2. Secuela del golpe

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#Editado

–¡Hey! En vez de reírse de esta situación podrían ayudar en irse a la mierda con sus carcajadas –Espetó molesto y solo algunas personas dejaron de reír y bajaron la mirada.

–¡Ethan, no es nuestra culpa que eso haya sido jodidamente divertido! –Vociferó un chico que seguía riendo.

–Es culpa de James que no sabe cómo recibir un maldito pase –Gritó de vuelta otro chico que al parecer pertenecía al equipo. El chico ignoró por completo a las personas que continuaban gritándose entre sí, para dirigir toda su atención en mí.

–¿Necesitas ayuda con eso? –Apuntó hacia mis cosas que estaban solo a pocos segundos de caer.

–Por favor –Respondí mientras se las entregaba.

–Debo llevarte a la enfermería –Decretó serio.

–No es necesario, puedo ir sola...

–De ningún modo te dejaré aquí mientras te desangras por la nariz –Declaró y con uno de sus brazos me atrajo hacía él para comenzar a guiarme a través de la cancha, hasta llegar a la enfermería del instituto.

–Por Dios ¿Qué fue lo que ocurrió? –Preguntó la enfermera al levantarse con rapidez de su escritorio.

–Le cayó un balón en el rostro –Explicó con simpleza el chico que nuevamente me ayudaba, pero ahora solamente para tomar asiento sobre la camilla.

–Por suerte no pasó algo más grave, solo tienes una hemorragia –Suspiró aliviada y comenzó a limpiar mi nariz con algodón –Dejaré este algodón por si acaso vuelve a sangrar –Aclaró para luego lavar sus manos. Noté que llevaba un gafete en su uniforme azul oscuro cuando volvió a acercarse a mí.

–Enfermera Davis ¿Ya me puedo ir? –Solicité y ella negó.

–¿Cuál es tu nombre amor y en qué año vas? –Preguntó la enfermera al tomar una libreta.

–Giselle Johnson, último año –Respondí y ésta asintió.

–Muy bien Giselle, antes de que te vayas iré por un poco de hielo que ayudará a bajar un poco esa hinchazón –Dijo y antes que ella saliera de la pequeña habitación el chico la interrumpió.

–No te preocupes Rose, yo iré por el hielo –Informó y la enfermera Davis aceptó.

–Es un chico maravilloso –Susurró ella y yo asentí incomoda.

Pasaron menos de cinco minutos, cuando el chico ya estaba de vuelta con una bolsa pequeña de hielo entre sus manos, para luego salir nuevamente del lugar, Rose me hizo la entrega de ésta con bastante delicadeza.

–Ya puedes irte cariño, pero aun así llamaré a tu madre para avisarle.

–Está bien –Sabia que dentro de poco iba a recibir su llamada para verificar que estuviera viva.

Al salir de la enfermería me volví encontrar con el chico, pero ahora estaba husmeando mi cuaderno de dibujo, sentí pánico cuando recordé que lo había dibujado minutos antes. Carajo, ahora si va a pensar que soy una verdadera psicópata.

Caminé hacia su dirección un poco mareada con intención de distraerlo y quitarle mi cuaderno claramente, pero cuando logré llegar a su lado era demasiado tarde, ya se encontraba observando el dibujo de él mismo y su equipo practicando, pero si hablamos seriamente era él quien más resaltaba de aquel papel. Tosí para querer llamar su atención, pero en el intento dolió mi nariz, solté un quejido y ¡Aleluya! logré llamar su atención.

Excelente Giselle, Llegaré a pensar que hoy no es mi mejor día.

–¿Cómo te sientes? –Preguntó el chico –Lamento mucho en verdad lo que ocurrió Giselle –Dijo mi nombre y sentí algo raro en ese momento. No sé si habrá sido por secuela del golpe, pero quiero pensar que esa fue la razón.

Un Golpe de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora