↬𝕐𝕒𝕟𝕘 𝕁𝕦𝕟𝕘 𝕎𝕠𝕟↫

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"Y si te olvidas de traer tus sonrisas, yo iré por ellas."

Danns Vega

Las carcajadas provenientes de su novia, llamaron la atención del más joven, quien no dudo en dirigir su vista a ella

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Las carcajadas provenientes de su novia, llamaron la atención del más joven, quien no dudo en dirigir su vista a ella. Notó entonces, que la razón de su cantarina risa provenía del teléfono que sostenía entre sus manos y no pudo evitar que la curiosidad se apoderara de sus acciones.

—¿Con quién hablas?—cuestionó en cuanto notó los dedos de la muchacha moverse ágilmente por la pantalla del aparato.

—¿Mmm?—el adorable chico arrugó su frente en respuesta, estaba claro que la chica no le prestaba atención y eso lo hizo enfadar. Asumiendo que no obtendría ninguna palabra de su parte, se limitó a acercarse, con el fin de distinguir el causal del alboroto.

La sensación que se instaló en su pecho, inmediatamente después de haber posado sus ojos sobre el celular, no podría describirse como otra cosa más que desagradable. Ya que, aunque desconocía al dueño de aquél nombre, podía afirmar con seguridad que pertenecía a un chico.

—Noona—insistió con un puchero abultando sus labios—¿Con quién hablas?

Los ojos de la castaña por fin encontraron los suyos, quien dejando el aparato sobre sus piernas, se dedicó a pasar un dedo por los rosados belfos del menor, incapaz de contener la ternura que aquella vista le brindaba.

—Un sunbae del trabajo, Jungwonie, ¿por qué?

—No se usan emoticones con un sunbae—le reprochó, aún con las cejas fruncidas, signo de su tierno enfado. La chica dejó salir una pequeña carcajada en respuesta a sus evidentes celos, cosa que encontraba profundamente adorable.

—Es por cortesía, cariño. No puedo simplemente ignorar a un superior, ¿entiendes?—el tono con el que formuló aquella última pregunta, hizo enfadar aún más al chico. ¿Por qué debía hablarle como a un niño pequeño?

—No te ríes así sólo por cortesía, él ni siquiera está aquí para verte—insistió, reacio a terminar con el infantil berrinche. Si bien la castaña sentada a su lado tenía mucha paciencia, esta tenía un límite, y la persistente actitud de su novio comenzaba a frustrarle.

—Jungwon-ah, no digas tonterías—soltó, claramente irritada. Pero, por supuesto que el más joven no planeaba terminar esa charla pronto.

—¿Recuerdas esa conversación que tuvimos el otro día?—comenzó una vez más—Sobre las sonrisas.

«El sonido del vídeo reproduciéndose en la computadora resonaba por toda la habitación, mientras ambos veían con atención una antigua presentación del joven Idol.

—Tu sonrisa se ve diferente—opinó la mayor. Y es que era cierto, la expresión que su novio mostraba no era ni lejanamente similar a las que estaba acostumbrada.

—Porque no es la misma que te dejo ver a ti—aquellas palabras confundieron a la castaña.

Entonces, ¿es falsa?

Por supuesto que no—contestó el chico entre risas—. Ambas son verdaderas, pero una es practicada frente al espejo y la otra es causada por lo que me haces sentir—las mejillas de la muchacha ardieron, su novio podía ser extremadamente romántico cuando se lo proponía.»

—Sí, lo recuerdo. Pero no entiendo a qué viene esto—espetó.

—Esa sonrisa que tenías cuando hablabas con él, no es por cortesía— sostuvo molesto—. ¡Es demasiado genuina, noona! ¿Él te gusta tanto?

La contraria se limitó a dejar salir el aire bruscamente por la nariz, en busca de la paciencia necesaria para evitar una pelea. De verdad no quería discutir con su novio, pero él no le estaba haciendo las cosas fáciles.

—Yang Jung Won—llamó bruscamente—. Cuando voy a comprar al supermercado, también le sonrío a la persona que me atiende, ¡y eso no significa que me guste!

El sonido de una notificación irrumpió en la habitación, pero la muchacha, demasiado enfrascada en la conversación, lo ignoró por completo.

—No sé mostrar otra sonrisa, cariño—le dijo más calmada—. No las practico frente a un espejo, ni pienso antes de darlas, por eso esa sonrisa que viste hace rato no es diferente a la que ven mis amigos, o mi familia- el chico se limitó a mirar sus manos, aún indeciso, por lo que ella decidió continuar—. Pero siempre es distinta a la que te muestro a ti, esa significa mucho más como para ser tan simple.

—Entonces, ¿cuál me muestras a mi?

La que llena mi corazón de gozo y mi estómago de mariposas, la más pura y genuina que soy capaz de dar. La que demuestra que sé con seguridad, que junto a ti estaré bien, estaré segura. La que solo tú, y nadie mas, puede ver.

Aunque quiso decirle todo aquello, las palabras se atoraron en su garganta en cuanto noto los brillantes ojos de su novio fijos en los suyos, y en su lugar, una sola frase se filtro entre sus labios.

—La que muestra cuanto te amo.

—La que muestra cuanto te amo

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