October Memories/Angstober 2020

Día 14: Insulto

One-shot.
Tsubomi x Shigeo.

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La preparatoria era una etapa muy distinta a las demás en cuanto a experiencias y las responsabilidades que traía consigo, esta hizo cambiar radicalmente la vida de Tsubomi a lo que se sentía agradecida. Nunca le había agradado ser la “idol” de la secundaria, mucho menos tener que lidiar con esa atención indeseada que recibía por parte de chicos que ni conocía y un montón de personas hipócritas que solo le hablaban por su popularidad, ser vista más como un puesto que una persona se había vuelto tedioso, odiaba aún más haber tenido que fingir ser alguien que no era para mantener feliz a toda esa gente. Realmente estaba sola, no tenía amigos verdaderos, por ello no sabía muy bien como socializar cuando se portaban como era en realidad, para muchos era algo fría y grosera, lo que pasaba era que sin su falsa personalidad bañada en amabilidad exagerada no sabía cómo debía actuar. Era difícil y detestaba tener que vivir así. Luego se mudó y logró cambiar su puesto en la escuela, solo quería ser una chica común con amigos comunes y pudo conseguirlo. El primer paso fue recuperar su amistad con Shigeo y hacer las pases, era agradable tener a alguien que sí la veía como persona y no como una diosa o algo por el estilo.

Ahora que estaba en preparatoria ella y su familia volvieron a la ciudad anterior, tuvo la oportunidad de volver a ver a esa gente que tanto la idealizó, esto fue lo malo. Nadie esperaba ver a la dulce Tsubomi mostrando menos interés en mantener las apariencias o cuidar su imagen, tampoco esperaban que se volviera tan sincera en lo que respecta a sus opiniones hacia los demás. Fue entonces que todos los que alguna vez quisieron tener algún tipo de relación con ella se alejaron, ya no era la misma de antes y no tenía caso seguir intentándolo. Unos pocos, al ver qué ya no tenía el mismo status, decidieron aprovecharse y de vez en cuando le molestaban con tal de que viera lo que se perdía por querer ser normal.

Eres una cínica. ¿Cómo puedes abandonar a tus amigos solo porque te juntaste con el ratito y su grupo de inadaptados? Piérdete.

Bufa cuando encuentra esa nota en su casillero, detesta que le insulten a ella pero cuando se meten con Shigeo y sus amigos es otra historia. No sabe por qué se siguen metiendo con ella, es una deportista, puede defenderse fácilmente. Va en busca de Akari quien por claras razones había sido la que hizo esa nota y se encargará de hacerle saber lo que piensa.
Cuando se dirige hacia donde siempre ve a Mob—quien ahora es su novio—sabe que lo hará preocupar mucho pues tiene el labio roto y unos cuantos rasguños, le duele todo el cuerpo y se siente fatal, está cansada de todo esto. Al verlo fuerza una sonrisa e ignora el dolor de su labio herido, Shigeo corre hacia ella sin saber qué decir, Tsubomi se siente culpable de hacerlo preocupar.

—¿Qué te pasó Tsubomi?

—¿Podemos ir a tu casa? Te lo explico allá.

Durante el transcurso no dice nada, está algo avergonzada porque le había estado ocultando las notas y jamás le había dicho sobre los insultos que recibía seguido, nunca había llegado a tener algún pleito serio con nadie por lo que no vio la necesidad de molestar a Shigeo con todo eso, solo haría que se estresara por la preocupación. Mientras caminan quiere romper en llanto, pero se aguanta, no lo hará en medio de la calle, simplemente no era lo correcto. Para buscar comodidad y tranquilidad toma su mano y se concentra en otras cosas.

Cuando llegan y le explica todo lo que debía ser explicado no puede evitar llorar, tampoco puede evitar ver como las expresiones de Shigeo muestran enojo e impotencia, todo se le ha salido de las manos. Recibe gustosa el abrazo que él le da y procede a llorar sobre su hombro queriendo mantener bajos los sonidos de sus sollozos, se sentía tan pequeña y frágil, entre sus brazos al menos lograba sentirse a salvo. Está muy cansada como para querer pedirle al más alto que no sé preocupe, no se atreve a hacer menos su problema porque ya lo hizo por mucho tiempo. Solo quiere quedarse aferrada a su cuerpo y dejar de existir, solo con Shigeo y sus amigos, solo ellos.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?—pregunta Shigeo de repente al mismo tiempo que acaricia el largo cabello de la chica.

—No quería molestarte.—responde en voz baja, como si dudara por pena y temor.

—Tsubomi, no me habría molestado.

—Lo sé.

No lo dice, no quiere que él lo sepa, pero se sentía insegura y eso le apenaba demasiado.

—Buscaremos la manera de solucionar esto juntos ¿De acuerdo?—para cualquiera sus palabras podrían sonar algo vacías, pero para Tsubomi era algo que le quitaba un enorme peso.

Ya no estaba sola, no tenía que sufrir en secreto ni fingir que nada malo le ocurría. Para Shigeo era un alguien y sería tratada como tal. Asiente en silencio sin soltar el cuerpo ajeno, aún está con los ánimos por el suelo, pero al menos sabe que probablemente las cosas mejorarán.

Se detiene a pensar en toda su etapa de secundaria, a pesar de no ser molestada fue mucho peor que lo que vivía actualmente, antes no tenía a nadie, era una triste persona sin amigos, ahora era diferente y agradecía tener a Shigeo quien venía con el paquete completo en cuanto a amistades respecta. Sabe que no merece a ese chico de poderes psíquicos, pero agradece tenerlo de regreso en su vida.

Los dos se quedan juntos disfrutando del silencioso ambiente que se había creado. En ese preciso instante Mob se promete que nada volverá a dañar a Tsubomi Takane.