En Coma (Linkcest)

CAPÍTULO 24.

Flashback.

Era un sábado, por la tarde, el día en el que comenzaría su viaje de negocios.

-Hace un chingo de frío- Darunia frotó sus propios brazos en un intento por calmar el insoportable temblor que recorría su cuerpo- ¿Seguro que esa chamarra que traes te sirve?

Hizo un ademán hacia la chamarra color beige que Time había decidido llevar puesta.

-Sí, estoy bien- Él sonrió con diversión- Fui yo el que te dijo que trajeras algo que te tapara más.

-¡Pero esos güeyes me dijeron que estaba haciendo calor por acá…!- Se quejó de sus compañeros de trabajo, mientras acompañaba a su mejor amigo hasta el interior del aeropuerto- Sabía que debía escucharte a ti.

-Ajá- Respondió irónicamente.

Subieron por un ascensor, desde el estacionamiento hasta la zona pública del lugar. Ambos conversaron al caminar sobre el brillante piso blanco, donde fueron interrumpidos únicamente cuando la maleta del ojiazul tuvo que ser pesada.

Revisaron los documentos necesarios, hasta que finalmente fue momento de que se despidieran.

-Bueno, sé que te gusta viajar de acá para allá- Comenzó Darunia tratando de no ponerse sentimental- Así que estarás bien, ¿o no, hermano?

-Sí, y espero que tú también lo estés- Time le sonrió.

El hecho de que su amigo se tomara la molestia de acompañarlo hasta el aeropuerto, y que además había accedido a cuidar su casa mientras no estaba...

En serio valoraba a ese hombre.

-Y gracias, por todo esto.

-¡Tu tranquilo y yo nervioso!- Darunia le dio unas palmaditas en el hombro- Si alguien se acerca a más de dos metros a tu casa, yo sí le ando partiendo su madre.

Time rió, tratando de no darle mucha importancia a lo que acababa de afirmar.

-Sólo si es realmente necesario.

Él extendió sus brazos, indicándole a su hermano que se despidiera con un abrazo. Este último puso los ojos en blanco, pero terminó cediendo.

Sus musculosos brazos lo rodearon.

"Voy a extrañarte un chingo", pensaron ambos.

En aquel mes, si bien no estarían completamente solos, sería un tanto difícil estar lejos el uno del otro.

-Cuídate, hermano- Le dijo Darunia, antes de marcharse y dejarlo sólo en la zona de pasajeros.

Time suspiró.

Quería mucho a Darunia. De verdad apreciaba todo lo que hacía por él y el tiempo que habían pasado juntos a través de los años.

Pero aunque lo hubiese acompañado en un día tan importante como aquel, también le habría gustado mucho que no sólo hubiese sido él quien lo acompañara.

Warren le había dicho que tenía muchas cosas que hacer.

De cualquier modo, había decidido llamarlo por celular una hora antes de que saliera de casa. Lo cual fue bueno porque durante todo ese tiempo el chico se comportó de manera inusualmente empalagosa con él.

Adorable, pensó Time, arrastrando su maleta y encaminandose hacia una de las muchas sillas que había en la sala de espera.

No había tanta gente como esperaba, pero sus voces flotaban en el aire, haciendo del ambiente algo ordinario para él.