Un Golpe de Amor

22. Es un cita

Maratón 3/3

Era sábado por la mañana y al despertar no podía dejar de sonreír, tal vez la razón sea que cierto chico me había invitado a una cita, pero también debería darle crédito a que todo en mi vida volvía a sentirse otra vez tranquilo. No había rastro de mi padre o de mi nueva media hermana, Iván y Rayan no habían perdido el contacto, Lysa y Hayden habían obtenido buenas noticias con respecto a su madre y Alex no dejaba de enviarme mensajes con la excusa de "Abby pregunta... o Abby quiere saber..." Me alegraba saber que por ahora todo se encontraba mucho mejor.

Gruñí cuando sentí que mi estómago reclamaba por comida. Rodé por mi cama y me levanté para bajar a desayunar, pero cuando salí de mi cuarto me encontré con Violeta y su piel totalmente pálida y pequeñas ojeras formadas bajo sus ojos cansados.

—Hola Vil, ¿está todo en orden? —Le pregunté y ella solo asintió.

—No hay nada de qué preocuparse, me veo hecha un desastre, lo sé. Vuelvo esta semana a terminar la universidad y no he dejado de estudiar, pero en cambio tú te ves radiante, dime el secreto por favor —Bromeó sonriendo débilmente.

—Sentir que todo vuelve a la normalidad ayuda —Conteste y ella asintió dándome la razón.

—Me alegra oír eso —Acunó una de sus manos en mi mejilla y le sonreí —Alguien me dijo que tenías una cita —Informó quitando su mano de manera delicada y yo la miré confundida.

—¿Quién te lo dijo? —Indagué arrugando el entrecejo.

—Una personita que hace buen trabajo de espía —Dijo soltando una breve risa —Entonces Ethan Brown... Se ve que es un buen chico.

—Ciertamente lo es —Repliqué levantando mis hombros.

—Hace mucho tiempo que no tengo una cita —admitió abriendo sus ojos un poco más de lo normal y después arrugó su entrecejo.

—¿Ni siquiera Liam se ha dignado a invitarte? —Pregunté y ella negó —Debes tomar la iniciativa entonces —La animé y ella sonrió.

—Lo he insinuado y ciertamente tuvimos algo parecido, pero terminó en una horrible discusión —Confesó bajando la mirada hasta sus manos entrelazadas.

—No comprendo, ambos se gustan y todo el mundo es testigo de eso —Murmuré y ella levantó sus hombros soltando un suspiro.

—Buenos días hermosas damas —Saludó Liam saliendo de su habitación, se acercó a Violeta y besó con suavidad su mejilla.

—Hola...—Saludó Violeta cansada.

—¿Bajamos? —Liam le dio su brazo a Violeta.

—Por supuesto, muero hambre —Contestó cruzando su brazo con el de Liam.

—Voy de violinista, no se preocupen —Canté detrás de ellos.

—Gracias, necesitábamos una violinista —Bromeó Liam arrugando su nariz. Al bajar nos encontramos con Sophia y su radiante sonrisa maternal.

—¡Mis niños, tengo una noticia! —Anunció ella.

—Pensé que estabas en el hospital —Dijo Liam rascando su nuca confundido mientras se sentaba en los taburetes.

—Hoy no tenía turno y necesitaba descansar —Respondió alzando sus cejas con emoción —¡Me iré de vacaciones! —Celebró y se sentó.

—Me alegro, Sophi —Respondí sentándome junto a ella.

—¿Qué, con quién, dónde? —Se paró en seco Liam de su asiento.

—Tranquilo tigre —Se burló Violeta.