Capítulo #10

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"Lo siento..."

Oí la puerta de la sala de espera de la Clase 1-A abrirse.

Una conocida cabellera, cabizbaja, se hizo presente. El chico tenía las manos en los bolsillos e ingresó a paso lento en la habitación. Lo observé caminar hacia los casilleros, sin levantar la vista en ningún momento, como si se supiera de memoria la ubicación de las cosas.

Me dio la espalda cuando se posicionó frente a los casilleros y abrió la puerta del que parecía ser el suyo. Cuando metió una mano en el compartimento, pude notar que ambos antebrazos estaban vendados, pero no recordaba que se hubiera lastimado en la batalla anterior.

Lo vi sacar su celular y suspirar pesadamente, antes de cerrar la puerta metálica de manera un tanto brusca. Luego de unos segundos, dejó caer su cabeza contra el casillero, como si algo le molestara. En la misma posición, comenzó a colocarse los auriculares.

-No creas que no te noté.

Lo vi dar un pequeño salto en su lugar, antes de darse vuelta con expresión asustada. Cuando notó que se trataba de mí, inhaló profundamente antes de fruncir el ceño.

-No sabía que estabas aquí. -Desvió la mirada a ningún lado-. Solo venía a buscar...

-Me refiero a mi conversación con Midoriya.

De repente, levantó la vista hacia mí por un segundo, para luego mover frenéticamente sus ojos por toda la sala, mientras sus labios temblaban.

-No sé de qué...

-No intentes negarlo -lo interrumpí-. Además, es claro que eres malo mintiendo.

Apretó los labios y desvió la mirada, quitándose el único auricular que llevaba puesto.

-Solo pasaba por ahí y no quería interrumpir.

-No me molestó. -Observé mis manos sobre la mesa-. Pero lo que dije, también va para ti.

Su vista se dirigió hacia mí, sorprendida. Cuando notó que sostenía su mirada, soltó una sola risa sofocada y me dedicó una casi inexistente sonrisa ladina.

Caminó hacia la mesa donde me encontraba, sin dejar de mirarme durante su trayecto. De igual manera, su leve sonrisa no desapareció. Fruncí el ceño, estaba confundido.

El chico parecía ser tímido y bastante introvertido la mayoría del tiempo, por no decir siempre. Solía verlo sin sentimiento alguno en su rostro, además de su expresión molesta. No caminaba por ahí con miedo, pero tampoco demostraba ser una persona segura de sí misma. Así que observarlo con ese aire de seguridad repentino me trastocaba un poco.

-No me declaraste la guerra a mi porque no creías que llegaría tan lejos, ¿verdad? -Iba a contestar, pero continuó hablando-. Yo tampoco lo creía, si te soy sincero -confesó, acercándose a mí-. De todas maneras, como seguro ya sabes, no tengo oportunidad contra ti.

Apoyó su celular en la mesa y se sentó en la silla frente a mí, sin dejar de mirarme en ningún momento. Entrelazó sus manos y llevó su peso a los codos, inclinándose sobre la mesa.

-Y dudo que alguna vez la tenga.

-No hace falta que te haga una declaración de guerra para que sepas que me esforzaré.

-No, claro que no. -Otra risita sofocada-. No te voy a pedir que uses tu lado izquierdo en mi contra. Primero, porque no te hará falta. Segundo, porque eso es problema tuyo. No soy como Midoriya, creo que ese es un tema demasiado personal. Pero si quiero pedirte un favor.

The Fire in My Blood [Shoto Todoroki x Male!Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora