21. Una tregua

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Maratón 2/3

El hombre sentado frente a mí no dejaba de mirar a su alrededor, como si analizara cada cambio que surgió después de su abandono, lo que más me molestaba era que nos despegaba su ojos de mi. 

— ¿Estás esperando, alguna invitación? —Espeté molesta.

—Cariño esto no es fácil —se excusó.

—¿Pero cuando nos dejaste fue muy fácil verdad? —Le recordé con voz fría.

—Gigi no.. —Trató de volver a hablar pero lo interrumpí.

—No me llames así —Mascullé con mi mandíbula tensa.

—Eres mi niña, entiendo que estés enfadada conmigo ,pero debo explicar porque me marché —insistió sin dejar de sonreír.

—Bien, espero —Hice un ademán con mi mano para que el comenzara a hablar. Cuando abrió la boca no dijo ni "pio" porque el timbre había sonado una vez más, Liam quién estaba sentado con Violeta se levantó a abrir.

—Hola Liam —Chilló una voz femenina muy agradable.

—Hola Lía —Contestó dejando de abrazar a la morena.

—Lía, un gusto —Se paró frente a mi y estiró su mano para saludar. Le estreché la mano y se sentó a un lado de el señor que me crio durante siete años y se marchó semanas después.

—¿Ya le dijeron? —Preguntó ella en un tono bajo pero audible.

—No, te estábamos esperando querida —Habló Harold, mi padre. 

—¿Qué me tienen que contar? Ya sé todo lo necesario Harold, Lía, y Liam —Confesé algo malhumorada.

—Cómo lo... —Habló por primera vez Liam.

—No importa cómo, pero se que ella —Apunte hacía Lía —Es nuestra hermanastra.

Ethan y yo mucho antes de nuestro momento incómodo, investigamos a Harold y descubrimos a Lía mi hermanastra y a su madre que lamentablemente falleció no hace mucho tiempo. Fue impactante esa noticia y ahí fue cuando comprendí que la chica que había llamado a Liam hermano era ella. Lía, una chica alta, morena y delgada, no se veía de mi edad o la de Liam se veía mas pequeña, lo único que teníamos en común ella y yo era el mismo padre.

—Eso significa que sabes de...

—¿Le fuiste infiel a mamá? —Interrumpí a Harold —Si, lo sé y mis más sinceras condolencias, Harold.

—Giselle, cariño puedo explicarlo, pero no sabría como —Comenzò a sollozar.

—Yo si sabría como, te enamoraste de una joven y hermosa mujer que se llama Sophia, tuviste dos hijos, te aburriste, porque siempre era igual, mamá en el hospital y tu cuidando de nosotros. Encontraste a otra mujer muy bella, por cierto con quien empezaste a tener encuentros románticos, se embarazó, luego ella se entero de que eras un hombre casado, te dejó, empezaste a estar cada vez menos en casa tratando de recuperar a la nueva familia que habías creado —Traté de contener un sollozo, pero fue en vano, y continúe con un nudo en mi garganta —Cuando al fin recuperaste a Diane, nos abandonaste. Mamá sufría cada vez que yo le preguntaba donde estabas y me mentía diciendo que habías viajado por tu empleo, ¿sabes cuantas noches esperé a que volvieras, cada mañana con alguna esperanza de que aparecieras?. —Le grité tratando de no llorar, pero sentí que era tarde cuando una lagrima recorrió mi mejilla hasta caer al suelo. 

—Giselle yo....

—Aún no termino —Lo interrumpí y el estaba llorando, Lía apenas me miraba y Liam junto a Violeta estaban sentados mirando directamente al suelo. —Nunca llegaste,  cumpleaños, navidad, pascua, Halloween, nada. Jamás te dignaste a venir, deje de creer que estabas vivo y eso fue lo mejor, hasta que apareces un día, en el peor de mi vida exactamente y ¿pretendes que corra hasta tus brazos y creas que todo esta bien?, Vaya que no me conoces, vete de aquí nadie ni nada te necesita.

Un Golpe de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora