Breve recopilación de escenas que escribo en mis ratos libres con los miembros de ENHYPEN como protagonistas.
➢Mucho fluff y extra dulzura, suficiente como para causarte una diabetes.
Espero que disfruten y le den mucho amor
L♡
"¡Apúrate, amor! Que a mi vida le urge amarte. Y no es que esté apurado, es que hace mucha vida que te estoy esperando."
Brando
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El mundo se detuvo frente a sus ojos, y ni las brillantes luces del lugar ni las ruidosas voces de la gente a su alrededor, lograron romper la burbuja que se había formado entre los dos. Incluso aunque fuera posible interrumpir aquel momento, ninguno de los dos lo permitiría. Pues aquél abrazo sería quizá el último que compartirían.
La chica se sintió perdida entre las sensaciones que el calor en los brazos del contrario le brindaban. No podía recordar, por más que se esforzara, el momento exacto en que contactos tan simples como aquél habían comenzado a tener tanto significado. Ya no era un simple apretón, era la cercanía de sus cuerpos por minutos que se transformaban en horas. Era una silenciosa manera de decirse todo aquello que no podían pronunciar, pero que no era necesario, pues ambos lo sabían.
Estaba segura de que lo extrañaría hasta el punto de ser incapaz de respirar, pero, por supuesto que no se lo diría. Sin importar cuan dolorosa fuese su ausencia, las incontables noches de insomnio extrañado su esencia, su compañía, ni lo mucho que quisiera aferrase a él para evitar que la dejara. No diría nada. Después de todo, la felicidad del muchacho frente a ella era mucho más importante que cualquier sentimiento patético de niña enamorada que pudiera tener.
Aquel abrazo, significaba todo aquello que quería olvidar. Porque aunque él le repitiera en el oído aquellas dulces palabras, que le prometían que volverían a verse, sabía que no era así. Por más que ambos quisieran evitar la terrible realidad, eso no era otra cosa más que una despedida. La probable última vez que se tuvieran frente a frente, que pudieran verse a los ojos. No tendría otra oportunidad de sentir la calidez de sus brazos, de oler el aroma de su cabello, de escuchar su cantarina risa. Y aquél simple pensamiento terminó por arrancarle las lágrimas que con tanto esfuerzo había intentado contener.
No lo vería más, a su mejor amigo. No compartirían tardes sentados bajo la sombra de un árbol, ni leerían juntos. Ya no mirarían películas hasta altas horas de la noche, ni se escaparían por la ventana para pasear en el parque por la madrugada. Él se iría, y ella no habría tenido la oportunidad de confesarle todos aquellos sentimientos que la desbordaban.
Quizá se arrepentiría mas tarde, por ocultarle su más grande secreto a la persona que la conocía más que nadie. Pero ya no había marcha atrás, era demasiado tarde. Lo único por lo que podía optar entonces, era suprimir sus sentimientos en lo más profundo de su mente, hasta que estos hubieran desaparecido completamente.
Porque era lo correcto, sin importar lo mucho que pudiera doler. Pues todo aquél sufrimiento valdría la pena, si ello significaba verlo feliz, cumpliendo su sueño.
A su mente vinieron aquellas palabras que había escrito tiempo atrás; "¿Qué tan tímido y delicado es el amor no correspondido? Aunque el amor no correspondido encuentra su propio camino, queda atrapado dentro. Sin poder encontrar una salida. A pesar de que era ella quien empezó aquello, sin saber nada. Aquel era un amor que terminó en vano, sin siquiera tener un propósito. Nunca habiendo tenido la oportunidad de brotar o florecer. Un amor que nunca pudo da fruto, como una semilla olvidada."
Así que convertida en un desastre de sentimientos, aceptó aquella dolorosa verdad. Y decidida a enterrar esa semilla, que jamás germinaría, en un recóndito lugar de su corazón, lo vio partir.
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