Prologo

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Un policía está a mi lado, el segundo detrás de la puerta.  Me tiemblan las manos, las lágrimas cruzan mi rostro.  "Lo juro, no me hizo nada, es inocente", le digo con desgana, mirando al tercer policía que me mira con mala cara. "Es ilegal señor Vargas, violó la ley y hay que sancionarlo", responde estrictamente con su cara de póquer.  Estoy roto, mis lágrimas son inútiles y todas mis palabras son solo una pérdida de tiempo. No convenceré a nadie porque lo único que les interesa es la ley y ni van a pensar sobre el amor que hay.

Pero de todos modos, fue culpa mia.
Y eso será mi castigo.

Amor Joven//IsargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora