Sycamore, ash, moss and loam
Wrap your roots all around my bones
And when they come for me
When they call my name
Cast my shadow from a bellow's flameI Will Never Die, Delta Rae
—¿Nana?
—Aquí estoy. Abre los ojos.
Izuku Midoriya abre los ojos.
Está entre la niebla y el blanco. Ese momento —lugar— entre el mundo-muerto y el mundo-realidad. Pero es real, también, como todos los planos y los mundos. No es el mundo-espíritu tampoco —donde están todas las almas que tienen asuntos pendientes y los espíritus que nunca estuvieron vivos—. Es un momento en el tiempo. Quizá.
Nada Shimura está frente a él.
Su fantasma es terriblemente joven como lo era ella al morir.
—No creí que acudirías a mi primer llamado —reconoce él.
Usualmente se tarda un poco en aparecer e Izuku tiene que preguntarle por ella a varios fantasmas más.
—Sentí tu desesperación.
—Oh.
Nana ladea la cabeza y sonríe.
Tiene la sonrisa más cálida y bonita que Izuku conoce. La primera vez que pudo comunicarse con ella, Nana le dijo que nunca olvidara mostrar su sonrisa, porque las sonrisas lo hacían fuerte.
—Lo siento —dice Izuku—. Es sólo que... el aire.
—Yo no puedo sentirlo. No en tu mundo —dice Nana—. ¿Qué está pasando?
—Hay malos presagios —dice Izuku—. El aire los tiene. Eijiro dice que la tierra está inquieta. Katsuki no para de soñar con la torre en llamas. Algo va a pasar.
—¿Vienes en busca de consejo?
Izuku niega con la cabeza en un impulso.
—No. Bueno. Sí, un poco. —No se le ocurría desdeñar el consejo de Nana Shimura ni en el mejor de sus momentos—. Pero vengo por una historia. En realidad. —Hay una pausa. Las manos fantasmales de Nana Shimura, que prácticamente lo atraviesan, se posan sobre las suyas—. Hace años que no tenemos que lidiar con Shigaraki. Pero la última vez... Me dijiste...
—Lo sé.
—Me dijiste que viniera si Tomura Shigaraki volvía a asomar su cabeza.
Nana suspira.
—Esperaba que este momento nunca llegara, Izuku. —Su sonrisa se rompe, poco a poco—. Creí que podría hacer que el nigromante se llevara a la tumba nuestro secreto conjunto, pero no será posible. —Un suspiro de Nana, que no mueve el aire, porque es sólo una figura fantasmal frente a Izuku—. Tomura Shigaraki no es su nombre real.
«Lo supuse», quiere decir Izuku. Shigaraki sí es un apellido, pero nadie en el mundo conocido se llama Tomura.
—En realidad, su nombre es Tenko Shimura.
Qué.
Izuku tiene la idea de que expresa su incredulidad en voz alta, pero su voz se queda atorada en alguna parte de su pecho.
Nana Shimura se da cuenta.
—Lo sé. —Sonríe y es la sonrisa más triste—. Es mi nieto, Izuku Midoriya.
—Cómo.
Al menos esa palabra sí sale, pero Izuku no puede ni darle la entonación de una pregunta.
—Cuando yo era joven y mi enamorado murió... Tuve miedo, Izuku. Mucho miedo. Pero tenía que seguir. No podía abandonar la lucha contra la Gran Oscuridad. Pero eso tú lo sabes. Me has dicho. Los cantares, las leyendas... Todas me describen como una Archimaga que no conocía el temor, con una valentía infinita, pero ninguna es exactamente la realidad. —Nana intenta ampliar la sonrisa, pero entonces Izuku no se la cree. Es más un esfuerzo, esa vez—. Tenía un hijo que no podía protegerse a sí mismo. La magia no le habló a él. Y en ese entonces no había descubierto el gran secreto. ¡No sabía que todos podían comunicarse con ella y que las grandes élites de magos lo mantenían todo en la oscuridad!
»Así que hice lo único que podía hacer para protegerlo entonces. Lo di en adopción e hice que todos olvidaran que alguna vez había existido. Morí antes de saber qué hacía ocurrido con él. Pero Sorahiko... Sorahiko me dijo... Me habló del rencor. De su odio a los magos. Y me habló de Tenko. Y de Hana.
