𝐅𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐘 𝐒𝐂𝐀𝐏𝐄; 𝗌𝗁𝗂𝗋𝖻𝖾𝗋𝗍 [✔️]

Capítulo seis

Cuando llegue a casa después de la "discusión" con Gilbert realmente no tenia ganas de discutir con Marilla ahora, por eso entre a casa y trate de ser lo mas sigilosa posible. Ya estaba comenzando a subir por las escaleras y oí una voz atrás mío.

-¿A donde crees que vas? -preguntó.

Me giré un poco pero sin mirarla a la cara.- A mi cuarto, es obvio. -dije soltando una corta risita, algo que odio de mi es que cuando estoy muy pero muy nerviosa me rio, y a ahora mi intención era no estar nerviosa. Plan fallido.

-¿Enserio, llevas como tres horas desaparecidas y vienes así de engreída?

Esta vez si la mire a los ojos.- No, te dije... ¡Te dije a donde fui y seguro ni te enteraste por que aquí lo que yo haga a nadie le importa siempre bajo tus malditas reglas y cuando decido que me voy a saltar UNA regla que es ir a ver a alguien de quien sacas conclusiones sin siquiera conocer me vienes con que te tenia preocupada por que me fui! -exclame.

Todo se entorno en un silencio en el que miraba a Marilla esperando una respuesta o una queja pero no fue así, en cambio, asintió con la cabeza y alzó las manos en modo de... ¿en modo de derrota? Y se dirigió a la cocina a hacer lo que quiera que estuviera haciendo.
Yo solté un bufido y me giré para dirigirme a mi habitación, antes de entrar alguien tocó mi hombro.

-¿Que? -susurre mientras me giraba para toparme con Matthew.

-Ella te quiere, Anne. Puede que no lo demuestre pero si lo hace, se preocupa por ti. -dijo Matthew.

Negué con la cabeza.- Si me quisiera entendería por que hago o dejo de hacer las cosas, o se preocuparía mas por mi... ¿Acaso no se pregunta por qué Diana hace meses que no viene? ¿O por que ya no salgo en las tardes? -nos rodeó el silencio.- Ves, ella no se preocupa, ni siquiera le importa. Y a mi tampoco.

Sin decir nada mas entre a mi habitación, no me apetecía enfadarme con Matthew el nunca hace nada malo pero no quería discutir y menos con el.

•

Había pasado una semana, una semana odiosa y dolorosa.

Marilla y yo ni nos mirábamos y no entiendo bien por que sentía dentro de mi esa necesidad de rencor hacia ella por que nunca antes la sentí así... Matthew me ayudaba aveces cuando en las noches me dirigía a hablar con el. Le conté todo lo que paso para que Diana y yo dejáramos de hablar, el por que de no salir con nadie afuera a pasear o lo que se suela hacer, y el porqué de que necesidad tuve de ir a casa de Gilbert Blythe.

Me ayudaba en todo lo que podía y siempre me escuchaba sin problema, siempre lo hacía. Y me siento feliz de que en esta casa al menos tenga a alguien que si me escuche.

A la mañana siguiente, Lunes. Odioso Lunes.
Me dirigí a la escuela por mi camino natural de siempre, iba vestida... ¿como decirlo? ¿como siempre quise? ¿sin importarme qué digan de mi ropa? Nose... algo así. Quizá Matthew me había inspirado a hacer lo que quisiera y me pusiera lo que quisiera sin importar que dirán.

A dos calles para llegar a la escuela oí una voz llamarme y sinceramente pensé que sería Dianita y sus perritos pero cuando me giré un poco para verlos y reírme, vi a Gilbert Blythe corriendo hacia mi.

-¡Anne! -exclamaba este, finalmente llegó enfrente mia y se tomó unos segundos para respirar más relajado.- Debo decirte algo y no me preguntes por que, solo necesito no te enfades conmigo, ¿vale?

-¿Vale? mmm ¿Dime? -dije dudosa.

-Puede que Diana se estuviera burlando de ti y que dijera que nadie te querría y que eres una solitaria y yo me enfadase y le dijera que yo si ademas que todos me miraran raro y dijera que estamos... saliendo. -soltó lo más rápido que pudo.- ¡Auch! -exclamó, porque le pegué en la cara.

-¡¿Pero tu eres idiota?!

-Un poco... pero eso no tiene que ver.

Ahora que lo pienso Diana si pensaba eso de mi y yo le decía que no a Gilbert lo confirmaría. Debía pensarlo mejor pero no había manera de pensarlo era ahora o nunca.

-Si. -respondí.

-¿Que? -preguntó Gilbert mirándome alzando una ceja.

-Que si, que hagamos eso que dices. Vamos. -finalize y le tome esa iug mano sudorosa y la entrelazó con la mia para llegar hasta la escuela sin simutar la más mínima palabra.

La verdad no sería tan aburrido después de todo, así podré saber más de él... aunque aun no están del todo convencida en hacerlo.