En Coma (Linkcest)

CAPÍTULO 27.

Leía las letras y números que se juntaban en la pantalla, pero por más que lo intentara no lograba concentrarse.

A excepción de su pequeña discusión con Twi el sábado por la mañana, su fin de semana juntos había sido maravilloso. Tenía mucho trabajo, pero ya estaba acostumbrado a ello para ese entonces.

De modo que su distracción se debía en definitiva a la visita de Impa.

Time suspiró.

Las manos le temblaban, y por un rato sólo logró ver como los minutos pasaban en el reloj digital de la computadora.

Se sintió mal consigo mismo.

Twi seguramente ya estaba trabajando con el entusiasmo que lo caracterizaba desde el día en el que lo conoció.

Si hubiese podido escoger entre seguir ahí o poder ir a verlo hasta la sala de diseñadores, ya se encontraría caminando para allá.

Antes de que pudiera seguir considerándolo, la puerta de su oficina se abrió de repente.

Lo normal habría sido que se levantara, un tanto indignado por no haber recibido unos golpes en la puerta antes. Después se encargaría de hablar seriamente con su secretaria por haber dejado entrar a alguien sin una cita o aviso previo.

La cosa era que… esas reglas no aplicaban cuando se trataba del hijo del dueño de Skyloft.

Vestido formalmente, Warren entró rápidamente en la oficina y cerró la puerta como si lo hubiesen estado persiguiendo.

El chico se veía pálido y en su expresión parecían reflejarse ciertas ganas de vomitar.

Time permaneció inmóvil.

Aunque lo más razonable para él habría sido estar sorprendido por la súbita aparición de su amante en su oficina, en el fondo ya había estado esperando un encuentro como ese.

Y supo que lo convertía en un cobarde, pero el hecho de que el chico hubiese acudido a él primero lo hizo sentirse de cierto modo aliviado.

Supo entonces la verdadera razón del temblor en sus manos y la intranquilidad de su mente.

Aquel iba a ser el encuentro que desde el principio había estado predestinado a suceder.

Warren se acercó a él, titubeante.

-Time…- Lo llamó.

Sus ojos lo miraban como nunca antes lo habían hecho.

Al menos así lo sentía él.

En tanto tiempo, había olvidado lo triste que podía resultar ver aquella mirada desesperada y temerosa en la cara del chico.

-¿Qué haces aquí?- Le preguntó Time.

-Impa me dijo que la acompañara- Respondió él, resumiendo toda su mañana en una frase- Pero yo en realidad tenía que hablar contigo.

-¿Sobre qué?- Los latidos de su corazón se hacían más fuertes en su pecho.

Si Impa los llegase a ver juntos…

Warren se sentó en la silla que había frente a su escritorio.

Sus piernas se sacudían tanto que no lograría mantenerse en pie por mucho tiempo. Estaba mareado y tenía miedo.

Ni siquiera sabía por dónde empezar, ni cómo le diría todo lo que sentía en menos de media hora.

Por otro lado, entrar en su oficina ya significaba haber caído en la trampa.

Ya no tenía nada que perder… más que a él.