—¿Hana?
—Mi nieta. La conozco, ¿sabes? Es solo una niña...
—¿Está...?
—Sí, claro. Mi hijo también. Y su esposa. Pero ellos... —Nana Shimura vuelve a suspirar—. Lo que tienes que saber de Tenko Shimura es que era un niño que deseaba como ningún otro ser mago. Había oído las historias, la magia estaba en sus venas. ¡Era mi nieto! ¡Nieto de la Gran Archimaga! Pero Kotaro no iba a permitir que hubiera otro mago en la familia. No después de lo que le hice. —A Izuku le parece ver en el rostro de Nana Shimura el conflicto de haber tomado la decisión. No la juzga. El tiempo y la memoria juzgan mucho mejor y ella merece descanso después de haber derrotado a la Gran Oscuridad—. Tenía razón. Supongo. Era sólo un niño y para sus ojos tristes yo sólo fue una madre que lo abandonó.
»¿Cómo le explicas el bien mayor a un niño, Izuku?
Izuku sacude la cabeza, nada más.
—Pero a Tenko le hablaba la magia. ¡Hana le prometió que vendrían a la torre de Yuuei y serían magos ambos! ¡Lucharían contra el mal! Y entonces todo se torció. Supongo que... —Hace una pausa, parece muy cansada. De repente, Izuku puede ver todo el peso de sus años en sus ojos—. Supongo que Kotaro lo precipitó todo. Sorahiko me dijo... Sorahiko...
El Archimago Errante. Es extraño, viejo, pequeñito. Le gusta la comida que tiene salsas rojas y hace mucho que no le permiten dar clases, pero en su tiempo fue uno de los magos de aire más reconocidos. La sociedad de magos lo ve con reserva.
—Sorahiko fue a la casa de Kotaro mucho después. Y se encontró con la destrucción. Pudo, con su magia, rescatar los recuerdos. La furia de Kotaro. Los golpes en la piel de Tenko. Las lágrimas. Y, por supuesto, el final. —Hay una pausa.
Izuku se atreve a mirar a Nana a los ojos de nuevo y le parece que el espejismo de una lágrima se asoma en sus ojos.
Eso es lo más triste de los fantasmas.
No pueden llorar.
Se dice que es imposible que los magos de agua invoquen a un fantasma, porque los fantasmas huyen de ella. No quieren en recuerdo de todas las lágrimas que se quedaron en sus ojos, esperando caer. Un vaso de agua es todas esas veces que desearon llorar hasta quedarse dormidos, pero los fantasmas tampoco pueden dormir.
—¿El final? —pregunta Izuku.
—La Gran Oscuridad aprovechó que Tenko podía sentir la magia dentro de sí. Magia de aire, como la tuya. Por supuesto, cuando la oscuridad lo usó y después se volvió nigromante, quizá..., quizá perdió una parte de él. La gran oscuridad tomó sus manos y las puso sobre Kotaro y sobre toda la familia y lo único que pudo hacer Tenko fue verlos morir. —Pausa—. No sé sobre Hana o sobre mi nuera... sólo sé que no se arrepiente de haber posado sus manos infantiles sobre Kotaro.
»Después, se quedó sólo. Y al Gran Oscuridad fue la única que quiso ocuparse de él.
Una pregunta queda en el aire. «¿Quién querría ocuparse de un mago maldito?»
—¿Cómo lo derrotamos?
—Unidos —dice Nana—. Para derrotar a Tenko... A Tomura, tienen que derrotar también a la Gran Oscuridad. Juntos. Sólo si pierde su conexión con ella estarán a salvo. Y creo que entonces él también podrá mirar hacia adelante y ver el mundo.
—Nana...
—No temas, Izuku. Sonríe.
—¡Nana!
Pero la conexión se pierde e Izuku siente un tirón de regreso al mundo-realidad. Cuando vuelve, está en los brazos de Shouto Todoroki.
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Malos Presagios [Kiritodobakudeku]
FanficLa tierra está inquieta en la zona de la torre de Yuuei, que alberga a muchos aprendices de magos. Hay malos presagios en el aire, viejos enemigos y una maldición. Katsuki sueña con la torre en llamas. Como un recuerdo que no ha pasado ¡Escrito para...