahí observando como se arrodillaba frente a su lápida y le hablaba como si ese fuera su hermano mayor, si tan solo supiera que ahí está detrás de él, si tan solo se diera cuenta de que seguía a su lado… pero no dio señal de su presencia. Quizás el menor sí notó su energía, pero no logró identificarla como la suya, o tal vez creía que lo estaba imaginando. Verlo ir y venir de pronto se volvió una rutina agotadora para Mob ya que debía esconderse a cada momento que Ritsu llegaba a visitar el lugar.

¿Por qué te escondes?—preguntó un espíritu en forma de gato, su pelaje era de un castaño que le parecía muy familiar, pero no podía apuntar por qué.

No puedo dejar que me vea.—contesta cuando Ritsu ya no sé encontraba ahí.

Es algo cobarde de tu parte ¿No crees?

¡Tú no sabes nada!—estaba furioso, ese tonto gato llegaba y le insultaba, lamentablemente era el único espíritu que se había quedado para acompañarlo.

¿Pasó algo entre ustedes antes de que murieras?

Yo… No lo sé.

Nunca lo sabrás si sigues ocultándote. Háblale y podrás recordar tu vida y también dejar este espantoso lugar.

¿Cómo lo sabes?

Porque yo ya enfrenté lo que me hacía esconderme.

La conversación se quedó ahí estancada, ambos espíritus se quedaron juntos como todos los días, igual que siempre el silencio abundaba si se ignoraban los comentarios del gato sin nombre. Era muy extraño, estar muerto era lo peor porque se la pasaba solo y sufriendo, pero cuando el gato llegó podía sentirse un poco más feliz.

Espera… Si ya enfrentaste lo que te amarra al cementerio significa que puedes irte ¿Por qué sigues aquí?—interroga una noche.

Me recuerdas a alguien que conocí en vida, no quisiera solo dejarte ahora.—el gato sonríe con melancolía, está pensando en aquel al que le recuerda.

¿A quién?

A mi estudiante. Lástima que ya murió también.

¿Por qué es una lástima? Puedes ir a buscarlo más fácilmente.

Ya lo encontré hace un tiempo, no me reconoció, él no recordaba nada de cuando estaba vivo.—suena como si quisiera llorar, como si la situación aún le causara un dolor agonizante. El gato no lo ve, tiene sus ojos dirigidos hacía el cielo, agita su cola que deja un pequeño rastro brillante de color anaranjado.

Oh, qué mal.

Al menos puedo asegurarme de protegerlo también en este mundo.—Mob siente que hay algo más en ese comentario, como si entre letras estuviera diciendo un secreto que no alcanzaba a comprender. Por alguna razón podía sentir la misma tristeza del otro.

¿Cuál era tu nombre?—no sabe por qué pregunta eso, siente que necesita saberlo.

Arataka Reigen.

Yo era Shigeo Kageyama, no Mob.

El gato suspira y se percata de que ha comenzado a llorar, ¿qué se supone que debe hacer? ¿Dijo algo malo? Sus sollozos le causan una sensación indescriptible pero la odia, quiere dejar de sentir cosas que no entiende ¿Qué le sucede? Sin saber la razón de sus acciones restriega su mejilla contra el hombro del gato para ver si podía animarlo un poco, quería asegurarse de que su sufrimiento se disipara, aquel alumno suyo debió ser muy importante para él y el que no lo recordara debía ser un castigo.

Dijiste que tenías un alumno ¿No es cierto?

.

En ese caso—algo le dice que está tomando la decisión correcta, que era eso lo que debía hacer—Quisiera ser tu alumno también.

El gato sonríe un poco, eso es suficiente para alegrarlo.

De acuerdo, Mob, te enseñaré a que enfrentes eso que te encierra aquí.

Gracias, maestro.

October Memories/Angstober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora