CAPÍTULO 3.

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El chico rubio que estaba encima de él jadeó en un intento por recuperar el aliento. Time sólo observó, igualmente agotado y sudoroso, mientras Warren dejaba caer su cuerpo desnudo a su lado y posaba una mano sobre su pecho. Luego descansó su cabeza junto a la del otro, de manera que su nariz rozaba el cuello del más alto. Él sintió cómo la respiración del más chico se iba volviendo menos pesada conforme recuperaba estabilidad.

Time miró el rostro de su amante cuando sintió que sus músculos se relajaban. Warren se estaba quedando dormido.

Y no lo culpaba, pues el calor que sentía y el cansancio también lo estaban obligando a cerrar los ojos. Y entonces Time también dejó que el sueño lo dominara.

Sin embargo, el hombre no duró mucho tiempo dormido. Era de esperarse, pues ya llevaba días sufriendo de aquellos repentinos e insoportables episodios de insomnio que lo despertaban casi todas las noches. Casi siempre a las dos de la madrugada. Y esa noche no fue la excepción.

Time abrió los ojos lentamente, encontrándose acostado aún en la cama de Warren, con el chico encima de él durmiendo profundamente.

Se movió con cuidado de no despertarlo, y lentamente salió de la cama. Se vistió y luego salió a la terraza.

Estaba comenzando a hartarse.

Recargó sus brazos en el barandal y perdió la mirada en el horizonte. Y sintió cómo la cabeza comenzaba a dolerle de los pensamientos que empezaron a arremolinarse en su mente.

Harto de la farsa que había comenzado a ser su vida desde hace ya un año. Harto de Warren.

"Me fascinan tus ojos" le había dicho la primera vez. La primera vez que se enredó con el rubio que tenía cierta obsesión con el color azul. Era de esperarse que los ojos azul zafiro de Time lo volvieran loco cada que se cruzaba con él.

Sus ojos y todo lo demás…

Warren estaba completamente obsesionado con él.

Y Time estaba harto de todo eso. Llevaban un año entero siendo amantes, y su relación por supuesto, se basaba únicamente en el sexo. Nada más.

El ojiazul ya había intentado acercarse más al otro, llegar a algo más que sólo intimidad física. Pero en realidad Warren no era… su tipo. Para nada. Cualquiera podría pensar incluso que ambos varones se odiaban, pues eran polos opuestos desde cualquier punto de vista. Y en realidad eso sólo formaba parte del problema.

Time recordaba aquel día a la perfección.

El dueño de Skyloft había organizado una reunión en su propio hogar, entre personas importantes que controlaban la empresa. Entre ellos estaban su representante y Warren.

Era un evento formal, y Time sólo asistió debido a que su madre también tenía amigos relacionados con la empresa, y decidió llevar a su hijo con ella. Quizás podría conocer a una mujer con clase que estuviera "a su altura", había mencionado su madre.

A pesar de aquel comentario tan estúpido, Time decidió asistir. Quizás conocía a alguien que pudiera ayudarlo a buscar empleo en la compañía. Él llevaba ya cierto tiempo buscando trabajo en Skyloft, aunque sin éxito, y su padre estaba empezando a perder la paciencia.

Ya era un hombre que tarde o temprano tendría que ver por sí mismo por el resto de su vida. Buscar un empleo y… tener una familia.

Y a pesar de haber deseado ayuda, el ojiazul no pensó que terminaría encontrándola en Warren. Y menos que terminaría atado a él de esa manera.

La primera vez que cruzaron miradas, Time había podido notar una chispa de deseo en los ojos del otro. Así que se mantuvo al pendiente de él el resto de la velada.

En Coma (Linkcest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora