8.Violeta

552 51 3
                                    

#Editado

Me removí incómoda sobre la cama al sentir un rayo de sol posarse sobre mi rostro, suspiré molesta y di la vuelta, pero noté que alguien se encontraba recostado junto a mí. Abrí los ojos de manera abrupta, para encontrarme con Ethan a pocos centímetros de distancia. Traté de levantarme con cuidado de no despertarlo, pero todo mi intento de ser sigilosa se fue al carajo cuando comenzó a soltar un par de gruñidos mientras se restregaba los ojos.

-¿G-Giselle que haces aquí? -Tartamudeó provocando que una sonrisa divertida saliera de mis labios.

-Dormí aquí -Expliqué levantándome de la cama.

-¿Dónde estamos? -Preguntó sentándose sobre la cama y al mismo tiempo soltando un quejido -Este dolor de cabeza me está matando.

-He aquí tu respuesta -Reí mientras volvía a sentarme sobre la cama y él sonrió sin dejar de afirmar su cabeza -Bailaste sobre una mesa, jugamos y te emborrachaste, pero tranquilo ahora están a salvo, gracias a mí.

-Muchas gracias, no logro ni imaginar por lo que tuviste que pasar -Mencionó escondiendo su rostro entre sus manos. -No le avisé a mi madre, seguramente está preocupada.

-Tranquilo Romeo, le avisé antes de llegar aquí -Informé mientras me ponía de pie y avanzaba hasta la puerta, él bajó las manos de su rostro para volver a mirarme -Vamos a la cocina, muero de hambre, supongo que tú y los otros dos también lo están -Bromeé y soltó una pequeña carcajada. Caminamos hasta la pequeña cocina de Iván e inicié a preparar algunas tostadas para todos, Ethan se encargaba del jugo y a los pocos minutos todo se encontraba listo sobre la mesa.

-Cuando bebo demasiado digo cosas sin sentido, no dije nada extraño ¿o sí? -Indagó sentándose a mi lado y yo negué divertida.

-Perdón Ethan, pero es mejor que tapes tus oídos -Advertí alegre y él miró con curiosidad mientras acataba mi orden -¡Par de idiotas, bajen ya a comer! -Grité y a los pocos segundos Iván y Rayan se encontraban en la cocina con cara de fastidio.

-¿Era necesario gritar? -Se quejó Rayan y yo asentí con efusividad.

-Me duele todo, ayuda -Gimoteó Iván apoyando su cabeza sobre los hombros de Rayan.

-Siéntense, coman y tomen esto -Establecí entregándoles una aspirina para que el dolor disminuyera. Casi de manera inmediata se tomaron la pastilla para comenzar a comer como animales, reí al ver como trataban de hablar con la boca llena, pero se les hacía difícil pronunciar ciertas cosas.

-No recuerdo nada de anoche ¿Qué pasó, Giss? -Preguntó Iván mientras se atragantaba con la tostada.

-¡No seas cerdo! -Reprochó Rayan con la boca igual de llena.

-Nada de qué preocuparse muchachos -Dije entre risas.

-¿Estás segura? -Inquirió Rayan apuntándome con una cuchara.

-No estuve pendiente de ustedes toda la noche, pero según lo que vi, no hicieron nada -Aseguré alzando mis hombros.

-¿Qué haremos al rato? -Preguntó Ethan apoyando los codos sobre la mesa.

-Podemos ir al parque -Dijo Rayan emocionado.

-¡Andando! -Gritó igual de emocionado Iván.

-Qué tal si se cambian primero -Sugerí y señalé la ropa que tenían puesta.

-Es cierto, hay que quitar el rastro de diversión de nuestra ropa -Agregó Rayan mientras reía, por la mancha en su camiseta. Pocos minutos después todos se cambiaron lo que traían antes puesto, Iván les prestó ropa a los dos chicos y yo me quedé tal y como estaba, no estaba sucia a comparación con la de ellos.

Un Golpe de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora