"Por eso puedes irte, porque, aunque no te sigo, nunca te vas del todo, como una cicatriz; y mi alma es como un surco cuando se corta el trigo, pues al perder la espiga, retiene la raíz."
José Angel Buesa
Después de darle tantas vueltas al asunto aún no se como comenzar a escribir esto. Y pensar que solíamos escribirnos cartas todo el tiempo, ¿lo recuerdas? Porque yo sí lo hago, recuerdo todas las cosas que hacíamos juntos, incluso las más pequeñas.
Quizá sea más difícil porque será la última, un cierre final a lo que una vez tuvimos. Jamás creí escribir eso algún día y no te imaginas cómo duele. ¿Cómo es que llegamos a este punto, Niki?
Recuerdo que antes de empezar a salir te lo dije, lo mucho que me aterraba la idea de perderte. Pero aún así lo intentamos, y ahora todos mis miedos se volvieron realidad. Cuando lo pienso, tiempo después, hubiera sido mejor dejar las cosas como estaban ¿no crees? Porque hubiera preferido vivir mi vida junto a tu lado, sin saber lo que se sentía tenerte, que no tenerte en absoluto.
Vaya trabalenguas, seguro te hubiera gustado. Porque siempre decías amar lo que escribía, que debería ser quien compusiera las letras de tus canciones una vez debutaras. ¿Recuerdas? Aunque estoy segura de que esa idea ahora está completamente descartada, tal vez ya encontraste alguien más que lo haga en mi lugar.
¿Es así de fácil? ¿Remplazarme? Porque todo este tiempo tuve la absurda esperanza de que me necesitaras tanto como yo a ti. Y es que sólo el pensamiento de que alguien ocupe tu lugar me resulta tonto, no existe persona que sea capaz de hacerme sentir todo lo que tú. Pero yo nunca fui muy especial, así que tampoco me sorprende que encuentres a alguien que sí lo sea. Alguien que esté a tu altura.
En noches como esta, en las que mis pensamientos me atormentan, solo hay una cosa que necesito saber. ¿Qué hice mal, cariño? Porque lo intenté con todas mis fuerzas, de verdad que sí. Me esforcé por ser aquello que necesitabas, que anhelabas. Supongo que no fue suficiente, yo no fui suficiente. Y terminé rompiéndome el corazón mientras intentaba que encajara con el tuyo.
Aún sigo sin entender a donde va todo esto, siendo honesta. Porque no espero que estas palabras te lleguen, y si lo hicieran, no estoy segura de que tuvieran algún efecto. Ya han pasado meses y se que estás feliz, mientras yo me he quedado estancada en la maraña que son mis sentimientos.
Supongo que solo me queda decir que lo siento, siento no haber logrado permanecer a tu lado y siento mucho que pensarás que no lo quería así, porque lo hacía, aún lo hago.
Te ama con locura,
L.
Suelto un suspiro en cuanto el lápiz abandona la hoja. ¿Qué rayos estoy haciendo? Todos dicen que la mejor manera de superar lo que tuvimos es plasmar mis sentimientos en el papel, pero mientras mis ojos ven la llama que consume lentamente la carta que jamás leerás, la opresión en mi pecho no disminuye en lo más mínimo.
Supongo que debí saberlo en cuanto te conocí, en el momento en que nuestras miradas se encontraron y experimenté aquellos intensos sentimientos por primera vez, no eres del tipo fácil de olvidar, y lo estoy comprobando por las malas.
Pero, ¿qué más puedo hacer? Si el aire escapa mis pulmones y las lágrimas queman mi piel. Si la agonía que tu ausencia me provoca, se clava en mi carne y mi corazón sangra. A este punto, ya no me interesa lo que pueda pasar, y la desesperación por olvidar tu rostro y todas las sensaciones que tu mirada me causa, es suficiente para intentar cualquier cosa.
El sonido de mi teléfono vibrando sobre la mesilla en la que recuesto mi cabeza, me saca de la bruma en la que me encuentro hundida, y siento que pierdo la poca fuerza que me resta en cuanto veo tu nombre escrito en la pantalla.
—¿Hola?—hablo con cautela, temiendo que todo fuera producto de mi dañada mente.
—¿Tu contraseña es la misma?— cuestionas, y me dejas desconcertada.
—¿Qué...? ¿Contraseña?
—La contraseña de tu departamento, ¿es la misma?—insistes, y no puedo entenderlo. Después de tanto tiempo, ¿eso es lo qué preguntas? Pero el sonido de tu voz me trae la calma que tanto había esperado, así que me resigno a contestar si eso significa escucharte un poco más.
—Sí—exclamo lo más claro que mis reprimidos sollozos me permiten, pero el sonido de la puerta abriéndose me golpea de pronto, y mis ojos no hacen más que mirarte con sorpresa. ¿De verdad estás aquí? ¿No es otro sueño que llega a mi para atormentarme como cada noche?
De todas maneras, no tengo tiempo a cuestionarme nada más, porque tus brazos me envuelven casi de inmediato, apretándome contra tu pecho y no tengo la fuerza, ni las ganas, de separarme de ti. Tal vez es una mala idea, de las peores que he tenido, pero no me importa. Volver a ti es repetir la misma película, esperando que tenga un final diferente. Pero, ¿no puede haberlo para nosotros? ¿No podemos aprender de nuestros errores y ser felices juntos, finalmente?
Aunque no sea así y termine por destrozarme una vez más, está bien. Si te tengo a mi lado, aceptaré todo el dolor, con gusto.
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𝔼ℕℍ𝕐ℙ𝔼ℕ
RastgeleBreve recopilación de escenas que escribo en mis ratos libres con los miembros de ENHYPEN como protagonistas. ➢Mucho fluff y extra dulzura, suficiente como para causarte una diabetes. Espero que disfruten y le den mucho amor L♡